Opinión


No se ni como me he dejado convencer. Os he hecho caso y, armándome de valor y muchísima paciencia, he decidido perder cerca de hora y cuarto para ver Dragonball Evolution (2009), 76 minutos cronometrados hasta el inicio de los créditos finales. Una vez rematado el metraje de este simulacro de film se me plantea una importante pregunta que debería ser realizada en cierto despacho de una singular oficina de algún céntrico edificio de New York, Rupert Murdoch déjate ver! La verdad, no se en que momento de demencia Akira Toriyama dio su brazo a torcer para que Stephen Chow, James Wong y la otrora respetable 20th Century Fox le convencieran de llevar a la gran pantalla semejante adaptación, si se le puede llamar así, del famoso manga. Es atroz todos los sentidos!

Algo que me coge totalmente por sorpresa es que incluso antes de comenzar esta secuencia de fotogramas sin sentido, tengo que reconocer que igual me he perdido algo desde mis tiempos mozos de serie televisiva, se plantee una relación directa entre los ¿dioses? Ozaru y Lord Piccolo, ese gran señor de la guerra que… perdón, ¿desde cuando dominaba al gran mono?  La sorpresa sigue in crescendo en ese momento en el que Goku habla directamente de namequianos que invadieron la tierra ¿desde que momento sabe Goku de la existencia de estos seres? En fin, corramos un tupido velo. Nuestro protagonista, un amago de Justin Chatwin, vive con su abuelo cebolleta Gohan, Randall Duk Kim, en medio del campo de una grandiosa ciudad de sabe dios donde. Con él aprende la técnica de la grulla o  la de la berenjena pizpireta. Todo esto le sirve para ser machacado por unos cuantos compañeros de instituto recién salidos de una serie al modo "Al salir de clase" (1997-2002). Más salido que la esquina de una mesa, Goku le pregunta a su propio abuelo que se deje de tanta parafernalia marcial y le enseñe técnicas de ligoteo, nuestro protagonista acude a una fiesta en casa de una lozana Chichi (Jamie Chung) y demuestra que de algo sirve todo lo que su abuelo le obliga a aprender. Dejando estas sutilezas de la historia para otro momento, Lord Piccolo, un James Marsters que sale poco o nada y casi siempre en primeros planos, se carga a Gohan. Este es el punto en el que la búsqueda de las Bolas del Dragón comienza a tener un pelín de sentido, si es que en algún momento lo llega a alcanzar la película.

Póster de esta cosa

En fin, la magna obra de Wong, supongo que Toriyama renegará cuando vea el resultado, está repleta de paridas tan penosas que asusta de solo plantearlas. El modo Palantir de las Bolas del Dragón que permiten ver a Goku retazos de su vida olvidada o del futuro es para quedarse sin palabras. Que Piccolo seque un lago y se pasee por el lodazal cual pescador buscando una bola en vez de hacer uso de secuaces, que todo sea dicho no valen ni para forrar pelotas, es tristísimo. La guasa que se trae el maestro Mutenroshi, que bajo has caído Chow Yun-Fat, tampoco tiene gracia. Yamcha (Joon Park) también es de pega, tanto como el sorprendente torneo de artes marciales en el que se nos introduce a velocidad de vértigo y sin ningún propósito más que sacarnos a la velocidad del rayo del mismo. Todo esto desemboca en una retahíla de efectos de índole simiesca, realizados con cuatro duros, y que vienen a ligar de la mejor manera posible el desaguisado montado por el guionista, bravo Ben Ramsey, los productores y todo elemento que haya tomado decisiones sobre esta adaptación.

Triste, pobre, deleznable, patética, chorra, penosa, pérfida, pútrida, casposa, truño del tamaño de un 8000, salchichera, mala hasta decir basta, sonrojante, torpe, miserable, insuficiente, funesta, desesperante, fatal, mortecina, deplorable, mugrienta y de infausto recuerdo. Así es Dragonball Evolution. Espero que no hagan una segunda parte porque, o cambia muy mucho, o puede ser lo peor.

No se que más se puede decir. Creo que he ganado un par de dioptrías de solo verla. Eso si, pasarán a la posteridad esas grandes frases salidas de los magistrales lápices del desde ahora azote Ben Ramsey. "Que me llame Chichi no quiere decir que sea idiota", "para ser yo mismo debo ser dos", "saca el goku que hay en ti" o "Dragón, la prueba de las siete ha sido superada". No se salva nada, ni la guapa Emmy Rossum como la procrastinadora Bulma.

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Cada maestrillo tiene su librillo y Alex Proyas tiene uno tomo forrado de cine a su medida alejado de los grandes estudios comelotodo de Hollywood. El no muy prolífico director, lleva casi 15 años trabajando por la ciencia ficción moderna y no es que tenga una filmografía para tirar cohetes en cuanto a cantidad, es sin embargo uno de los mejores representantes de la originalidad y el buen hacer con los medios bastante justos. Tras poner una muy personal pica de tintes oscuros y góticos en sus anteriores proyectos, el film comiquero El cuervo (1994), la fantástica y de culto Dark City (1998), o la no tan fabulosa Yo, robot (2004), el director nacido en Egipto pero de mayor presencia griega y australiana nos presenta su nueva incursión en la ciencia ficción moderna… la saludable y muy disfrutable Señales del futuro (2009).

Póster español de Señales del futuro (Knowing)

Dejando claro que no se trata de su mejor película, la cima alcanzada con Dark City siempre será difícil de superar o incluso simplemente alcanzar, Señales del futuro es un ejemplo de buena ciencia ficción, con una dosis de tensión que manejada con habilidad no deja respirar al espectador durante las dos horas de duración, y donde se nos ofrecen alguna de las secuencias más impactantes vistas en el cine desde hace mucho tiempo. La historia nos lleva a mediados de los años 50. Una joven niña con algún tipo de problema anota en un papel una serie de números sin mayor sentido que acaban formando parte de un proyecto escolar en forma de cápsula del tiempo. Pasan cinco décadas, celebraciones varias, y una casualidad lleva al profesor del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) John Koestler, un muy notable Nicholas Cage en uno de sus mejores papeles de los últimos años, a descubrir en la inconexa lista numérica un patrón oculto de letales consecuencias. En un momento de tormenta de ideas regada con whisky, Koestler descubre que ciertas secuencias aisladas de la larga lista coinciden siniestramente con fechas de grandes desastres y atentados con destacadas cifras de muertos entremedias. Desde este punto Proyas nos lleva a la desesperada búsqueda de las razones que explique lógicamente el patrón numérico encontrado y las consecuencias que traerá… la lista no ha alcanzado su fin y todavía contiene tragedias futuras.

Proyas vuelve a ofrecer un producto de autor, muy personal y que circula entre el terror de mejor sello, sorprende este punto, y la ciencia ficción más trabajada. El guión del escritor Ryne Douglas Pearson, Juliet Snowden y Stiles White, basado en una idea del primero, viene a levantarnos el ánimo y seguir creyendo que las ideas originales y totalmente convincentes son todavía posibles. Sin grandes artificios, apoyándose más en la quietud y la desesperación por el desconocimiento a lo que nos depara el futuro, además de contar con secuencias de efectos digitales bastante impactantes, Señales del futuro te mantiene en tensión y agarrado a la butaca del cine, intentando saber hacia donde quiere llevarnos el director sin ofrecer un ápice de información que nos acabe por desvelar la verdad del secreto oculto en la secuencia numérica. Eso si, todo lo bueno que nos ofrece Señales del futuro podría ser considerado casi perfecto si el film durara 5 minutos menos. Me cuesta comprender como la veteranía no es un grado en el cine mundial, hay veces que en este arte lo mejor es no explicar, hacer uso del manido MacGuffin y dejar al espectador con la boca abierta y con esa sensación de… "joder como ha molado". Proyas habría firmado un mejor film si no hubiera querido justificar las razones y hubiese optado por ofrecer un drástico fundido en negro. Id a verla, un buen entretenimiento para ir cerrando la Semana Santa.

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 AVISO  Por favor, si no has visto la película vete a verla cuanto antes y si no has leído el cómic vete a comprarlo y disfrútalo con calma. Esta opinión acepta spoilers porque creo que son necesarios para discutir a todos los niveles que el film merece.

Igual que ocurriera en 19861987 cuando DC Comics publicó en 12 entregas el cómic de Alan Moore y Dave Gibbons, el 6 de marzo de 2009 marcará un punto de inflexión dentro del mundo del cine comiquero tras ser estrenada Watchmen (2009) de Zack Snyder, la rigurosa adaptación de la significativa novela gráfica. Si bien este punto de inflexión se debe a la propia complejidad y marcada diferencia de la obra de Moore y Gibbons con respecto a la habitual línea de los films de superhéroes, lo obstinado de Snyder por ser siempre fiel, hasta el extremo en ciertas ocasiones, hace que el 99% de la obra gráfica esté presente en la versión en pantalla grande, un trabajo encomiable. Watchmen es una gran obra, con una historia fabulosa que llevada al cine ha encajado como un guante de seda en el mejor estilo del thriller, el cine de conspiraciones y el utópico mundo de los superhéroes. Con el salto al celuloide ha ganado un gran aliado que dará a conocer la obra a una nueva generación de admiradores del cómic.

Póster español de Watchmen

Junto a The Dark Knight / El caballero oscuro (2008), Watchmen da un paso más en el camino que demuestra que el cine basado en viñeta y grapa puede ser mucho más que músculo y efectismo. Watchmen no es un film de superhéroes, aunque los tenga, y se centra más en mostrar la ucronía de un grupo de héroes ocultos que en el pasado fueron pieza clave del día a día en las ciudades donde residían y que en el presente de 1985 deben permanecer ocultos sin actuar porque la ley se lo impide. En plena crisis mundial con la Guerra Fría a punto de desembocar en un enfrentamiento nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el asesinato de uno de estos "vigilantes" llevará a que el único que sigue en activo, pese al impedimento legal, investigue el crimen de su viejo compañero convencido que alguien quiere acabar con los enmascarados ahora retirados. En este punto arranca una historia donde conoceremos la desagradable vida de Edward Blake a.k.a. El Comediante (Jeffrey Dean Morgan) y las vicisitudes de sus viejos compañeros: Jon Osterman a.k.a el Dr. Manhattan (Billy Crudup), superhéroe oficial, empleado del gobierno y único ser en la tierra con poderes sobrenaturales debidos a un error en un fatídico experimento nuclear, Laurie Jupiter a.k.a. Espectro de Seda II (Malin Akerman), pareja sentimental de Manhattan, Dan Dreiberg a.k.a. Búho Nocturno II (Patrick Wilson), héroe retirado y único que parece mantener relación con todos sus viejos compañeros, Adrian Veidt a.k.a Ozimandias (Matthew Goode), el hombre más inteligente del mundo y propietario de un imperio comercial, y Walter Kovacs a.k.a. Rorschach (Jackie Earle Haley), el auténtico investigador de la conspiración contra los Watchmen.

Zack Snyder y su equipo ha sabido reflejar a la perfección el desalentador universo paralelo de esa hipotética era donde la presidencia de Richard Nixon parece llegar a su fin con un holocausto nuclear que acabará con el mundo entero. El film puede parecer lento pero es que la realidad es esa, la novela es difícil de leer y demasiado densa como para que transcurra como si no te enteraras. Las interioridades de los personajes, sus miedos al presente, recuerdos de viejas hazañas y secretos del pasado que deben permanecer ocultos, hacen que el espectador admire el verdadero sufrimiento de alguien que acostumbrado a ser glorificado ha tenido que pasar al más auténtico anonimato. Visualmente es una perfecta traslación de la viñeta al celuloide. No hay nada como volver a echar un vistazo a cómic en nuestras casas y admirar el superlativo trabajo fotográfico de Snyder. La película no pretende aportar nada más a la historia escrita por Alan Moore, si bien hace uso de ciertas licencias visuales en forma de violenta dureza que en el cómic no es que llegara a mostrarse, pero si intuirse. En definitiva, un trabajo a tener en cuenta y pasarse a ver alguna que otra vez para seguir buscando el perfecto trabajo de reflejo que ha osado llevar adelante Zack Snyder.

¿Y esas cosas que echamos en falta? Pues aquí no tengo más que entrar en defensa de la adaptación. El corte del director nos mostrará tanto la película con las consiguientes intercalaciones de los Relatos del navío negro, Tales of the Black Freighter (2009), y, espero, referencias a Bajo la máscara. Hacerlo en el cine hubiera sido un suicidio si no fuera optando por la división del film en dos partes, algo del todo inadmisible porque el tiempo entre cada película hubiera hecho perder el hilo de la compleja historia. El trastocado final merece un aplauso porque es sabido que el giro de la novela gráfica haría a mucha gente salir de la película aborreciendo el inclasificable final. El elegido por Snyder es muy acertado y mucho más cinematográfico que el imaginado por Moore en los años ochenta. Que si, que entiendo a los que dicen que si no lo quiere poner que no adapte la novela gráfica, pero hay que ir más allá de este detalle y pensar en el inteligente cambio y en el gustazo de poder ver / leer Watchmen en una sala de cine..

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Hace ya un par de semanas entré en modo voy a ver todo lo que me echen encima y, sin miramientos, acudí con idea de "disfrutar" de lo que podía ofrecer Ultimátum a la Tierra (2008) de Scott Derrickson. Este nuevo remake que Hollywood se saca de la manga no pasará a la historia y se unirá a la cada vez más larga lista de fracasos cinematográficos basados en ideas previas que están en la mente de todo aficionado al terror, ciencia ficción o fantasía. ¿Qué es Ultimátum a la Tierra? Pues un completo desastre, un aburrimiento como no se ha hecho en mucho tiempo y la enésima demostración de que hay gente con demasiado tiempo libre para revisar los clásicos y pocas ideas nuevas que ofrezcan algo de luz en el cine venido de USA.

Hay que reconocer que poco más se puede sacar de la idea original del clásico de la ciencia ficción que dirigió en 1951 Robert Wise. Cuando anuncias un remake y te ciñes 100% a lo que debes contar, y como, pues no hay muchas posibilidades de igualar o por lo menos acercarte al nivel de la obra de la que bebes. Nuevamente la Tierra se está muriendo y un organismo controlador de todas las galaxias del espacio se ha dado cuenta la que estamos montando y ha decidido acabar con todo ser viviente que puebla nuestro planeta. Como cabeza pensante del kit invasor tenemos a Klaatu, un soporífero y acartonado Keanu Reeves, acompañado por su ¿adlátere? Gort, un androide de dimensiones estratosféricas que engaña a la vista. Igual que en el original Klaatu es capturado, encerrado y cuchicheado por las altas esferas del dominio mundial, grupo que encabeza una desastrosa Kathy Bates, todo en ella sonroja. A diferencia de la primera versión Klaatu no quiere hablar de lo que debemos cambiar, no, aquí viene a decirnos que vamos a palmarla todos y santas pascuas… no hay redención.

Primer cartel de The Day the Earth Stood Still

De forma similar al original, mujer de por medio, Klaatu escapa de sus captores. Es en este punto cuando Helen Benson, una siempre convincente Jennifer Connelly, intenta hacer en razón al extraterrestre que podemos cambiar, que después de estropear las cosas siempre tenemos a mano un parche o remiendo para tapar esos agujeros. En su periplo de concienciación Helen lleva a Klaatu de visita para ver al Profesor Barnhardt (John Cleese), mismo personaje de la versión original pero que aquí ve reducida su participación a unos míseros 2 minutos. Barnhardt no hace entrar en razón a Klaatu y claro, Hollywood se guarda para estas cosas el comodín del niño… Jacob Benson, hijo de Helen y un militar fallecido, y que está interpretado por un cargante e inaguantable Jaden Smith, lo que hace ser hijo de. Saca de quicio, sobreactúa, resulta desquiciante y el solito, con cierta ayuda moquera de la madre, logrará hacer entrar en razón a Klaatu.

¿Y que pasa con Gort? Pues ni Klaatu barada nikto, ni secuestro de la damisela ni hostias en vinagre. Gort es esta vez un megabot humanoide que tiene la capacidad de transformar su cuerpo en polvo del desierto repleto de granitos robóticos con forma de plaga de langostas. Ala, para esto vale Gort, el destrozador. Los efectos especiales del androide tampoco son para dar saltos de alegría. Si tal mola su aparición y alguna de sus actuaciones lanzando el famoso rayo que todo los pulveriza, pero poco más. El resto de lo que ofrece Scott Derrickson no pasará a la historia. Una resolución de pacotilla, da la sensación que un impulso electro magnético en condiciones es la clave de todo, y punto. Me pregunto entonces, ¿para qué hacer remakes si no pretendes innovar y mejorar lo hecho en su día?

Ojo, la famosa secuencia de 5 minutos filtrada por la propia 20th Century Fox, aquella que cuenta como Klaatu es sometido a una sesión de maquinitis de la verdad, es sin dudarlo de lo mejorcito de la peli. Las mejores frases del visitante de las galaxias provienen de esa secuencia. Es triste ver como estudios de audiencia ofrecen este tipo de información a las compañías para así luego vender mejor un producto inmerecido en todos sus aspectos. Con esto no quiero decir que la Fox sea así de lista, Columbia, Sony, Warner Bros., Miramax, Disney, Dimension, New Regency, Paramount, Universal, Lionsgate… todas son así. Venden su producto y lo suelen hacer de maravilla. En este caso, y para un presupuesto de 80 millones de dólares, el nuevo Ultimátum a la Tierra ha cosechado mundialmente, y hasta el momento, menos de la mitad de lo invertido. Eso si, le sobran opiniones del público que la ponen a caldo. De lo peorcito del año…

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Aprovechando la tarde del 25 de diciembre, una tarde en la que por lo general suele sobrar tiempo para hacer otras cosas, he podido pasarme por el cine para ver The Spirit (2008) de Frank Miller. Sin lugar a dudas es complicado hablar de un film como este sin acabar por descontentar a alguien. ¿Es The Spirit tan malo como lo pintan al otro lado del charco? Pues si os digo la verdad no me ha parecido la gran basura que indicaban de costa a costa todos los portales de peso en USA. ¿Es por ello una película salvable? Pues triste y descaradamente no. Tengo que reconocer que no me ha disgustado, pero lo más importante es que tampoco me ha acabado por convencer, para pasar el rato y ponerla a caer de un burro…

The Spirit es una demostración de que Frank Miller no tiene ni idea de como hacer cine, los trucos para dar ritmo a un película, de como hacer diálogos fluidos, con cierta conexión y que ofrezcan un pelín de lucidez para que algo suene con un poco de sentido y no a completa tontería. En el campo del guión el trabajo realizado es un completo despropósito plagado de frases chocantes, por momentos absurdas y, mira tu por donde, tronchantes de tan malas que son. Poned a los mandos a Zack Snyder o a Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, dejemos trabajar la adaptación del guión a gente como el propio Snyder, Kurt Johnstad o Michael Gordon, entonces podrás hacer una película con chicha, donde los personajes transmitan algo más que vacío y donde el guión y la historia te llamen para permanecer atento a la pantalla. Frank Miller debe dedicarse al arte que domina, el arte del cómic. Cosas como 300 (2007) o Sin City (2005) se deben en gran parte a su arte, a sus historias e imaginación, pero no solo a él… más bien al gran equipo que puso en funcionamiento la máquina.

Negro, rojo y blanco... los colores en The Spirit
Negro, rojo y blanco… los colores en The Spirit

Miller no sabe como funciona el cine y se pasa todo el rato despistando a la gente, mareando la perdiz con situaciones rocambolescas como la pelea inicial, una mala y extensa explicación de la relación entre The Spirit y Sand Saref, las vicisitudes del protagonista con las mujeres, su gran y permanente odio a su gran enemigo, etc. A esto le suma una maldita obsesión por el uso del estilo comiquero de Sin City haciendo de The Spirit una sincityzación o frankmillerización de la obra de Will Eisner. Vale, puede ser una buena idea por eso del aspecto visual, el aprovechamiento del gran uso de los efectos visuales para la composición. Hay que reconocer que por momentos queda genial, pero ¿no hubiera sido mejor apartarse del estilo ya utilizado para que no lastre a un proyecto que debería ser diferente? Luego tenemos el noble arte de intentar hacer un film con actores reales bebedor del género slapstick. Vale que Bruce Campbell en sus mejores tiempos con Sam Raimi como director de orquesta era capaz de eso y más, pero ni Gabriel Match y menos todavía Samuel L. Jackson son los más indicados para llevar adelante semejante intento. El estilo de la pelea inicial, larga hasta decir basta, no tiene continuidad el resto del film… entonces, ¿por qué la incluyes? The Spirit tampoco se merece ser parte de ese pastiche.

Luego el reparto. Gabriel Match como The Spirit no está mal pero los diálogos que reza son en la gran mayoría de momentos bastante penosos. Luego el villano de turno, The Octopus, un personaje nunca visto en el cómic y aquí interpretado por un agotador y ultra protagonista Samuel L. Jackson. Ambos personajes abusan del monólogo hasta la extenuación, pero lo de Jackson es de risa. Sus diálogos no tienen salvación, hay un momento en el que durante 3 minutos se pone a hablar sobre los huevos marrones de las gallinas, de lo poco que le gustan y bla, bla, bla. Luego tiene frases imposibles como ese "mortal como Star Trek", tristemente se merece un WTF como una casa. No digamos nada de la escena donde explica a The Spirit la razón de ser como es… mejor no contar nada pero lo de usar toda la iconografía nazi es el acabose. Puede que acertado por lo que transciende, pero increíble al fin y al cabo.

Psicodelia, psicotronía y LSD nazi... el no va más
Psicodelia, psicotronía y LSD nazi… el no va más

Como cierre otra de las obsesiones de Miller, y supongo que de todo el mundo… las bellas mujeres, que si son voluptuosas pues mejor que mejor. Sand Saref (Eva Mendes) es un personaje plano, impresionante en todo momento pero plano hasta decir basta, Plaster of Paris (Paz Vega) otro tanto de lo mismo, aunque Ellen Dolan (Sarah Paulson) quizás tenga un poco de vida lo de Silken Floss (Scarlett Johansson) asusta… realmente uno no sabe quién lleva los pantalones, si ella o The Octopus. Eso si, vestidos geniales, curvas peligrosas y unos escotes para perderse en ellos. El tema de Lorelei Rox (Jaime King) ya no lo controlo tanto y no se como era en el cómic, pero suena a paja mental y de las gordas.

¿Y la historia qué? Pues la historia es curiosa, The Octopus quiere hacerse con la sangre de Hércules para ser el no va más, Sand Saref quiere el vellocino de oro de Jasón porque está obsesionada con el, y en medio tenemos a The Spirit intentando en todo momento acabar con su Némesis… ni más ni menos. Muchos brincos, acción curiosa, escenas divertidas y diálogos penosos. Ahora mismo no recuerdo lo que dice el agente colega de The Spirit que está a punto de morir en el lodazal, la palabra utilizada es de coña… si un alma caritativa la recuerda se lo agradecería, eso si, es cosa del doblaje, igual que los clones que acompañan a The Octopus, palurdos y absurdos. No se por qué le dan ese acento. Incomprensible.

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Hoy, último jueves de noviembre, es Acción de Gracias en todos los territorios de norteamérica salvo México. Las noticias al otro lado del charco son pocas o nulas dependiendo del portal en el que mires. Así que aprovecharé para recuperar un post que tenía ahí pendiente y que es la opinión del último film de James Bond.

Este pasado fin de semana pude acudir de buena gana a una de las ineludibles citas cinematográficas del año, el vigésimo segundo episodio del renovado e impactante subgénero en que se ha transformado, con merecimiento, todo aquello que rodea al icónico agente 007 del MI-6 británico. Curioso es sin embargo que cuando uno visiona Quantum of Solace (2008) de Marc Forster, el resultado es lo menos cercano al idolatrado pastiche del cachivache imposible que ha sido hasta hace poco la saga. El resultado en comparación con el Casino Royale (2006) del siempre solvente Martin Campbell es inferior en cuanto a la historia, guión y profundidad de los personajes, Quantum of Solace se descubre sin embargo como un film de acción interminable donde James Bond clama venganza y no duda en matar primero y preguntar después… con más fracaso que éxito en esta segunda tarea.

Uno de los carteles de Quantum of Solace

Retomando el genial final de Casino Royale, esa escena de James Bond (Daniel Craig) avanzando todo trajeado con un rifle de asalto hacia Mr. White (Jesper Christensen) es perfecta, continuamos en la batalla personal del agente secreto por acabar con todo aquello que le recuerde a Vesper Lynn (Eva Green). Razones tiene. La clásica escena inicial, donde la espectacularidad debe primar si o si, es una interminable persecución por estrechas carreteras alpinas al borde del Lago di Garda. Un Aston Martin, aquel cuyos hermanos acabaron en el fondo del mar matarile rile rile, es perseguido a velocidad de infarto por dos Alfa Romeo por estrechas carreteras de doble sentido plagadas de camiones y Carabinieri que no saben donde narices se meten. De ahí pasamos a unos títulos de crédito que recuerdan mucho más al modelo de la era gloriosa de Maurice Binder que al renovado estilo introducido con éxito en Casino Royale. Eso si, de la potencia del tema cantado por Chris Cornell, imprescindible "You Know My Name", caemos ahora en la electrónica, y mucho más clásica, "Another Way to Die" de Alicia Keys y Jack White. No es que no mole, a mi me gusta, pero hay que reconocer que viste menos.

La película se embarca desde ese momento en una línea de continuación donde hay menos hueco para la factoría Bond y más para la idea de narrar algo que debe seguir su curso regado con actuaciones violentas. El agente secreto por excelencia decide confiar en sus investigaciones, aportando como buen empleado notas a su superior M (Judi Dench), y ver hacia donde le llevan cada una de las pesquisas que caen en sus manos. Traiciones, malos entendidos, reencuentros, tragedias y nuevas chicas Bond con mejor o menor potencial, me quedo con la inocencia de "Strawberry" Fields (Gemma Arterton) antes que con la no tanteada explosividad de Camille (Olga Kurylenko), se ven engrandecidos con toques de humor bastante negro y las primeras socarronerías de las que Sean Connery hizo gala. En cuanto al villano, pues que decir… flojo. Creo que el verdadero potencial de Mathieu Amalric (Dominic Greene) se ha quedado en la sala de las ideas. Acompañado por un segundo que no ofrece interés como en otro tiempo, pierde más fuelle con su extraño plan, todavía sigue sin convencerme, y con la participación del General Medrano (Joaquín Cosio)… una de las historias más viejas de las agencias de inteligencia secretas en USA sirve para introducirlo en materia. Sigo pensando que Le Chiffre (Mads Mikkelsen) es como debe ser un villano de una peli de Bond.

En definitiva, un film la mar de entretenido pero que nuevamente nos deja con la maldita necesidad de ver como sigue la historia iniciada en Casino Royale, porque para mi no ha terminado. No quiero despedirme sin indicar que, como fan y adorador de Bond, espero que el tiempo me de la razón y que SPECTRE (Special Executive for Counter-intelligence, Terrorism, Revenge and ExtortionEjecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión) tenga algo que ver con Quantum… algo no puede ser tan grande sin ser fiel a la idea original (7 letras las dos palabras, se repite una vocal 2 veces, etc.)

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Aprovechando que pasa el Pisuerga por Valladolid, y dado que no ayer no hubo ni una mísera noticia digna de destacar desde el otro lado del charco, me pongo con la opinión sobre Wanted – Se busca (2008), la libre adaptación de la famosa y violenta obra de Mark Millar y J. G. Jones que ha dirigido el director ruso Timur Bekmambetov.

Veamos, creo que hacía tiempo que no veía una adaptación comiquera más libre que esta, será por los pocos años de vida que tiene este ahora imperante subgénero, pero lo de Wanted – Se busca riza el rizo más allá de lo esperado. ¿Tiene similitudes con el interesante cómic de Millar y Jones? Pues si, la base, el fondo de la historia que lleva a Wesley Gibson (James McAvoy) a formar parte de una sociedad de asesinos de élite con ciertas características apartadas de lo común está presente. Del resto tenemos detalles, conceptos, situaciones y poquito más. El aporte de ciencia ficción de criaturas grotescas con poderes extraños y diferenciados tan importante de la obra gráfica, aquí se difumina en una serie de personajes que, no muy originalmente, comparten todos el mismo poder que en el cómic la familia de Wesley poseía: taquicardias a ritmos infernales que permiten controlar tus movimientos de manera sobrenatural y agudizar la puntería con sutiles toques curvilíneos.

Cartel español de Wanted - Se busca

Con una trama parecida pero bastante apartada del cómic, Wesley Gibson es atraído a un mundo exclusivo tras serle anunciado que su padre, el mejor asesino de la historia, acababa de ser cazado en la azotea de un edificio. Al principio descreído, se irá metiendo en la realidad que ahora le rodea y terminará por entrar a formar parte del mundo al que está destinado. Tras un duro entrenamiento repleto de palizas, cortes y baños reconstituyentes, Wesley descubrirá una oscura trama que gira entorno al asesinato de su padre, al destino de la fraternidad a la que ahora pertenece y a su nuevo estilo de vida.

El film se vea como se vea es un producto entretenido, bien realizado y con un buen reparto encabezado por tres figuras que responden al nombre de James McAvoy, Morgan Freeman y Angelina Jolie. En papeles menos importantes, pero no por ello de relleno, gente como Terence Stamp, Thomas Kretschmann, Common o el siempre presente en los film de Bekmambetov Konstantin Khabensky. Como film de acción Wanted – Se busca es un despiporre, repleto de violencia, muertes atrayentes, una historia simple y con secuencias llamativas que sacan todo el jugo posible, y de manera acertada, a la omnipresente moda del bullet time. Se agradece que de vez en cuando Hollywood apueste por este tipo de películas que, si bien muestran un mundo hasta cierto punto normal, añaden este toque exótico de ficción que hace que el desmadre alcance límites insuperables y del todo agradables. Especialmente llamativas son todas esas escenas donde los tiros a distancias superlativas son protagonistas. Personalmente creo que hay tres escenas salvajemente entretenidas en el film: el inicio con el genial aplique violento de Mr. X (David O’Hara) saltando entre rascacielos y pegando tiros a diestro y siniestro, la escena con el tren en Italia y, sobre todo, el desenlace final… hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una escena de acción de semejante calibre.

En definitiva, un film sencillo, con un 20% de cómic y un 80% de película de acción al uso. Entretenido de ver y listo para disfrutar de principio a fin… eso si, no pidamos una genialidad, Wanted – Se busca es lo que es y no pretende ser nada más. No exijáis peras al olmo.

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Con más de un mes de retraso ya tenemos en la gran pantalla el nuevo capítulo de la obra comiquera creada por el, aquí debería poner "mi", idolatrado Mike Mignola. Ayer se estrenó Hellboy II: El Ejército Dorado (2008) y, como es menester, acudí a la velocidad del rayo con un grupo de amigos a ver la nueva obra cinematográfica de Guillermo del Toro. No se cuantos conocerán la obra de Mignola, pero Hellboy II: El Ejército Dorado es un completo cambio de rumbo dentro del universo creado por el autor nacido en Berkeley. Los nazis, los seres de universos innombrables, la magia negra y el folklore popular mundial aquí  han sido cambiados por un mundo de fantasía que en un tiempo fue compartido con los humanos pero que, por avatares de la historia, ha permanecido oculto hasta ahora. Lo más curioso, y positivo, es que la idea de este cambio de registro, un lugar donde Del Toro se siente como pez en el agua, ha sido maquinado por el propio Mike Mignola con la colaboración del director mexicano.

Siguiendo el rumbo marcado por Hellboy (2004), pero tomando un nuevo e inexplorado camino, Hellboy II: El Ejército Dorado amplifica descaradamente la calidad de la historia contada, gracias en parte al importante aporte económico de Universal Pictures, y ahonda mucho más en los personajes protagonistas del film ofreciendo sus interioridades, su continua humanización y sus verdaderos sentimientos. Todo ello conserva para ser fiel al cómic la habitual socarronería de Hellboy, la permanente tristeza de Liz Sherman y la transparencia emotiva de Abe Sapien.

Póster de Hellboy II: El Ejército Dorado

Sabiamente introducidos en materia por una secuencia particularmente trabajada, la historia de las marionetas contada por el profesor Trevor Bruttenholm (John Hurt) encandila, nos vemos inmersos en la clásica historia donde un grupo de elegidos deberán salvar al mundo de un malvado plan vengativo pese a no obtener nada a cambio. Estos elegidos son Hellboy (Ron Perlman), Liz Sherman (Selma Blair) y Abe Sapien (Doug Jones), miembros de una organización, cada vez menos secreta, de investigación y defensa de lo paranormal, A.I.D.P. Si bien la historia puede parecer demasiado clásica, Del Toro se vale de su buen manejo de la fantasía y la espectacularidad para envolver al proyecto y salirse de los tópicos que le podrían achacar. Contando con un nuevo miembro en el equipo, el ectoplásmico Johan Krauss (James Dodd), el grupo gana todavía más al contar con esta nueva vertiente donde el humor toma protagonismo dando frescura al film, y donde el liderazgo habitual de Hellboy se pone en entredicho. Digamos que es a partir de este instante, la entrada en escena de Krauss se me antoja crucial, cuando la película comienza a tomar velocidad avanzando en una historia que gana enteros y entretenimiento conforme transcurre.

Hay que reconocer que previo a Krauss al film parece costarle despegar, aunque contiene uno de los momentos más importantes jamás planteados dentro del universo Hellboy, y que con su unión al grupo comienza la batería de genialidades. Tenemos en primer lugar la impresionante visita al mercado troll, en este particular comentaba con un compañero el increíble paralelismo, probablemente guiño, de esta visita a la entrada de Luke Skywalker y Obi Wan Kenobi en la cantina de Mos Eisley. El derroche de imaginación y las referencias ocultas se ve fortalecidas por el hecho de que a Del Toro le encanta contar con los efectos más clásicos para la creación de criaturas a cada cual más variopinta. El personaje de Mr. Wink (Brian Steele) hace sombra al mismísimo Hellboy y recuerda a Brutus, el gorila que alteraba el Dr. Herman Von Klempt en los cómics de Mignola. En segundo lugar tenemos el gran enfrentamiento con el elemental que se saca de la manga el villano Príncipe Nuada (Luke Goss). La secuencia es espectacular y sorprende nuevamente su desenlace con nuevo guiño a otra de las creaciones que más idolatra Guillermo del Toro. De aquí al final el desenfreno no para, el primer enfrentamiento con Nuada es genial, el viaje al reino de Bethmoora (¿más guiños a un futuro que puede que no llegue?), etc. Vamos, que lo mejor es ir a verla y disfrutarla de principio a fin.

El reparto cumple con creces, desde Ron Perlman, cada vez sorprende más su simbiosis con el personaje que interpreta, Liz Sherman, puede que demasiado melancólica en algunos momentos pero bien al fin y al cabo, y Doug Jones, probablemente el único capaz de interpretar a un personaje tan poco vital como Abe Sapien y que resulte emotivo al tiempo que se transforma en el importante y crucial Ángel de la Muerte. El resto no están mal, Luke Goss como el b es un villano perfecto, Anna Walton como su cándida hermana gemela Nuala mola y el ya clásico Jeffrey Tambor como un sufrido Tom Manning que no sabe donde colocarse para que no le caigan todas al mismo tiempo.

No me quiero despedir sin mencionar el tremendo acierto que se ha tenido al contar con Danny Elfman para la creación musical de los mundos de fantasía. Elfman es un compositor vital, tristemente infravalorado y que se asocia con la fantasía de tal manera que envuelve el film en un halo todavía más místico y creativo. Tengo que volver a escucharla, pero la pieza musical del inicio o la del mercado troll me recordaron en presencia a la fabulosa "March of the Death" de El Ejército de las Tinieblas (1992) de Sam Raimi.

En fin, Hellboy II: El Ejército Dorado es una película muy recomendable, un derroche de imaginación inagotable, y una entrada más profunda y puede que impensable hasta ahora en los sentimientos de los personajes salidos de la mente del maestro Mike Mignola. Además, abre no una, si no dos puertas para esa deseada tercera parte que, sin embargo y visto como está la agenda de Guillermo del Toro, puede que no llegue hasta dentro de muchos años.

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Al fin ha llegado el esperado momento de hablar de otros de los films más deseados de este año. Antes de nada tengo que dar mil gracias a muchos de los lectores de Uruloki :: Blog que, si bien ya han podido disfrutar del film hace varias semanas (Argentina, México, Chile, Venezuela, etc., disfrutaron de un estreno en condiciones), se han aguantado las ganas de comentar qué les ha parecido. Como va a ser incontrolable, los comentarios de este post contendrán spoilers de todos los niveles, sois libres de decir lo que deseéis, eso si, guardando respeto y buenas formas. Atención, si no has visto la película acude raudo y veloz a verla, no leas nada más desde este punto y disfruta de esta obra maestra del cine moderno como se merece, en pantalla grande! Sin más demora os dejo con la opinión de The Dark Knight / El caballero oscuro (2008) de Christopher Nolan.

Póster español de The Dark Knight / El caballero oscuro

El cine en general, y en particular el dedicado a la cada vez más presente temática comiquera, está de enhorabuena dada la gran repercusión levantada por The Dark Knight / El caballero oscuro. Pero lo que podía haber sido un desparrame de fanatismo descontrolado, no sería la primera vez, esta vez ha sido en realidad un reconocimiento serio y muy merecido de uno de los mejores films del año y con toda seguridad de los últimos tiempos. The Dark Knight / El caballero oscuro es una película completa, perfectamente facturada y que por momentos resulta desalentadora, triste e impactante. Sumemos a esto que cuenta con un trasfondo que va más allá del arquetípico concepto que uno asocia al cine basado en cómics. El film se englobaría mejor en un género aparte del habitual de superhéroes, más bien se trata de un oscuro thriller con tintes policíacos donde predomina una historia inmejorable, unas interpretaciones escandalosamente buenas y un trabajo difícilmente mejorable. Tras tres años de ausencia del renovado señor de la noche, Christopher Nolan ha vuelto a demostrar que Batman es un héroe más humano y cercano de que lo que podemos imaginar. Si Batman Begins (2005) aportó un nuevo nivel al cine basado en los cómics más influyentes de la historia, nunca un personaje había nacido de semejante manera, The Dark Knight / El caballero oscuro no solo iguala, si no que incluso mejora sobradamente este punto de inflexión donde el buen trabajo se torna en calidad sin límites.

La historia ha sido tan trabajada y cuidada que no adolece de ausencias por ningún lado. El nuevo Batman es un héroe incomprendido que después de trabajar denodadamente para Gotham City se encuentra que sigue siendo uno de los peligros más temidos de la ciudad. La policía no le da descanso, reconocen su ayuda pero lo que en un principio podía ser un modelo para los trabajadores de la ley se ha tornado en un paradigma para bandas que intentan sacar provecho de su presencia, ojo al nuevo paseo que se da El Espantapájaros (Cillian Murphy). Por lo tanto, le buscan tanto a él como a sus imitadores. En estas tenemos a Harvey Dent, un locuaz, dinámico y sin complejos fiscal del distrito que lucha contra el crimen sin temer lo que le pueda pasar, pero que a la vez busca ese merecido reconocimiento que nunca llega porque no duda en acusar a sus mismísmos compañeros. Por la otra banda tenemos a un villano que se encumbrará a lo más alto por su mala baba, el inigualable y ácido Joker. Nunca un villano fue tan salvaje y macabro. Es tal la dureza de sus actos que causa auténtico pavor solo verle aparecer. Las simples ansias de destrucción y descontrol que llevan a Joker a la ciudad provocarán un caos imposible de manejar donde las muertes en ambos bandos, Joker tampoco hace distinciones, teñirán de cruel rojo a la maltrecha megalópolis. Aquí es donde la vidas de Dent y Joker siguen una misma línea aunque sea por caminos diferentes…

Joker se presenta

¿Y del reparto qué? Pues sencillamente impresionante. The Dark Knight / El caballero oscuro es una película de actores, es tal el duelo interpretativo que se gastan los geniales Heath Ledger y Aaron Eckhart, que Christian Bale sufre en sus propias carnes un ligero pero llamativo descenso en la importancia de su personaje. Los hermanos Nolan, Chris y el cada vez más presente Jonathan Nolan, junto al imprescindible David S. Goyer, han enfatizado hasta el extremo más crudo la brutalidad, crueldad, vileza y violencia de un personaje tan icónico en el mundo de los villanos del cómic como Joker. Heath Ledger nos ofrece una caracterización hiperrealista de lo que puede ser un genio del mal, que actúa sin compromiso alguno, sin mayor motivación que la destrucción irracional, y que no duda en forzar las situaciones hasta sobrepasar con creces los límites del terror más descarnado. Su personaje es perfecto, impactante y desconcertante. Harvey Dent no se le queda atrás, no en vano ya se apunta en la película que su mote en la unidad policial anticrimen es Dos Caras. Su actitud de inagotable lucha contra al corrupción viene remarcada por una frialdad que asusta. Tan pronto se muestra tajante ante la violenta actitud de algunos, como se transforma en un hombre descontrolado que deja que sus actos sean dirigidos por el discutible destino que marca una moneda. Christian Bale nos ofrece una interpretación de un Batman más maduro, cansado de tanto enfrentamiento y que comienza a tener dudas sobre lo que hace, y como lo hace, dado el injusto poco reconocimiento que se le otorga. Curiosamente esta vez la personalidad pública Bruce Wayne gana enteros y presencia, demostrando que tanto como el vigilante de la noche como el millonario egocéntrico, es un elemento imprensindible de la historia. El resto de personajes cumplen con creces, desde el metódico Teniente Gordon (Gary Oldman), pasando por la cansada Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal), menudo shock que me he llevado, o los imprescindibles Lucius Fox (Morgan Freeman) o Alfred (Michael Caine).

En definitiva, no se me ocurre que más decir. The Dark Knight / El caballero oscuro es una de las mejores películas de los últimos tiempos, donde se combina magistralmente la acción con una gran historia y que cuenta unos personajes tan sólidos y trabajados que resultan todos ellos francamente geniales. El film está lleno de sorpresas, traiciones, y secretos desvelados que resultarán cruciales para la fantástica saga y que, sin dudarlo, harán de una probable tercera parte otra pieza fundamental en la nueva visión del señor de la noche.

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El pasado viernes acudí junto a un nutrido grupo de amigos, y si os digo la verdad no con muchas esperanzas, a ver el tercer capítulo de la hasta ahora entretenida saga de la momia. Tras dos llamativos episodios, mejor La Momia (1999) que El regreso de la Momia (2001), ya en los pasos previos del lanzamiento del nuevo proyecto las cosas nunca llegaron a pintar suficientemente bien. En primer lugar todos nos las prometimos muy felices cuando se indicó que tanto Brendan Fraser como Rachel Weisz anunciaban su regreso a la saga, felicidad que pronto cayó en desilusión cuando diferencias artísticas llevaron a Weisz a dejar de lado el nuevo episodio de la franquicia… ¿se lo veía venir? La solución adoptada por Universal Pictures, estas cosas rara vez salen bien a estas alturas, fue fichar a Maria Bello para reinterpretar a Evelyn O’Connell. Craso error suele ser contar de nuevo con un personaje cuando estamos tremendamente acostumbrados a el, y el resultado final así lo confirma. En fin, el segundo traspiés no se hizo esperar al sorprendernos con el fichaje de Luke Ford para interpretar a Alex O’Connell, el hijo de Rick y Evelyn que en la segunda parte debía tener 10 años. Todo podría haberse quedado en susto si no fuera por la insitencia de Universal de vendernos a Ford como un más que probable continuador de la saga ante el paso de los años del personaje de Brendan Fraser… vamos, que el hijo tenía asegurado el protagonismo. La tercera desdicha del proyecto fue sacarse de la manga un argumento completamente ajeno al habitual… las momias de Egipto fueron amargamente sustituidas por soldados de terracota del imperio chino.

Póster de La Momia: La Tumba del Emperador Dragón

Al tema, La Momia: La tumba del Emperador Dragón (2008) de Rob Cohen es sin lugar a dudas el episodio más flojo de una desgastada saga. Antes de meternos en el habitual "busca la solución al problema que hemos iniciado" somos introducidos, como es menester, en el origen del gran villano al que harán frente nuestros simpáticos protagonistas. El Emperador Han (Jet Li), ambicioso donde los haya, busca convertir su imperio en el mayor del mundo. Tras lograrlo, no sin antes haber aniquilado a sus más acérrimo enemigos, solo hay una cosa a la que no puede hacer frente, la muerte. Como es habitual en estos casos, magia mística y traiciones varias llevarán a Han y a su cohorte de soldados a acabar convertidos en figuras de terracota pendientes de volver a la vida algún día. Llevados al inicio de la nueva aventura nos sorprendemos en primer lugar con un arranque aburrido y bastante patético, creo que incluso me quedo corto, con la pareja O’Connell en plena crisis donde las malas interpretaciones, los chistes fáciles y la ñoñería más tediosa campa a sus anchas dejándote con cara de lelo. En fin, tras este inicio tan poco prometedor se cumple con la tradición, una metedura de pata típica de la familia O’Connell, o más bien de su único hijo, despierta al maldito Emperador Han de su eterno encierro. Es en este punto cuando el film parece despertar un poco al ofrecernos continuas secuencias de persecuciones, brincos varios y mucho artificio digital protagonizado por la nueva "momia". Ojo, es también en este momento cuando se confirma que Brendan Fraser tuvo mejores años, que Maria Bello no es ni por asomo una sombra de lo que es Rachel Weisz y que Luke Ford, por dios que mala elección, es de lo peorcito que te puedes echar en cara… no ofrece ni un ápice de carisma, la forzada química sexual con Isabella Leongasusta, y sus dotes como héroe de cine de aventuras sigue todavía ocultas. A nivel interpretación no se salva nadie, incluso el gracioso personaje que encarnaba John Hannah con soltura y desparpajo en los anteriores films, el hermanísimo Jonathan Carnahan, aquí resulta pasajero y de auténtico relleno. Eso si, la escena de la vaca en el avión cuando viajan por el Himalaya causó las carcajadas más sonoras de todo el metraje.

En fin, acción a raudales, escenografías mejores o peores, una Michelle Yeoh que ni fu ni fan, etc. Uno se plantea seriamente donde han podido gastar los 145 millones de dólares que ha costado el film. Si bien hay detalles muy interesantes, el trío Yeti es la pera aunque se pasa de original ya que acaban siendo excesivamente iguales y demasiado saltimbanquis, la mayoría de efectos digitales parecen realizados con menos interés del previsto teniendo en cuenta como está el percal en estos años. Ese dragón de tres cabezas tiene momentos que parece sacado directamente de Dragonheart 2: Un nuevo comienzo (2000), incluso la cansina capacidad del Emperador Han de transformarse en lo que quiera es sorprendente… la anterior momia (Arnold Vosloo) no hacía tales cosas. Por otro lado a los soldados de terracota se les ha sacado muy pero que muy poco jugo, mira que podían hacer cosas interesantes y el poco uso que se les da sorprende. Suma y sigue con otro buen puñado de detalles y completa el desaguisado. La Momia: La tumba del Emperador Dragón es un buen ejemplo de que retomar una saga 7 años después no es una gran idea. Mejor hubiera sido obviar lo de "La Momia" y no hacernos pensar en lo que pudo ser y no es. Ojo, por muy mala que sea, la película ya ha recaudado más de 42 millones de dólares en su primer fin de semana… ver para creer.

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