Opinión


El pasado viernes acudí junto a un nutrido grupo de amigos, y si os digo la verdad no con muchas esperanzas, a ver el tercer capítulo de la hasta ahora entretenida saga de la momia. Tras dos llamativos episodios, mejor La Momia (1999) que El regreso de la Momia (2001), ya en los pasos previos del lanzamiento del nuevo proyecto las cosas nunca llegaron a pintar suficientemente bien. En primer lugar todos nos las prometimos muy felices cuando se indicó que tanto Brendan Fraser como Rachel Weisz anunciaban su regreso a la saga, felicidad que pronto cayó en desilusión cuando diferencias artísticas llevaron a Weisz a dejar de lado el nuevo episodio de la franquicia… ¿se lo veía venir? La solución adoptada por Universal Pictures, estas cosas rara vez salen bien a estas alturas, fue fichar a Maria Bello para reinterpretar a Evelyn O’Connell. Craso error suele ser contar de nuevo con un personaje cuando estamos tremendamente acostumbrados a el, y el resultado final así lo confirma. En fin, el segundo traspiés no se hizo esperar al sorprendernos con el fichaje de Luke Ford para interpretar a Alex O’Connell, el hijo de Rick y Evelyn que en la segunda parte debía tener 10 años. Todo podría haberse quedado en susto si no fuera por la insitencia de Universal de vendernos a Ford como un más que probable continuador de la saga ante el paso de los años del personaje de Brendan Fraser… vamos, que el hijo tenía asegurado el protagonismo. La tercera desdicha del proyecto fue sacarse de la manga un argumento completamente ajeno al habitual… las momias de Egipto fueron amargamente sustituidas por soldados de terracota del imperio chino.

Póster de La Momia: La Tumba del Emperador Dragón

Al tema, La Momia: La tumba del Emperador Dragón (2008) de Rob Cohen es sin lugar a dudas el episodio más flojo de una desgastada saga. Antes de meternos en el habitual "busca la solución al problema que hemos iniciado" somos introducidos, como es menester, en el origen del gran villano al que harán frente nuestros simpáticos protagonistas. El Emperador Han (Jet Li), ambicioso donde los haya, busca convertir su imperio en el mayor del mundo. Tras lograrlo, no sin antes haber aniquilado a sus más acérrimo enemigos, solo hay una cosa a la que no puede hacer frente, la muerte. Como es habitual en estos casos, magia mística y traiciones varias llevarán a Han y a su cohorte de soldados a acabar convertidos en figuras de terracota pendientes de volver a la vida algún día. Llevados al inicio de la nueva aventura nos sorprendemos en primer lugar con un arranque aburrido y bastante patético, creo que incluso me quedo corto, con la pareja O’Connell en plena crisis donde las malas interpretaciones, los chistes fáciles y la ñoñería más tediosa campa a sus anchas dejándote con cara de lelo. En fin, tras este inicio tan poco prometedor se cumple con la tradición, una metedura de pata típica de la familia O’Connell, o más bien de su único hijo, despierta al maldito Emperador Han de su eterno encierro. Es en este punto cuando el film parece despertar un poco al ofrecernos continuas secuencias de persecuciones, brincos varios y mucho artificio digital protagonizado por la nueva "momia". Ojo, es también en este momento cuando se confirma que Brendan Fraser tuvo mejores años, que Maria Bello no es ni por asomo una sombra de lo que es Rachel Weisz y que Luke Ford, por dios que mala elección, es de lo peorcito que te puedes echar en cara… no ofrece ni un ápice de carisma, la forzada química sexual con Isabella Leongasusta, y sus dotes como héroe de cine de aventuras sigue todavía ocultas. A nivel interpretación no se salva nadie, incluso el gracioso personaje que encarnaba John Hannah con soltura y desparpajo en los anteriores films, el hermanísimo Jonathan Carnahan, aquí resulta pasajero y de auténtico relleno. Eso si, la escena de la vaca en el avión cuando viajan por el Himalaya causó las carcajadas más sonoras de todo el metraje.

En fin, acción a raudales, escenografías mejores o peores, una Michelle Yeoh que ni fu ni fan, etc. Uno se plantea seriamente donde han podido gastar los 145 millones de dólares que ha costado el film. Si bien hay detalles muy interesantes, el trío Yeti es la pera aunque se pasa de original ya que acaban siendo excesivamente iguales y demasiado saltimbanquis, la mayoría de efectos digitales parecen realizados con menos interés del previsto teniendo en cuenta como está el percal en estos años. Ese dragón de tres cabezas tiene momentos que parece sacado directamente de Dragonheart 2: Un nuevo comienzo (2000), incluso la cansina capacidad del Emperador Han de transformarse en lo que quiera es sorprendente… la anterior momia (Arnold Vosloo) no hacía tales cosas. Por otro lado a los soldados de terracota se les ha sacado muy pero que muy poco jugo, mira que podían hacer cosas interesantes y el poco uso que se les da sorprende. Suma y sigue con otro buen puñado de detalles y completa el desaguisado. La Momia: La tumba del Emperador Dragón es un buen ejemplo de que retomar una saga 7 años después no es una gran idea. Mejor hubiera sido obviar lo de "La Momia" y no hacernos pensar en lo que pudo ser y no es. Ojo, por muy mala que sea, la película ya ha recaudado más de 42 millones de dólares en su primer fin de semana… ver para creer.

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Como estaba pactado, los habituales de las sesiones más importantes del cine en los últimos meses nos reunimos primero para cenar compartiendo una agradable charla y luego completar la jornada disfrutando del nuevo reinicio de las aventuras de Hulk por parte de Marvel Studios y Universal Pictures. The Incredible Hulk / El Increíble Hulk (2008) de Louis Leterrier es el cambio más radical que se le podía haber ofrecido al personaje que llegó a las pantallas de cine de la mano de Ang Lee en el año 2003. No voy a entrar en fáciles comparaciones porque Hulk (2003), pese a no ser el éxito en taquilla que los productores esperaban, gustó a muchísima gente, yo entre ellos.

Marvel Studios sigue comprobando con éxito que si uno apuesta por un buen guión, se rodea de actores consagrados, deja el tema en manos de un director joven que se ha empapado de cultura comiquera, y es fiel a los tópicos que desean ver los aficionados, el resultado que se va a obtener es, por lo menos, gratificante, si no inmejorable. El Increíble Hulk es buena muestra de ello y así lo asevera el genial trabajo realizado por Zak Penn y Edward Norton al mando de los escrito, el propio Norton, Tim Roth, William Hurt, Liv Tyler y Tim Blake Nelson enfrente de las cámaras, Louis Leterrier tras ellas, y toda esa parafernalia de guiños y easter eggs en forma de "Proyecto Súper Soldado", Capitán América, Tony Stark, Vengadores, "El increíble Hulk" (1978-1982) o locura de El Líder que todo el mundo agradece. Creo además que El Increíble Hulk está a la altura de las mismísima Iron Man (2008), por momentos incluso la supera al tener una historia más completa y llamativa, al combinar con sabiduría los obligados e imponentes retazos salidos de la viñeta con un trasfondo de persecución, pesar y fuga que da mucha más calidad al resultado final.

Póster español de El Increíble Hulk

Hábilmente y en cuestión de 5 minutos, me refiero a la notable secuencia de los créditos de inicio, se nos introduce sin miramientos en el origen de la criatura Hulk. Un experimento militar fallido, por el cual se intentaba comprobar el efecto de las radiaciones gamma sobre los humanos, convierte al Dr. Bruce Banner (Edward Norton) en una imparable, destructiva y descontrolada criatura conocida como Hulk. Suficiente para saber que Banner es repudiado y perseguido por su transformación genética somos trasladados a la favelas brasileñas donde el peculiar doctor se oculta mientras intenta controlar su ira al tiempo que investiga con parcos medios, y un secreto colaborador, algún tipo de cura total, o por lo menos temporal. Un desliz en forma de gota se sangre, genial cameo de Stan "The Man" Lee, iniciará de nuevo su caza con el General Thaddeus ‘Thunderbolt’ Ross (William Hurt) a la cabeza contando esta vez con un metódico y sin escrúpulos soldado de las fuerzas especiales llamado Emil Blonsky (Tim Roth). Frenética es su persecución y directa la presentación al gran público de cómo se las gasta un Hulk mucho más pulido digitalmente y que da gusto ver lo bien que ha quedado. En fin, de aquí en adelante es mejor ver la película y sacar conclusiones.

Es importante indicar la gran importancia que el guión de Penn y Norton le ha otorgado a los personajes, apoyándose muchísimo en las interpretaciones de los actores, y a la narración de una buena historia, dejando para los momentos en los que es realmente necesario la aparición de Hulk y su vena destructiva, aunque siempre en actitud de defensa. La introducción de Emil Blonsky en la locura genética, apoyado inicialmente por un manipulador General Ross, y más adelante por sus propias ansias de poder sumadas a las de gloria de Samuel Sterns, es impactante. Me ha encantado el efecto que le da inicialmente el suero del Súper Soldado, mayor velocidad, regeneración o habilidades atléticas mejoradas, y como el propio descontrol le lleva ha ir degenerando, su cuerpo se estropea cada vez más, hasta transformarse en la Abominación… un villano a la altura de las expectativas creadas y totalmente en consonancia con las necesidades de renovar la franquicia.

Los efectos nuevamente vuelven a colocarse a la vanguardia, sacando un provecho genial de las posibilidades del personaje e introduciendo, primero, enfrentamientos contra vehículos militares de toda índole, esos Hummer con cañones sónicos o lo que sea me encantaron, luego un súper soldado llamado Blonsky, y finalmente el resultado de una mutación de este provocada por el uso de la sangre del propio Banner. En definitiva, un gustazo.

No se, ¿se nota que me ha encantado?, ¿y a vosotros?, ¿qué os ha parecido?

 NOTA  Por la tarde otro post con las últimas noticias y un anuncio de nuevo concurso!

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Ayer pude ver el nuevo film del director de origen indio M. Night Shyamalan. El incidente (2008) vuelve a ser una nueva vuelta de tuerca en el conocido estilo de lo inexplicable al que nos tiene acostumbrados este peculiar director. La película, entretenida, agradable de ver, pero completamente alejada del final sorpresa que decoraban hasta el momento los films de Shyamalan, es un film de terror clásico y realizado a parte de los modernos estereotipos que marcan el tempo de horror en el Hollywood moderno.

Sin mayor explicación vemos como la costa este de los Estados Unidos de América es afectada por algo completamente desconocido que, después de provocar síntomas de desorientación a la gente que los sufre, hace que los "contaminados" se suiciden con lo primero que tienen a mano. Las noticias no se aclaran, desde un atentado terrorista con algún agente químico de por medio, a cualquier otra rareza que intente justificar las razones que hacen que decenas de miles de personas se acaben matando, pero la verdad es que nadie encuentra explicación a lo que está ocurriendo. Una pareja de Philadelphia, el profesor de ciencias Elliot Moore (Mark Wahlberg) y su esposa Alma (Zooey Deschanel), su amigo matemático Julian (John Leguizamo) y Jess (Ashlyn Sanchez), la hija de éste, hacen caso de las recomendaciones del gobierno que apresuran a los habitantes de la zona a alejarse lo antes posible de las grandes ciudades e intentar llegar a otro estado cruzando por caminos poco transitados las tierras de labranza de Pennsylvania. La tensión se transformará en desesperanza cuando descubran que no hay forma de escapar, ya que no son los únicos que han tenido esa idea y lo cadáveres aparecen por todas partes.

Póster español de El incidente

Creo que la mejor forma de describir El incidente es decir que vuelve el terror clásico acompañado por cierto toque moral entorno a uno de los grandes debates actuales, el cambio climático y las posibles consecuencias que discuten los grandes cerebros de la ciencia mundial. Apoyándose en un ente desconocido, tremendamente poderoso y del que no tiene que justificar nada, Shyamalan han construido un, por momentos, violento y directo thriller bañado en sabias dosis de terror. El espectador sufre la tensión de los protagonistas, nuevamente personajes sencillos sin pretensiones como ocurriera en todos sus anteriores proyectos, y, mediante explícitos y bien trabajados suicidios, sigue la trama esperando esa justificación que luego de para discutir al terminar la película. Durante hora y media de proyección uno permanece atento al devenir de los acontecimientos, a como las cosas se concretan y las diferentes propuestas de explicación a lo que está ocurriendo.

En fin, no es la mejor película de Shaymalan pero tampoco la peor. Injustamente machacada cuando se descubrió varios meses antes del inicio del rodaje el revelador título del borrador final del film, mejor no decirlo, convencerá y gustará a los incondicionales del director indio, yo entre ellos, y sobre el resto provocará un curioso efecto…

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Ayer acudí junto a un buen amigo a ver La niebla (The Mist, 2007) de Frank Darabont, la adaptación de la homónima obra del maestro de la literatura norteamericana de terror Stephen King. Tras más de medio año de dura espera, el film se estrenó en USA a finales de noviembre del año pasado, uno puede disfrutar de uno de los mejores films de terror de los últimos años.

Después de sufrir una tormenta de esas que crean escuela con caída de árboles y destrozos varios, una espesa niebla avanza sobre el lago y de manera inexorable hacia un pequeño pueblo del estado de Maine. El artista David Crayton (Thomas Jane), su hijo Billy (Natham Gamble), y su rebotado vecino Brent Norton (Andre Braugher), deciden darse un paseo por el pueblo para poder comprar diversas cosas que les facilitarán comenzar a arreglar alguno de los destrozos provocados por la tormenta y estar preparados para probables réplicas. Recién llegados al supermercado la niebla que vieron avanzar al alejarse de sus casas cubre repentinamente la zona y se escuchan los primeros gritos. Con uno de los vecinos histéricos diciendo que algo se oculta en la niebla, la rumurología entorno a las actividades militares que se hacen en la zona bajo el nombre de "Proyecto Punta de Flecha", y tras varios sustos que desconciertan a los vecinos que se resguardan en el local, surgirán las primeras diferencias entre la gente cuanto llegan los momentos de toma de decisiones y definición del liderazgo. Un pequeño grupo de vecinos, encabezado por Crayton, descubrirán en la trastienda que lo que hay en la niebla es algo más increíble y peligroso de lo que podrían sospechar. En ese momento, y ante la incredulidad de unos sobre lo que cometan los otros, las disensiones empezarán a ser más claras. Poco ayudará además que una vecina extremadamente creyente, Mrs. Carmody (Marcia Gray Harden), comience a buscar el punto apocalíptico a todo lo que está ocurriendo.

Póster de The Mist presentado en la pasada Comic Con de San Diego

Sin desvelar nada crucial del argumento y de lo que nos ofrece el guión escrito por el propio Darabont, basado "fielmente" en el escrito de Stephen King aunque con un cambio totalmente radical pedido por el propio King para evitar futuras actuaciones, hay que destacar que estamos ante un genial retorno al cine de terror olvidado hace años y que está en estos momentos subyugado por el subgénero del "Torture Porn" que tanto machaca cansinamente al género. El film ofrece una sabia combinación de miedo a lo desconocido, ¿qué se esconde en la niebla?, y terror a la excentricidades y formas de actuar que tiene la gente cuando las situaciones llegan al extremo de la locura. La película es una descorazonadora visión del caos que se puede provocar cuando la desesperación y la incredulidad a lo inesperado se cierne sobre un grupo de gente obligada a compartir techo. Se demuestra que, por momentos, el miedo real no está enfocado a lo desconocido, que ya de por si es inmenso, si no a las actuaciones de tus congéneres. El desquicie al que lleva el papel de Marcia Gray Harden, genial, te va minando conforme el film avanza. Desde un principio ves su paranoia y te das cuenta del peligro que tiene una persona desquiciada en un entorno cerrado y con el resto del personal desconcertado ante la situación. Apoyado por unos efectos convincentes y donde se utilizan a partes iguales efectos físicos clásicos con digitales que abaratan costes y permiten hacer cosas muchos más grandes, el resultado es una película de terror al uso, al estilo de la vieja escuela como hacía tiempo que no veíamos en los cines, pausada pero que va fermentando el verdadero miedo conforme avanza el rodaje. Dos horas y cuarto que vale la pena disfrutar en sala grande…

Curiosos los guiños al futuro de las obras de King en el cine, esa primera escena con Crayton dibujando un póster para una posible adaptación cinematográfica de La Torre Oscura, o del arte realizado por Drew Struzan, el póster de La Cosa (1982) es suyo y el presentado en la Comic Con de San Diego 2007 para La niebla también.

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Nueves horas y media después de levantarme de la butaca me siento en una silla delante de la pantalla para intentar comentar que me ha parecido el retorno del aventurero por excelencia a las salas de cine mundiales. Tras acudir hace 19 años a ver Indiana Jones y la última cruzada (1989), me reuní con un grupo de amigos para disfrutar de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008) y la sensación general de los 5 fue que el retorno de Henry Jones Jr. (Harrison Ford) es francamente entretenido pero, triste decirlo, decepcionante. Aunque bueno, ya lo avisaba todo el mundo: cine de aventuras como la copa de un pino, Indiana Jones en estado puro y cero de aporte.

El giro que George Lucas ha querido dar al icónico personaje que creó junto a Philip Kaufman a principios del los años ochenta no ha sido del todo acertado. No se al resto, pero después de crecer entendiendo que el Dr. Jones era un arqueólogo duro como una piedra, el verte inmerso en una película de tono ciencia ficción te deja un poco perplejo. Además, supongo que una gran influencia en el nivel de entretenimiento vendrá dado por el conocimiento que haya sobre el tema tratado y, sobre todo, su punto de credibilidad. Si bien la investigación sobre objetos del judaísmo y cristianismo en En busca del arca perdida (1981) o La última cruzada acercan más el interés del espectador por su conocimiento, debido en muchos casos a haber estudiado los mismos, tanto el tema del culto a Shiva de Indiana Jones y el templo maldito (1984) como esto de los mayas, El Dorado y las calaveras de cristal suenan bastante más lejano. Peor es si abandonas del todo el punto "arqueólogo aventurero" y apuestas por una trama de ciencia ficción con un cráneo de cristal de forma extraterrestre…

Póster de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

Tema aparte es la historia contada y como se planeta, un poco dispersa y poco trabajada, donde el desbarajuste y la razón de las cosas no son del todo explicadas. Además, da la sensación de la investigación a la que nos tenía acostumbrados Indiana Jones se queda esta vez ahí colgada y se apuesta más por la resolución rápida y sin dificultades que hacen que todo parezca más en plan tira millas y escurramos pronto el bulto. El film ofrece lagunas que sería un poco más interesante que se hubieran parado sobre ellas, por ejemplo, ¿a qué ha dedicado Indiana Jones su tiempo durante los últimos 19 años? Pues en 2 minutos de conversación te lo pretenden clarificar y, francamente, te rompen los esquemas. ¿Quién narices es Mac (Ray Winstone)?, pues vista la confianza que tiene con el Dr. Jones un intento de sustituto de Sallah (John Rhys-Davies) que no llega a cuajar en ningún momento. Otro tema que vale la pena apuntar de la historia es el poco aprovechado uso de los comunistas rusos enviados por Stalin. Di tu que su inclusión está totalmente justificada por ser la época que es y por la ferviente hola de patriotismo que hubo en USA cuando la caza de brujas. Pero el poderío que desprendían los Nazis era increíble y su presencia mundial en la historia les hace ser un enemigo casi insuperable. En este caso tenemos a un grupo de militares soviéticos infiltrado en territorio norteamericano que toman el testigo del Tercer Reich intentando emular su maldad sin apenas conseguirlo. Esa Irina Spalko (Cate Blanchett) no se come un rosco en maldad ante la trasmitida por personajes de la talla de Belloq (Paul Freeman), Toht (Ronald Lacey), Elsa Schneider (Alison Doody) o Vogel (Michael Byrne).

Dejando de lado el punto argumento y aventura hay que indicar que el trabajo de Steven Spielberg cumple como debe ser, aunque tanta promesa por parte de George Lucas de "película al estilo de la vieja escuela" y resulta que la sobrecarga de efectos digitales que se han gastado no tiene perdón. Es de agradecer de todas formas el gran esfuerzo tomado para el rodaje de la gran mayoría de las secuencias apostando por sets construidos donde todo parece mucho más físico, ese cementerio de Perú, ese Área 51, etc. En cuanto al uso de efectos no quiero desvelar nada pero la secuencia de Jones en el pueblo experimental del desierto de Nevada es, por lo menos, patética. Vale que Indiana Jones nunca ha querido ser realista pero, quitando los temas místicos y fantasiosos de cosas como arcas del alianza, piedras mágicas o cálices de la vida eterna, todas las acciones tomadas por el aventurero tenían cierta aceptación dentro del conjunto de cosas que pueden ser realizadas por alguien curtido en mil batallas. Luego el aporte se modera en cuanto a espectacularidad navegando por lo habitual del universo Jones, persecuciones en coche por la selva amazónica, viajes en anfibio por los ríos de la zona, artilugios imponentes que se activan al resolver enigmas, peleas que suenan como antaño, tiroteos a mansalva, etc. Pero vamos, que hay CGI para dar y tomar y algunas opciones a nivel de guión podían haber sido solventadas con apuestas más lógicas y moderadas… todavía sigo alucinando con la secuencia de Mutt Williams (Shia LaBeouf) y los monos tití… ¿posible guiño como indicó ayer Anderton?

Del reparto pues en su línea. Los años no perdonan a nadie y Harrison Ford ya tiene los suyos. Como bien indican en otros lugares hay ausencias insustituibles por sus tablas y por lo realmente importantes que han sido en el mundo que gira entorno a Indiana Jones. Una de ellas es la de Marcus Brody (Denholm Elliott), aquí sustituido en su papel de jefe universitario por un nuevo profesor llamado Charles Stanforth (Jim Broadbent) que no termina de resultar. Lo mismo ocurre con Oxley (John Hurt) o Mac, no llenan el espacio y carisma dejado por Sallah. El retorno de Marion Ravenwood (Karen Allen) está lógicamente justificado y su química con Jones de hace casi 20 años se mantiene pero más vetustos ambos personajes. Mutt Williams por su parte resulta curioso y aporta, se ve que Lucas tiene intenciones sobre su personaje, algunos de los momentos más cómicos de la película. Aunque transita un poco dando el do de pecho a Indiana Jones cuando se requiere algo de actividad física, este uso de un personaje joven en mucho más acertado que el de Tapón (Jonathan Ke Quan) en El Templo Maldito.

En definitiva. Como ya se sabía, pues eso, probablemente la tercera o cuarta en calidad dentro de la magnífica saga. Es francamente entretenida, las dos horas y cuarto que dura ni la notas, y recomendable para ver y pasar un buen rato con los amigos recordando viejos tiempos del mejor cine de aventuras que te puedes llevar a la boca. Fuera de ahí no debemos pedirle peras al olmo y viene a ¿sellar? un final que debió haber llegado hace muchos años.

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Tras varios años jugando a lo mismo, Marvel Studios se ha dado cuenta que la política de apuesta por un buen guión, un director razonable y un reparto repleto de estrellas, es la única manera de ofrecer un film que roce un gran nivel cinematográfico en todos los aspectos que puede tener una película moderna. Además, con esto se logra un efecto colateral bastante curioso y muy deseado para asegurar un futuro próspero y repleto de millones, el aficionado a la obra publicada por la compañía comiquera se siente satisfecho con lo adaptado, algo sin lugar a dudas muy importante.

Iron Man: Mark III

Iron Man (2008) de Jon Favreau se ha estrenado "mundialmente" ayer miércoles 30 de abril del 2008 y viene a marcar un cambio de rumbo, no de 180º pero cerca, que se verá refrendado este año por The Incredible Hulk (2008) de Louis Leterrier. Sin querer sonar presuntuoso hay que reconocer que la revisión del hombre de acero de Marvel es, hasta el momento,  la mejor película realizada desde la factoría del cómic número uno en USA. Una apuesta de 186 millones de dólares, súmenle gastos publicitarios y nos pondremos no a la altura de Spiderman 3 (2007) pero por cifras de escándalo seguro, que recaudará según estimaciones iniciales entre 60 y 70 millones en el mercado norteamericano. Ojo, en la meca del cine sale a la luz mañana día 2… somos unos privilegiados!

Tony Stark, impresionante Robert Downey Jr., es un privilegiado hombre de negocios que vive en un mundo propio donde el despilfarro, las fiestas, el alcohol y las mujeres, completan una vida basada en la producción de armas ultramodernas que agilizan las guerras. Mientras está en Afganistán presentando su última gran creación, el convoy de Stark sufre un ataque de una guerrilla y este es secuestrado. Malherido y obligado a vivir a partir de ese instante pegado a un aparato que evite que la metralla alojada en su pecho le llegue al corazón, Stark ve como son en realidad las cosas con los productos que crea y decide fugarse fabricando junto a Yinsen (Shaun Toub) la primera de las armaduras de lo que más adelante será Iron Man. Una vez rescatado, no sin antes demostrar de lo que es capaz este erudito de la tecnología, enfocará su vida a la investigación y creación de la armadura definitiva. Con la ayuda de su asistente Pepper Potts, excitante Gwyneth Paltrow, y de su amigo Jim Rhodes, un poco aprovechado Terrence Howard, Iron Man deberá hacer frente no ya a los productos que salen de su propia fábrica, si no a la diabólica creación de su colega Obadiah Stane, Jeff Bridges interpreta a un villano de los que crean escuela, que no dudará en hacer un pacto para probar la nueva tecnología ideada por el genio Tony Stark.

Iron Man: Mark II

El derroche de efectos visuales se ha visto impresionantemente mejorado gracias a la aportación del inigualable Stan Winston y su equipo de especialistas de los Stan Winston Studios. Apartándose de la línea que rige ahora en Hollywood, Paramount Pictures ha decidido ofrecer una rigurosa combinación de CGI, animación digital, y efectos físicos para dar más credibilidad a las diferentes armaduras que se han creado. Si la armadura Mark I es fabulosa, la menos usada Mark II no se le queda atrás aunque la espectacular Mark III quita el hipo. Mucho ojo a Iron Monger, esa versión avanzada del concepto de la Mark I es uno de los mejores villanos que se pueden escoger para el arranque de una brutal saga.

La historia es sencilla y combina hábilmente altas dosis de acción con jugosos chascarrillos de comedia. Ojo, puede que el film tenga sus defectos, creo que el paso del tiempo no está muy logrado o por lo menos no da la sensación que debería, y hay un par de momentos confusos en cuanto a las primeras intervenciones de la Mark III. Pero quitando este par de nimiedades Iron Man es un film robusto y muy pero que muy recomendable. Como aficionado he quedado encantado con el resultado, Marvel ha enfilado sus producciones hacia un horizonte de éxito que confiemos se siga buscando en el futuro con The Incredible Hulk, Thor (¿?), Ant-Man (2010), Captain America (¿?) y The Avengers (¿?).

Iron Man: Mark I

Para rematar indicar que el film hay que disfrutarlo de pe a pa. Detalles como el de Harold ‘Happy’ Hogan, Jarvis o SHIELD incitan a quedarse todo el rato. Ojo al parche, los 126 minutos que dura la película son obligatorios!

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Es increíble ver lo que cuesta escribir una opinión con cierto sentido cuando lo que has visto ha sido algo plano y sin interés alguno. Esta semana 20th Century Fox ha estrenado mundialmente Jumper (2008), un film de ciencia ficción dirigido por Doug Liman, basado en una obra de Steven Gould, y que cuenta con un reparto con actores conocidos como Hayden Christensen, Samuel L. Jackson, Jamie Bell , Diane Lane, Michael Rooker, Tom Hulce y Rachel Bilson. Vale, está claro que nadie esperaba ver una revolución cinematográfica que nos dejara con lo ojos como platos y la boca abierta. Eso lo sabemos todos, pero también sabemos lo que no contábamos encontrar, un film plano, francamente desconcertante y desilusionador en todos los sentidos posibles. Mirando atrás en su carrera creo que sorprende que Liman haya sido capaz de semejante tedio, porque no se le puede llamar de otra manera, teniendo en cuenta parte del reparto y el supuesto poder de un guión escrito por David S. Goyer.

Quizás uno pueda disculpar al responsable arguyendo que es la primera incursión en la ciencia ficción de Liman, pero la cosa no tiene perdón. La película es rematadamente fraudulenta. Durante los últimos meses nos han vendido un producto de acción, con una premisa casi genial barajando las posibilidades que daría tener el increíble poder de la tele transportación, y lo que parecía ser una especie de caza de brujas o enfrentamiento entre bandas rivales en esto del desplazamiento ultrarrápido. Pero nada, que va, lo que se presentaba como un concepto ambicioso se ha transformado en una completa pantomima. Un joven al que todo el mundo le da por machacar, compañeros de escuela y padre, descubre un día que tiene el poder de tele transportarse. Ni corto ni perezoso se las ingenia para robar a gran escala durante un número indefinido de años y convertirse en un ricachón que vive en New York. Su repentina falta de toque al hacer uso de su poder, esto me parece irrisorio teniendo en cuenta que lleva usándolo al mismo ritmo un buen puñado de años, llevará a que nuestro héroe sea descubierto por uno de sus iguales, un potable Jaime Bell como Griffin, y por una sociedad de paladines que se dedican a dar cuenta de los conocidos como "jumpers" y que está encabezada por el violento Roland (Samuel L. Jackson) .

Cartel de Jumper

De antemano hay que decir que no se puede negar que Doug Liman es un  director con cierta mano para hacer cosas buenas o, por lo menos, entretenidas. Es el responsable de Swingers (1996), El caso Bourne (2002) o Mr. y Mrs. Smith (2005). Estos proyectos sorprendieron en su momento. Por ejemplo, la primera parte de Bourne fue el correctísimo inicio de una saga muy prometedora que renovó el género de espías hasta unos límites poco esperados en ese momento. Lo de la familia Smith no estuvo mal aunque fue un proyecto descaradamente publicitario para aprovechar a la pareja de moda en el año de su estreno. Pero vamos, lo de  Jumper no tiene perdón, es floja de narices por no decir que es mala de solemnidad. La historia no aporta nada bueno en ningún momento, deja de lado lo que casi con toda seguridad puede resultar más interesante, y opta por centrarse, ojo, esto igual es cosa de la novela, en el personaje de Christensen, su simplona existencia y como llega a ser lo que es en poco más de 5 minutos. De ahí se pasa de sopetón a una cacería sin sentido donde la acción es tan breve que resulta más bien ausente. Todo esto nos viene regado con una relación surrealista cogida con pinzas que no sirve para nada más que odiar toda aparición de Rachel Bilson.

En fin, continuemos con el problema del reparto. El amigo Hayden Christensen es uno de los peores actores que se ha sacado Hollywood de la manga en los últimos años. Nacido a la sombra de George Lucas demuestra nuevamente en Jumper por qué es odiado por tanta gente. Tiene más cara de palo que Matt Damon, protagonista de Bourne, y si bien de aquella Liman le sacó un partido impresionante al actor, con Hayden se demuestra que donde no hay, pues no hay. Samuel L. Jackson muy en su línea, actor duro para un papel duro y mucho más dinámico y entretenido que el principal protagonista. El rol de Jamie Bell no está nada mal y se agradece que tenga las cosas claras. El resto es un chiste… Michael Rooker y Diane Lane salen un par de minutos y, si bien el primero tiene cierto sentido, la participación de la segunda es tremenda y patética. ¿A que narices viene ese personaje? Pues a que si la película funciona en taquilla nos puedan ofrecer una segunda parte con ella de protagonista. Menos mal que la crítica mundial la pone a caldo avisando de las grandes carencias que presenta el film.

Ridícula, previsible e incoherente. Esta es la mejor manera de describir lo que es Jumper.

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Por favor, no leas este post si no has visto todavía la película. Creo que si primero la ves puedes llegar a entender todo lo que planteo y disfrutar realmente de las infinitas dudas que se nos presentan.

Después de siete incansables meses de publicidad viral, webs, acontecimientos y demás, Cloverfield a.k.a. Monstruoso (2008) de Matt Reeves ha llegado a las salas de cine. Llevo toda la mañana dándole vuelta a lo que vi ayer y tengo la sensación de que nada está completo y que, con la retorcida mente que demuestran tener J.J. Abrams y Drew Goddard, todavía habrá más. La película me ha gustado y, más si cabe, me está haciendo buscar en lo ocurrido durante este tiempo para entender que hemos visto en realidad.

Cloverfield a.k.a. Monstruoso, ahora le encuentro un sentido más acertado a la traducción del título al español, es un film bueno pero decididamente agotador. Entras en el cine sin saber muy bien que vas a ver y, al poco rato, comienza un imparable estallido de taquicardia y tensión que durante 80 minutos no cesa. Tengo que reconocer que me pasé todo el rato sentado en la misma posición, encogido y con el corazón en un puño porque lo que veía me desconcertaba y acongojaba. Ahora bien, pienso que la película empieza a no ser una monster movie al uso y apuesta más por la idea de revelarse como un film de supervivencia, inconsciencia y decisiones arriesgadas. Que una criatura asole New York y acabe con todo lo que se mueve por la zona, vale, ese no es el objetivo real al que quiere llegar la película. Nosotros no asistimos al entretenimiento que puede ser ver eso desde un punto de vista irreal como espectador, ver Godzilla (1998) de Roland Emmerich para esta sensación, en verdad nos metemos en lo le ocurre a un grupo de personas en el mismo instante en el que el caos se cierne sobre sus cabezas. Hay infinitos momentos de tensión, sonidos que retumban como si realmente estuvieras en zona de guerra, mucho peligro y actuaciones realistas basadas en decisiones tomadas con poca cabeza.

En definitiva, creo que el gran acierto de la película es habernos llevado por ese camino y no optar por lo típico, lo manido hasta la saciedad y clásico, algo que sin embargo es muy añorado por amplios grupos de espectadores. El monstruo de Cloverfield no es necesariamente importante, en realidad no haría falta verlo ni saber las razones de su invasión. Monstruoso es un giro completo en el concepto del cine de terror actual basado y apoyado en un universo propio nacido en internet y que ahora toma forma. La película me ha gustado pero me ha dejado incompleto, creo que Abrams, Goddard y Reeves buscan realmente eso, muchos secretos están todavía ocultos y tengo la agradable sensación de que el paso del tiempo nos seguirá aclarando lo que realmente se esconde tras esta magnífica idea.

Cartel de Monstruoso

En fin, ahora las dudas y revelaciones. El primer detalle que me ha llamado enormemente la atención, y que ahora me hace plantear nuevas cosas, es la irregular línea temporal de los acontecimientos que se descubre una vez arranca el film. Llevo un buen rato dándole vueltas a la cabeza intentando saber que sentido tiene todo lo que ha ocurrido. Este es el pensamiento que me cruza ahora la cabeza… lo que hemos visto se produce temporalmente hablando antes de lo que hemos descubierto en las páginas webs de 1-18-08, Tagruato, Slusho! y T.I.D.O. Wave. 1-18-08 no es más que es el momento de la salida a luz, el instante en el que se desvela lo que realmente ocurrió entre abril y mayo del 2007 en New York. Por lo tanto, ¿en que momentos ocurre todo lo que hemos visto durante estos meses? Por ejemplo, el hundimiento de la estación petrolífera Chuai de hace unas semanas es un acontecimiento a posteriori de lo que hemos visto en la película. Las nuevas bebidas de Slusho que ahora resultan tan aditivas han sido creadas después de la visita de la criatura a la isla de Manhattan. Los acuerdos de Tagruato en el mercado americano han sido firmados después de la reconstrucción de la ciudad. Incluso los supuestos vídeos de jamieandteddy.com [password: jllovesth], todavía no tengo muy clara su relación real con el proyecto, podrían tener sentido ahora y ser parte real del mundo Cloverfield.

En cuanto al secreto final del film tengo que reconocer que no lo tenía nada claro hasta ahora, aunque básicamente es porque no se entiende nada. Eso si, una vez planteado todo lo anterior tiene cierto sentido. No lo puedo confirmar pero parece ser que se escucha "Help us" o "It’s still alive". La primera opción da a entender que Rob (Michael Stahl-David) y Beth (Odette Yustman) pueden incluso haber sobrevivido al desastre Cloverfield, la segunda puede referirse a esta primera, alguien los descubre y se registra eso en la moribunda cámara de vídeo, o a que la criatura no ha sido finalmente aniquilada… de ahí lo que ocurre con Chuai, las ballenas, etc.

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Como lo prometido es deuda, ayer fui con un selecto grupo de amigos a ver Aliens Vs. Predator Requiem (2007), la nueva incursión cinematográfica de dos de los iconos del cine de ciencia ficción moderno: los Aliens creados por las mentes maestras de Dan O’Bannon y Ronald Shusett y los Depredadores de Jim Thomas y John Thomas. Antes de nada hay que dejar claro que Aliens vs. Predator Requiem, eso de Aliens vs. Predator 2 no me gusta nada, es un film plano, sin más pretensión que entretener al público que quiere ver acción, combate y generosas dosis de casquería. Además, visto lo visto, es infinitamente superior en este sentido a su predecesora, la por momentos muy casposa Aliens Vs. Predator (2004) de Paul W.S. Anderson, donde la acción brillaba por su ausencia y en la que el miedo a la MPAA hizo que se estrenara con una indigna PG-13 para este tipo de películas. Lo dicho, hay que reconocer que Colin y Greg Strause han sabido hacer muy bien su trabajo. Demostrando una completa incompetencia a la hora de crear una película basada en una historia con cierto sentido, el trabajo de guión de Shane Salerno es de puro chiste, han sabido trasladar su amplio conocimiento del mundo de los efectos especiales para sacar todo el jugo posible a un argumento 100% plano.

Cartel japonés para Aliens Vs. Predator Requiem

Entremos de lleno en la película. Enlazando con el final de la primera parte, el Depredador superviviente era rescatado por los de su especie desconociendo que estaba infectado. Por lo tanto, en pocos minutos la nave depredadora sufre un ataque interno por parte de un híbrido de ambas especies que se desarrolla a velocidad de vértigo, un predalien imparable que no tarda en dar cuenta de toda la tripulación. Por lo tanto ya tenemos tema, la nave se estrella al poco rato y la acción cambia del Polo, donde Weiland intentaba hacerse de oro, a un pequeño pueblo del estado de Colorado. Aquí viene la primera gran mejora, la nave está plagada de facehuggers que no tardan ni un minuto en dar cuenta de un padre y su hijo que están de caza en un frondoso bosque, churrasco del bueno. En estas vemos como desde el planeta de los depredadores, gran descubrimiento este, una especie de limpiador sale a la caza de los asesinos de sus iguales para dejar claro quien manda en esta orilla del universo. Llegados a este punto lo mejor es no preguntarse porque ocurre esto o aquello, no me interesa saber como de rápido viaja la nave del depredador, como logran llegar en un minuto el par de cazadores a la nave siniestrada cuando esta debió recorrer varios kilómetros en su accidente y, sobre todo, porqué narices un pueblo de 5.000 personas tiene más medios y servicios que una ciudad de 100.000 habitantes.

Durante la siguiente hora y media dominan la acción, las frases chapuceras, las interpretaciones de chiste y las situaciones más previsibles que uno se puede imaginar. El reparto, completamente desconocido, es bastante convencional en sus papeles. Tenemos a los clásicos hermanos rebeldes que molan porque si y que son capaces de hacer frente al caos que se monta sin pestañear, el poli redimido que opta siempre por la peor opción, la madre militar que está de paso para ofrecer ciertas posibilidades de supervivencia y la novia fácil que busca, y encuentra, guerra en todo momento. El resto del personal son cadáveres andantes que sufren las más variopintas muertes: empalado, descerebrado, devorado, reventado o derretido. Algo que me ha hecho mucha gracia han sido las mil referencias plagio a los films de los genios Ridley Scott, James Cameron o John McTiernan. Tenemos desde nombres de los personajes fotocopiados, ese Dallas líder de grupo protagonizado por Steven Pasquale en homenaje al Dallas caracterizado por Tom Skerritt de Alien, El octavo pasajero (1979), pasando por una secuencia donde escuchamos por la radio como un grupo de la Guardia Nacional es aniquilada en una razia Alien, una clarísima referencia a la masacre que sufre el comando del Sgt. Apone (Al Matthews) en Aliens (1986), o la clásica secuencia de la dolorosa operación que se auto efectúa el Depredador subido a un árbol, guiño a la misma escena de Depredador (1987).

Por lo tanto, un film recomendable si lo que quieres es ver acción y generosas dosis de casquería. Más allá no ofrece nada aunque es infinitamente superiro a otros subproductos estrenados con mayores promesas hace unas semanas, véase Resident Evil: Extinction (2007) de Russell Mulcahy.

 NOTA  Ya tenéis disponible el nuevo número de la revista Sci Fi.es. El artículo de este mes que escribo se titula "En 2008 la guerra del cómic sigue su batalla en el cine".

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El pasado viernes acudí con un amplio grupo de amigos a ver I Am Legend / Soy leyenda (2007) de Francis Lawrence, la tercera adaptación, si se puede llamar así tras Last Man On Earth (El último hombre sobre la tierra, 1964) con el gran Vincent Price y The Omega Man (El último hombre… vivo, 1971) con Charlton Heston, de la homónima obra del autor Richard Matheson.

Por enésima vez estamos ante una adaptación cogida muy, pero que muy, con alfileres. Recuperando unos cuantos conceptos, muy pocos detalles, y el título, Francis Lawrence y Warner Bros. Pictures hacen creer que han llevado de nuevo la obra de Matheson al cine. Nunca más lejos de la realidad. Advirtiendo que la fidelidad al libro es nuevamente nefasta, se puede disculpar a los responsables diciendo que el cine es así y esto es lo que hace que en poco más de 10 días un producto cinematográfico lleve recaudados casi 150 millones de dólares. Aunque bueno, creo que si fueran conscientes de las posibilidades reales de la obra seguro que tendrían recaudados 300 a estas alturas. En fin, el inicio de Soy leyenda nos describe brevemente el origen del desastre ocurrido. Una científica (Emma Thompson) comenta en un programa televisivo cómo modificando una cepa de cierto virus han logrado curar el cáncer. Por alguna razón no explicada el tema se les escapa de las manos y, en vez de curar, provocan que el 90% de la población mundial muera. Del 10% restante, un 1% son inmunes al virus y el otro 99% se transforman en criaturas "similares" a vampiros. Nuestro protagonista es Robert Neville (Will Smith), un científico militar inmune al virus que está convencido de ser el único superviviente de la raza humana y que, desde el inicio del caos y durante 3 incansables años, no ha dejado de buscar solución al problema.

Cartel de Soy leyenda

Siendo benévolo hay que reconocer que, de alguna manera, en la película existen cosas parecidas a las descriptivas tristes soledades narradas en el libro, los flashbacks que nos recuerdan los momentos anteriores a la gran debacle, y, sobre todo, que las víctimas del juego a ser dios han mutado en algo similar a vampiros. Menos mal que dejamos atrás los patéticos vampiros / zombis del film de Price y los tipejos de pelo afro blanco, extremadamente parlanchines y vestidos con toga negra de la película de Heston. Aunque bueno, ni tanto ni tan poco! Si lees la obra te puedes dar cuenta del gran juego que puede dar el uso de vampiros modernos, su desquiciada y consciente forma de actuar, su aversión a los clásicos conceptos del ajo, los espejos, la luz solar, etc. Eso mola más. Aquí tenemos a unas criaturas que no sabes muy bien lo que son. Corren que se las pelan, saltan como si tuvieran muelles en los pies, viven ocultos en las sombras y, como les de el sol, se tuestan a velocidad de vértigo. Mirando positivamente lo ofrecido hay que decir que las criaturas del film son medianamente inteligentes, capaces de aprender y, menos mal, de actuar de manera ordenada… algo es algo!

¿Me ha gustado por lo tanto Soy leyenda? Bueno, digamos que no me ha disgustado del todo. Una hora y cuarenta minutos medianamente entretenidos, con algunos momentos tediosos y otros que sencillamente sobran como la caza de ciervos. Creo que se han pasado introduciéndonos lo que hace diariamente Robert Neville dejando de lado otros temas más importantes. En tan poco metraje, la razón real de su lucha ha quedado un poco pillada por los pelos. Eso si, me ha gustado mucho la desesperada relación que tiene con el perro que le acompaña y como lo trata casi como un humano. Quizás estos detalles aporten un poco más de chicha a la desesperada búsqueda de soluciones en la que se basa la película.

Ahora hablemos de otro tema. Si, toca charlar de los cansinos efectos digitales. Personalmente creo que Hollywood vuelve a apostar por lo fácil bombardeándonos con cientos de escenas donde lo digital aburre. Hubiera preferido una combinación de efectos de maquillaje y animatrónics para representar a las criaturas. Siempre sería mejor a ese derroche de efectos visuales que, si bien convencen aunque suenan a demasiado vistos, son claramente excesivos. Comprendo que para las escenas de masas tengas que servirte de técnicas digitales que te permitan rellenar la pantalla de cientos de criaturas que brinquen, trepen y actúen con cierta lógica artificial. Pero para el resto no debería ser así… Sería preferible que ciertos primeros planos y enfrentamientos cara a cara se vieran recompensados con maquillajes realistas que dieran cierta sensación de presencia. Otro tema es su perfecto uso para mostrarnos un New York destrozado, comido por el tiempo y muerto en todos los sentidos.

 NOTA  De los guiños de Warner Bros. Pictures a otros proyectos que tiene en propiedad decir que solo he sido capaz de ver el gigante cartel de Batman Vs. Superman, del resto que se comenta nada de nada. Del trailer de The Dark Knight / El Caballero Oscuro (2008) de Christopher Nolan poco que comentar. El doblaje de Joker (Heath Ledger) no me ha gustado mucho, cada vez odio más que doblen las cosas, se pierde mucha de la esencia de los personajes.

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