julio 2025
Jue 3 Jul 2025
Terminado junio y tratando de mantener el buen ritmo de publicación mensual descargo la batería de films del mes encabezados por 28 años después. Junto a esta gloria unos buenos últimos 30 días con recomendados visionados en cine como los de La trama fenicia, Ballerina o Sirât, y en plataforma como Warfare. Luego un repaso a otras cosas que me he visto y siempre vale la pena comentar para crear interés. Disfrutad.
28 años después (28 Years Later) de Danny Boyle. Alex Garland es el maestro de las distopias que pergeña Boyle. Y en 28 años después se inventa una distopia de su propia distopia. Film dividido en tres partes, un coming of age de rigor, una historia de ternura maternal con una Jodie Comer impresionante y un no menos inesperado Ralph Fiennes, y una genial sesión a toda velocidad de Tu madre se ha comido a mi perro… en definitiva, un film que va más allá de sus predecesores, plagada de personajes icónicos y secuencias que perdurarán en nuestro subconsciente a perpetuidad (maravilloso inicio, aún mejor final).
La trama fenicia (The Phoenician Scheme) de Wes Anderson. No es el mejor Anderson, pero es ideal para pasarte unos 85 minutos partiéndote de la risa con la perro flauticas ideas de ese bárbaro protagonista que es Benicio del Toro. Si bien el final flojea cosa fina (los 10 últimos minutos), el resto es una delicia donde podemos asistir a un nuevo imparable frenesí wesandersiano, donde los diálogos fluyen cual torrente embravecido, donde la angular escenografía es un personaje más en la perfecta distribución del plano y la secuencia, donde cada nuevo personaje que entra en escena otorga otro pico de ilusión gracias a una magnífica presentación y un mejor desarrollo. El teatrillo montado por Anderson es gloria bendita, como siempre ocurre en sus películas, y si te mola su cine te lo pasarás teta. Es una pena que no explote ciertos detalles (venenos) y personajes (el gag del piloto), pero como siempre todo se perdona ante una de cine entre colegas con un reparto que no tiene parangón. Una de las cosas más fllpantes, el impresionante parecido de Michael Cera con el Gene Wilder del Jovencito Frankenstein…
Cartel de 28 años después
Ballerina de Len Wiseman. ¡Si es que el universo John Wick aka Baba yaga no puede tener más sustancia! Poco tiene para sorprender esta Ballerina en otra historia de venganza al uso, donde la protagonista Ana de Armas, quién se lo iba a decir tras Knock Knock, muta en una suerte de asesina imparable. El film atesora lo que tiene que atesorar, muy buenas secuencias de acción, si bien lo de Keanu Reeves es harina de otro costal, y aunque Wiseman no es Chad Stahelski, el todo funciona. Dejando de lado posibles problemas durante la producción, la primera parte es un poco suplicio eterno, pero en cuanto Ana la arma, porque es de armas tomar, pues zasca… vuelco y disfrute. Hay detalles potentes como el mega lanzallamas, la batalla a lo Dragon Ball, y la siempre agradable presencia de Keanu para enderezar todo. El resto simpático, con ese villano con cara de Gabriel Byrne (que buen villano es cuando se lo propone), ese soso que en esta ocasión le toca ser a Norman Reedus, y la mayorcísima Angelica Huston. Para ver en cines porque te deja sordo cosa fina. Ah, la parte final en cierto pueblo es una delicia se mire como se mire.
Warfare: Tiempo de guerra (Warfare) de Ray Mendoza. El desastre en tiempo real. La visión de Mendoza (director, asesor cinematográfico y excombatiente de la guerra de Irak), acompañado por Alex Garland, del resultado de una misión (de la que fue partícipe) en un día indefinido de los tiempos de aquella guerra. Tensa y mundana, centrada en la camaradería, en la supervivencia y una hora y media de caos. No hace falta ser violenta o hiperbólica para cuajar, y Mendoza cumple con una película que no te deja sabor de boca… la guerra siempre ha sido y será jodida. Le acompañan unos cuantos rostros molones del cine de los últimos años. La tenéis en Prime Video.
Sirât de Oliver Laxe. La Carga maldita de Laxe… vaya atronadora propuesta, viaje a ninguna parte de un padre, su hijo y una troupe de saltimbanquis adictos a las rave y esa música que te teletransportar a otra dimensión. Un viaje por el desierto terrorífico, asfixiante y desgarrador. William Friedkin aplaudiría.
Cartel de La trama fenicia
Toca ahora una mirada a otras cosas interesantes del mes…
Sting. Araña asesina (Sting) de Kiah Roache-Turner. Las horror movies de criaturas gigantes son siempre buenas para la salud. Si encima juegan con el terror arácnido y el asquito de que ello deriva, pues gracias extra. Sting. Araña asesina es la respuesta made in USA a Vermin: La plaga, la propuesta francesa donde en verdad el pueblo arácnido es la gran protagonista. En esta ocasión una araña es la que arma la mari morena, creciendo de forma descontrolada gracias a una adolescente que no tiene nada mejor que hacer. Sí, Sting es un poco Hatching, pero en lugar de un huevo, una extraña especie de araña… o araña galáctica. Tiene su gracia, el monstruo es generoso y no se escatima en aplicar ciertas dosis de gore y truculencia. Además, es perfecta para seguir explotándose a lo Critters por ejemplo. Vamos, su futuro es en forma de secuela directa a VOD.
Y2K de Kyle Mooney. A medio camino de The Faculty y Virus, pero sin la gracia y encanto de la primera, y sin la potencia de los FX de la segunda. La idea tiene su miga: una rebelión de las máquinas, una notable batería de referencias nostálgicas, y una mezcla de comedia teen, ciencia ficción y tonterías varias. Lo malo es que se queda en el limbo de lo más flojo entre lo flojo, por no decir que flojísimo. Jaeden Martell no tiene el encanto suficiente, Rachel Zegler ahí está pre-Blancanieves como una crack de la informática, y Julian Dennison, que es el que más mola de todos, pues explota su presencia hasta… hasta que deja de hacerlo. Hay de todo, pero insuficiente. Para ver una vez y adiós.
Antebellum de Christopher Renz y Gerard Bush. ¿Quieres ver Antebellum? Pues te pediría a gritos no leer nada para llegar cinematográficamente "virgen" a su visionado. Adiós. ¿Ya la has visto? Pues quiere el film jugar en la liga de los misterios que domina desde hace varios lustros el maestro Shyamalan, presentando una doble narración que bebe directamente de las ideas de este, y que, la verdad, funciona de forma muy correcta. Antebellum es bien, con Janelle Monáe sufriendo a tope, y con rudas secuencias que te ponen en la senda de la más profunda y seria 12 años de esclavitud. Pero ojo, que el truco del almendruco que se sacan de la manga, y si no sabes, te deja con el culo bien torcido… vaya paranoia. Salvaje, para verla y pasar un rato entretenido entre tanto movimiento cafre.
Cartel de Warfare
Time Trap de Mark Dennis y Ben Foster. Una indy de esas hecha por dos colegas donde surge una muy buena idea, curiosa y arriesgada, pero lo que podría molar mucho, y de verdad, acaba entrando en una espiral de pajas mentales que en parte desvirtúan la original propuesta. Hay que jugársela hombre, la ciencia ficción de este estilo tiene que dejarte más tocado y menos flipado.
El exorcista III (The Exorcist III) de William Peter Blatty. Otra que tenía ahí en el debe, ¡y menuda locura la gestada por Blatty! Secuela muy paranoide y rara de narices que nos sirve en bandeja un tardío viaje al infierno con asesino en serie de manicomio por parte de George C. Scott, encarnando aquí al teniente Kinderman, interpretado por Lee J. Cobb en El Exorcista. Blatty construye una cosa muy rara donde tienen cabida el gran Brad Douriff o el mismísimo Jason Miller (again), reimaginando como digo a Kinderman y también al padre Dyer (Ed Flanders vs. William O’Malley). Se salta la era Reagan (ni falta que haceI), y la película no escatima en asesinatos truculentos (todos fuera de cámara) o paranoias celestiales, y que si un día tuviéramos suerte se podrían llegar a ver (ese maldito y perdido montaje del director). Potente como pocas, con verdaderos jump scares que te tuercen la boca.
Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño (A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors) de Chuck Russell. Una de las películas más molonas de la saga Pesadilla en Elm Street. Además de contar con el regreso de Heather Langenkamp como Nancy Thompson, y de John Saxon como su padre, cuenta en su reparto con gente molona de la talla de Patricia Arquette (la prota junto a Heather) y un joven Larry Fishburne antes de mutar en lo que luego fue y es. Para colmo se propone un juego brutal que hoy en día sería polémico: los sueños de Freddy son en esta ocasión un nexo con las tendencias suicidas de unos adolescentes encerrados en el sanatorio donde todo ocurre. Riza el rizo un director como el bendito Chuck Russell, y una tropa de maestros de los FX como Greg Cannom, Kevin Yagher o Mark Shostrom, acompañados en sus tareas por, años más tarde, maestros de la talla de Mike Elizalde, Screaming Mad George, Everett Burrell, Robert Kurtzman o John Vulich… vamos, la crem de la crem en el mundo de los FX prácticos de la década de los 80 y 90. Una joya.
Asesino invisible (The Car) de Elliot Silverstein. Una de esas que tenía en la despensa de pendientes desde hacía eones… así que misión cumplida. The Car, titulada Asesino invisible por estas tierras, es una singular propuesta setentera donde se fusiona la serie B de autos / motos a toda velocidad – hermana tardía de Punto límite: Cero (Vanishing Point) -, con lo demoníaco y lo macabro. La idea en si copia pega la base de Tiburón (un policía en un pueblo de mierda, una familia a la que proteger, muertos por doquier por un ser que aniquila sin miramientos, y una caza suicida para acabar con la "criatura"). Detalles molones tiene unos cuantos como la muerte de la novia de James Brolin… una burrada de tres al cuarto, que te deja totalmente impactado y que no dejó indiferente a Quentin Tarantino (tal cual la coló en esa joya que es Death Proof), o ese final que, no me jodas, es clavado al de ¿Qué sucedió entonces? (Quatermass and the Pit), pero con la presencia diabólica dando la cara y dejando a todos anonadados. Pues eso, mola un huevo… si hubieran hecho en los 80 o 90 hubiera sido una cafrada de tomo y lomo.
Hasta agosto…