Venga, arranca mayo y hay que recuperar lo visto en marzo. Abril ha sido una maravilla en cine, así que se vienen cosas interesantes para recomendar en unos días. Vamos sin embargo con marzo que en tema de estrenos en cine… pocos, o muy pocos (los que pude ver). Fue un mes aprovechado para recuperar mucho de años anteriores, y nada mejor que comentar esas propuestas que me fueron flipando ese mes.

Dune: Parte dos (Dune: Part Two) de Denis Villeneuve. Nueva experiencia inmersiva de cine. La segunda parte de un maravilloso viaje a través de la gran creación de Frank Herbert. Soberbia, visualmente asombrosa, perfectamente realizada y desarrollada. Denis Villeneuve está un paso por delante de muchos otros, y aquí tenemos un nuevo buen ejemplo de cómo se hace el mejor Hollywood. Una superproducción a lo bestia.

Cartel de El insoportable peso de un talento descomunal
Cartel de El insoportable peso de un talento descomunal

Beau tiene miedo (Beau is Afraid) de Ari Aster. Un extraño viaje por la locura de Beau (madre mía como se transforma Joaquim Phoenix). Sus sueños, sus recuerdos, su madre… la propuesta cinematográfica más extraña en lo que va de carrera del autor Ari Aster se acerca a la frontera entre su cine y otros de enfants terribles como David Lynch. Extraña y totalmente inesperada.

The Innocents (De uskyldige) de Eskil Vogt. Ya nos lo confirmó Chico Ibañez Serrador, el verdadero horror tiene cara de niño. Inquietante y terrorífica de principio a fin. Un perfecto What if de los descontrolables límites de las mutaciones si estas existieran. Los X-Men del puro miedo. Muy recomendable.

Damsel de Juan Carlos Fresnadillo. Pese a que Millie Bobby Brown está más cerca de ser un producto de la factoría de Hollywood que una actriz con estilo propio, el resultado final no está tan mal. Historia de fantasía sobre una princesa que triunfará donde los hombres fracasaron y murieron (ya lo hicieron otras reinas como Ripley o Sarah Connor). Aunque es una oda a todoterrenismo más desbocado es entretenida, algo que Netflix no suele ni alcanzar pese a las ingentes cantidades de dinero que invierte.

El insoportable peso de un talento descomunal (The Unbearable Weight of Massive Talent) de Tom Gormican. Nicolas Cage como Nick Cage en una película de Nicolas Cage. ¿Qué se puede esperar? Pues un joven Nick Cage salido directamente de Corazón salvaje dando consejos en una película única e irrepetible a un ya pasado de vueltas Nick Cage (tal cual es ahora). Demostración de que este señor no para de reinventarse y que en los últimos años es todo un "sí, dame más". Muy divertida en los dos primeros actos, más seria en el último… si bien el apoyo de Pedro Pascal es genial y clave para mantener el ritmo.

La maravillosa historia de Henry Sugar (The Wonderful Story of Henry Sugar) de Wes Anderson. Sencillamente hermosa. Nada más. Una emotiva y reveladora maravilla.

Fumar provoca tos (Fumer fait tousser) de Quentin Dupieux. Incroyable mais vrai… como diría su director. El cine de Dupieux es para quedarse siempre a verlo, disfrutarlo y fliparlo. Idea surrealista sobre unos superhéroes de traje de latex, enfrentados a criaturas kaiju al modo Power Rangers / Ultraman, que se piran de descanso espiritual. Paja mental mayúscula que no tiene desperdicio, que visita ya de paso el mundo sucio de Meet the Feebles de Peter Jackson.

American Fiction de Cord Jefferson. Una historia sobre los estereotipos raciales mientras se vive una vida triste en la que para más INRI las cosas no son nada agradables. Una película sobre el racismo, sobre cómo el camino fácil y sin complicaciones suele ser el que genera el mayor de los éxitos, pero también sobre la vida de una familia donde todo sale mal (o peor según se vea). Una buena forma de reírse de gran parte del modelo cinematográfico que se nos ofrece desde la meca del cine. Una película muy inteligente.

Cartel de El insoportable peso de un talento descomunal
Cartel de Fumar provoca tos

Noche de paz (Silent Night) de John Woo. Producto "kill them all". El cine mudo vuelve (forzado), pero ahora en un muy violento desmadre donde el protagonista principal clama venganza. La película está bien hecha, pero John Woo, de alguna manera, ha perdido su pegada, esa que disfrutamos en clásicos como Hard Boiled, The Killer o A Better Tomorrow, u otras películas más modernas como Face / Off o Paycheck. Joel Kinnaman muta para transformarse en una especie de Castigador que mata a todos los gánsteres posibles y más. Sota, caballo y rey, no hay más.

Road House de Doug Liman. Regresamos al cine de los tipos duros que pasó de moda, o que se quedó afincado en otras décadas. Doug Liman hace un buen trabajo, pero extiende el metraje un poco más de lo esperado. La película no escatima en momentos divertidos, peleas violentas pasadas de rosca y cuenta con la presencia del luchador de la UFC Conor McGregor. Jake Gyllenhaal , ciclado cosa fina, hace bien su trabajo. Entretiene, que no es poco.

Studio 666 de BJ McDonnell. Divertida película de terror/comedia, pelín orientada a la autopromoción de la banda Foo Fighters. Pero curiosamente, el resultado es divertido, bien trabajado principalmente por Dave Grohl (ex batería de Nirvana), repleta de potentes momentos gore, con un generoso pack de víctimas y algunos pequeños pero agradecidos giros. Además, está el cameo de John Carpenter.

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