Resulta que Possessor Uncut es una de la grandes sorpresas de este 2020 que pronto termina, y la segunda propuesta cinematográfica como director / guionista de Brandon Cronenberg tras visitar también Sitges en el ya lejano 2012 con la enfermiza y contagiosa Antiviral, premiada también e igualmente recomendable.

Marcando su propio terreno pero a la evidente sombra de su padre, al César lo que es del César, el joven Cronenberg nos embarca en un tecno-thriller que presenta como base de su argumento la existencia de medios para la intrusión tecnológica mental (y corporal), amén de otro tipo de intrusiones, equivalentes a las cookies de nuestros navegadores… vamos, que cuidado con lo que haces en la intimidad de tu casa. En fin, tras un arranque sumamente violento, no es la tónica del film pero este está sembrado, conocemos a una asesina a sueldo llamada Tasya Vos (Andrea Riseborough), empleada de primera clase de una empresa que mediante alta tecnología, e implantes cerebrales, cuela a sus sicarios en la mente / cuerpo de gente normal para cometer crimines salvajes y pasados de rosca.

Possessor: Uncut AKA Christopher Abbott, pelele en manos de Andrea Riseborough
Possessor: Uncut AKA Christopher Abbott, pelele en manos de Andrea Riseborough

Es evidente que el trabajo pasa factura, y el nuevo encargo de Vos lleva a esta a un universo de dudas existenciales, en la que su propia conciencia es acechada y perforada… o no. Ahí está John Parse (Sean Bean), simulacro de Jeff Bezzos y por lo tanto CEO de una compañía que nos investiga, conoce nuestros gustos y orienta nuestras compras… amén de otras cosas más oscuras. Trabajando para este y en altos directivos su hija Ava (Tuppence Middleton), haciendo lo propio pero en puestos de recolección de datos el novio de esta, Colin, encarnado por Christopher Abbott, y a la postre enlace con el distante y exclusivo Parse… el nuevo encargo de Vos.

La película debe verse, sí o sí, y al igual que en el cine de David Cronenberg, el de Brandon va más allá. Apoyándose en una violencia extrema, muy gore, desagradable y abrumadora, marca de la casa, Possessor Uncut explora a golpes la intrusión en las conciencias, el lavado de coco o la maleabilidad de la identidad humana. Todo es alterable, todo es penetrable, todo es violable… ya lo era en el cine de su padre en el fondo, por lo tanto de tal palo, tal astilla. Por lo tanto, elementos presentes en nuestra sociedad, llevados al extremo claro está, y enfrascados en un frasco plagado de esencias de ciencia ficción y distopía que, esperemos, nunca llega a ocurrir. Possessor Uncut no es nueva carne, podría serlo, pero sí es un nuevo episodio en la cinematografía de un director que no deja indiferente.

Cartel de Possessor Uncut
Cartel de Possessor Uncut