Terminado junio y tratando de mantener el buen ritmo de publicación mensual descargo la batería de films del mes encabezados por 28 años después. Junto a esta gloria unos buenos últimos 30 días con recomendados visionados en cine como los de La trama fenicia, Ballerina o Sirât, y en plataforma como Warfare. Luego un repaso a otras cosas que me he visto y siempre vale la pena comentar para crear interés. Disfrutad.

28 años después (28 Years Later) de Danny Boyle. Alex Garland es el maestro de las distopias que pergeña Boyle. Y en 28 años después se inventa una distopia de su propia distopia. Film dividido en tres partes, un coming of age de rigor, una historia de ternura maternal con una Jodie Comer impresionante y un no menos inesperado Ralph Fiennes, y una genial sesión a toda velocidad de Tu madre se ha comido a mi perro… en definitiva, un film que va más allá de sus predecesores, plagada de personajes icónicos y secuencias que perdurarán en nuestro subconsciente a perpetuidad (maravilloso inicio, aún mejor final).

La trama fenicia (The Phoenician Scheme) de Wes Anderson. No es el mejor Anderson, pero es ideal para pasarte unos 85 minutos partiéndote de la risa con la perro flauticas ideas de ese bárbaro protagonista que es Benicio del Toro. Si bien el final flojea cosa fina (los 10 últimos minutos), el resto es una delicia donde podemos asistir a un nuevo imparable frenesí wesandersiano, donde los diálogos fluyen cual torrente embravecido, donde la angular escenografía es un personaje más en la perfecta distribución del plano y la secuencia, donde cada nuevo personaje que entra en escena otorga otro pico de ilusión gracias a una magnífica presentación y un mejor desarrollo. El teatrillo montado por Anderson es gloria bendita, como siempre ocurre en sus películas, y si te mola su cine te lo pasarás teta. Es una pena que no explote ciertos detalles (venenos) y personajes (el gag del piloto), pero como siempre todo se perdona ante una de cine entre colegas con un reparto que no tiene parangón. Una de las cosas más fllpantes, el impresionante parecido de Michael Cera con el Gene Wilder del Jovencito Frankenstein

Cartel de 28 años después
Cartel de 28 años después

Ballerina de Len Wiseman. ¡Si es que el universo John Wick aka Baba yaga no puede tener más sustancia! Poco tiene para sorprender esta Ballerina en otra historia de venganza al uso, donde la protagonista Ana de Armas, quién se lo iba a decir tras Knock Knock, muta en una suerte de asesina imparable. El film atesora lo que tiene que atesorar, muy buenas secuencias de acción, si bien lo de Keanu Reeves es harina de otro costal, y aunque Wiseman no es Chad Stahelski, el todo funciona. Dejando de lado posibles problemas durante la producción, la primera parte es un poco suplicio eterno, pero en cuanto Ana la arma, porque es de armas tomar, pues zasca… vuelco y disfrute. Hay detalles potentes como el mega lanzallamas, la batalla a lo Dragon Ball, y la siempre agradable presencia de Keanu para enderezar todo. El resto simpático, con ese villano con cara de Gabriel Byrne (que buen villano es cuando se lo propone), ese soso que en esta ocasión le toca ser a Norman Reedus, y la mayorcísima Angelica Huston. Para ver en cines porque te deja sordo cosa fina. Ah, la parte final en cierto pueblo es una delicia se mire como se mire.

Warfare: Tiempo de guerra (Warfare) de Ray Mendoza. El desastre en tiempo real. La visión de Mendoza (director, asesor cinematográfico y excombatiente de la guerra de Irak), acompañado por Alex Garland, del resultado de una misión (de la que fue partícipe) en un día indefinido de los tiempos de aquella guerra. Tensa y mundana, centrada en la camaradería, en la supervivencia y una hora y media de caos. No hace falta ser violenta o hiperbólica para cuajar, y Mendoza cumple con una película que no te deja sabor de boca… la guerra siempre ha sido y será jodida. Le acompañan unos cuantos rostros molones del cine de los últimos años. La tenéis en Prime Video.

Sirât de Oliver Laxe. La Carga maldita de Laxe… vaya atronadora propuesta, viaje a ninguna parte de un padre, su hijo y una troupe de saltimbanquis adictos a las rave y esa música que te teletransportar a otra dimensión. Un viaje por el desierto terrorífico, asfixiante y desgarrador. William Friedkin aplaudiría.

Cartel de La trama fenicia
Cartel de La trama fenicia

Toca ahora una mirada a otras cosas interesantes del mes…

Sting. Araña asesina (Sting) de Kiah Roache-Turner. Las horror movies de criaturas gigantes son siempre buenas para la salud. Si encima juegan con el terror arácnido y el asquito de que ello deriva, pues gracias extra. Sting. Araña asesina es la respuesta made in USA a Vermin: La plaga, la propuesta francesa donde en verdad el pueblo arácnido es la gran protagonista. En esta ocasión una araña es la que arma la mari morena, creciendo de forma descontrolada gracias a una adolescente que no tiene nada mejor que hacer. Sí, Sting es un poco Hatching, pero en lugar de un huevo, una extraña especie de araña… o araña galáctica. Tiene su gracia, el monstruo es generoso y no se escatima en aplicar ciertas dosis de gore y truculencia. Además, es perfecta para seguir explotándose a lo Critters por ejemplo. Vamos, su futuro es en forma de secuela directa a VOD.

Y2K de Kyle Mooney. A medio camino de The Faculty y Virus, pero sin la gracia y encanto de la primera, y sin la potencia de los FX de la segunda. La idea tiene su miga: una rebelión de las máquinas, una notable batería de referencias nostálgicas, y una mezcla de comedia teen, ciencia ficción y tonterías varias. Lo malo es que se queda en el limbo de lo más flojo entre lo flojo, por no decir que flojísimo. Jaeden Martell no tiene el encanto suficiente, Rachel Zegler ahí está pre-Blancanieves como una crack de la informática, y Julian Dennison, que es el que más mola de todos, pues explota su presencia hasta… hasta que deja de hacerlo. Hay de todo, pero insuficiente. Para ver una vez y adiós.

Antebellum de Christopher Renz y Gerard Bush. ¿Quieres ver Antebellum? Pues te pediría a gritos no leer nada para llegar cinematográficamente "virgen" a su visionado. Adiós. ¿Ya la has visto? Pues quiere el film jugar en la liga de los misterios que domina desde hace varios lustros el maestro Shyamalan, presentando una doble narración que bebe directamente de las ideas de este, y que, la verdad, funciona de forma muy correcta. Antebellum es bien, con Janelle Monáe sufriendo a tope, y con rudas secuencias que te ponen en la senda de la más profunda y seria 12 años de esclavitud. Pero ojo, que el truco del almendruco que se sacan de la manga, y si no sabes, te deja con el culo bien torcido… vaya paranoia. Salvaje, para verla y pasar un rato entretenido entre tanto movimiento cafre.

Cartel de Warfare
Cartel de Warfare

Time Trap de Mark Dennis y Ben Foster. Una indy de esas hecha por dos colegas donde surge una muy buena idea, curiosa y arriesgada, pero lo que podría molar mucho, y de verdad, acaba entrando en una espiral de pajas mentales que en parte desvirtúan la original propuesta. Hay que jugársela hombre, la ciencia ficción de este estilo tiene que dejarte más tocado y menos flipado.

El exorcista III (The Exorcist III) de William Peter Blatty. Otra que tenía ahí en el debe, ¡y menuda locura la gestada por Blatty! Secuela muy paranoide y rara de narices que nos sirve en bandeja un tardío viaje al infierno con asesino en serie de manicomio por parte de George C. Scott, encarnando aquí al teniente Kinderman, interpretado por Lee J. Cobb en El Exorcista. Blatty construye una cosa muy rara donde tienen cabida el gran Brad Douriff o el mismísimo Jason Miller (again), reimaginando como digo a Kinderman y también al padre Dyer (Ed Flanders vs. William O’Malley). Se salta la era Reagan (ni falta que haceI), y la película no escatima en asesinatos truculentos (todos fuera de cámara) o paranoias celestiales, y que si un día tuviéramos suerte se podrían llegar a ver (ese maldito y perdido montaje del director). Potente como pocas, con verdaderos jump scares que te tuercen la boca.

Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño (A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors) de Chuck Russell. Una de las películas más molonas de la saga Pesadilla en Elm Street. Además de contar con el regreso de Heather Langenkamp como Nancy Thompson, y de John Saxon como su padre, cuenta en su reparto con gente molona de la talla de Patricia Arquette (la prota junto a Heather) y un joven Larry Fishburne antes de mutar en lo que luego fue y es. Para colmo se propone un juego brutal que hoy en día sería polémico: los sueños de Freddy son en esta ocasión un nexo con las tendencias suicidas de unos adolescentes encerrados en el sanatorio donde todo ocurre. Riza el rizo un director como el bendito Chuck Russell, y una tropa de maestros de los FX como Greg Cannom, Kevin Yagher o Mark Shostrom, acompañados en sus tareas por, años más tarde, maestros de la talla de Mike Elizalde, Screaming Mad George, Everett Burrell, Robert Kurtzman o John Vulich… vamos, la crem de la crem en el mundo de los FX prácticos de la década de los 80 y 90. Una joya.

Asesino invisible (The Car) de Elliot Silverstein. Una de esas que tenía en la despensa de pendientes desde hacía eones… así que misión cumplida. The Car, titulada Asesino invisible por estas tierras, es una singular propuesta setentera donde se fusiona la serie B de autos / motos a toda velocidad – hermana tardía de Punto límite: Cero (Vanishing Point) -, con lo demoníaco y lo macabro. La idea en si copia pega la base de Tiburón (un policía en un pueblo de mierda, una familia a la que proteger, muertos por doquier por un ser que aniquila sin miramientos, y una caza suicida para acabar con la "criatura"). Detalles molones tiene unos cuantos como la muerte de la novia de James Brolin… una burrada de tres al cuarto, que te deja totalmente impactado y que no dejó indiferente a Quentin Tarantino (tal cual la coló en esa joya que es Death Proof), o ese final que, no me jodas, es clavado al de ¿Qué sucedió entonces? (Quatermass and the Pit), pero con la presencia diabólica dando la cara y dejando a todos anonadados. Pues eso, mola un huevo… si hubieran hecho en los 80 o 90 hubiera sido una cafrada de tomo y lomo.

Hasta agosto…

 

Un poquito de retraso en este abril, que me lo reclaman, pero llega el momento de hacer un repaso a un mes interesante, mucho por un par de films, pero irregular en otros aspectos. Destaca sobre todas las cosas Los pecadores de Ryan Coogler, directo al top del año. Luego salvo por Parthenope y algo Tierra de nadie, el resto ha sido nivel bajo. Al tema…

Los pecadores (Sinners) de Ryan Coogler. Otra que se va a la cumbre en este año. Coogler logra la mejor mezcla de géneros de los últimos lustros y nos deja paladear una fusión de la América donde gobiernan las leyes Jim Crow, donde el ansia por la libertad se atisba gracias a la música, y donde el terror vampírico viene a sazonar todo para hacer el Magnum opus del director. Una propuesta inaudita, inesperada y arriesgada, con números musicales donde se mezclan el soul con los orígenes tribales africanos y la excelsa propuesta de un compositor como Ludwig Göransson, y donde el reparto estás igualmente ahí on fire… desde el doble Michael B. Jordan, pasando por el molón y bailongo Jack O’Connell, hasta Hailee Steinfeld o el debutante Miles Caton. Es una película de sudor sureño, que se cocina a fuego lento y donde hay tiempo para la reflexión, pero también para el regocijo, ya que una de terror es ya obra descomunal de este 2025. Que buena es la jodida.

Uno de los carteles de Los pecadores
Uno de los carteles de Los pecadores

Parthenope de Paolo Sorrentino. Surrealista, triste y libertina. Así es Parthenope y así debe ser Nápoles (supongo). Amén Celeste Dalla Porta. El resto da igual.

La cita (Drop) de Christopher Landon. Chorrada absoluta, liada gorda y sinsentido de principio a fin. Tiene su gracia, pero más por los mil y un saltos de fe que te obliga a dar la historia que por la propia trama en si. Además, logra de alguna forma trasladar la sensación de que algo paranormal va a ocurrir, pero engaño absoluto… Christopher Landon sigue en su línea del "impossible is nothing" pero adentrándose en el thriller serio y abandonando el terror cómico. No es su mejor trabajo, y es un paso más en la demostración empírica de que a Blumhouse le vale todo con tal de estrenar en cines. La ves y la olvidas, como tantas otras de esta compañía.

Tierra de nadie de Albert Pintó. Pues un thriller patrio bien que cuenta con un muy buen trabajo de Luis Zahera y Karra Elejalde. El mundo de los invasores capos de la droga en tierras andaluzas donde se juntan un gallego, un vasco y un gaditano. Súmale colombianos o mexicanos de métodos cafres, y el combinado es explosivo… cuesta entenderlos a todos. El giro final no hay quien se lo crea, pero no por ello deja de ser un thiller correcto y digno de disfrute.

Otro de los carteles de Los pecadores
Otro de los carteles de Los pecadores

The Crow de Rupert Sanders. Pues no sé, ni fu ni fa. Un agradecido rato de violencia extrema y gore (media película) que sin embargo no es pago suficiente para justificarlo todo (otra media dedicada al amor inmortal de la pareja). No me vale un villano sobrenatural, aunque Danny Huston mole (que se arrodille ante Michael Wincott como Top Dollar), sí cumple un Eric encarnado por Bill Skarsgård que, reconozcámoslo, crea y adopta una válida versión del personaje, no compensan sin embargo la banda del malo, que están pero no se les espera para nada (ese cero carisma que si tenían personajes como Myca, Tin Tin o Grange). En el fondo la historia de James O’Barr está ahí: amor, venganza, volver de entre los muertos, modernizada claro está y pasada por el tamiz de lo pizpireto y alocado de hoy en día. Se deja ver, pero no pasará a la historia.

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Dejo ya la etapa Oscars de Hollywood (o casi), y me centro en producciones propias de este año donde destaca Mickey 17, que estará fijo en Navidad como parte de los destacado del 2025. También hay espacio para películas del año pasado estrenadas este, y de años anteriores que tenía pendientes de ver. Vamos, un totum revolutum. En cine hay unas cuantas, pero otras son de plataformas… os las voy anotando por si queréis verlas. Al tema.

Mickey 17 de Bong Joon Ho. Gloria bendita esta Mickey 17. Una sobresaliente dosis de surrealismo llevada al espacio, una cómica paranoia inundada de referencias al "hoy". Con Mark Ruffalo supurando trumpismo barato merced a esos discursos plagados de charlatanería fascista (hasta el puñetero baile), con un asesor personal que no deja duda a que recordemos a cierto mogul tecnológico con semblanzas nazi, con ese constante prueba y error cómico-científico a lo AstraZeneca o Pfizer, que si la simpleza del tipo inocente avasallado por amigos y enemigos ya que no tiene dos dedos de frente… en el fondo, una sátira contra la explotación (a muchos y diferentes niveles)… ni más, ni menos. Al frente un fabuloso Robert Pattinson, el ya mencionado sobresaliente Ruffalo o una genial Naomi Ackie. Nada en Mickey 17 desentona, ni ese cambio de tercio donde tienen espacio otros aspectos como la unión social (aunque sea gracias a unos furbys). Que me da igual, que ojalá tengamos más Mickey 17 en este 2025. ¡Bravo Bong Joon Ho!

Uno de los muchos carteles de Mickey 17
Uno de los muchos carteles de Mickey 17

Amenaza en el aire (Flight Risk) de Mel Gibson. Pues Gibson se saca de la manga un cortito thriller con aroma a cine de los 90 pero en pleno 2025. Ahí radica su gracia, y por ello es totalmente inesperada, entretenida y sobre todo bien rodada. Mantiene la tensión, no escatima el violencia de altos vuelos, y si bien no es que sea la repanocha lo que acontece y cómo acontece, Gibson demuestra su maestría durante hora y media, dejando claro que hay que ser muy ducho para en poco más de 10 metros cuadrados meter a 3 personajes y que entre ellos se guisen y se coman este apretado viaje. Mark Wahlberg está muy macarra y se pasa tres vueltas con su personaje, a la Michelle Dockery no la tenía controlada, y lo de Topher Grace… qué actor más curioso, tan pronto se pasa por Spiderman 3 o Predators, como tiene un micropapel en Hereje. En fin, Flight Risk se deja ver.

Revelación (Gyesirok) de Yeon Sang-ho. Alfonso Cuarón apadrina esta cosa rara en donde navegas entre la locura del protagonista, la verdad, la mentira y los giros (algunos un poco guarretes y mentirosos por jugar al desvío de la atención y el ahora sí, ahora no). ¿Se puede ver? Bueno, pues si, ¿es uno de esos grandes thrillers llegados de Corea? Pues no, un film normal, sin mucha sorpresa. Se ve y se olvida. Ojo, Yeon Sang-ho es el director de Train to Busan (fabulosa y en el top 10 de 2016) y su secuela Península (no tan fabulosa). Esta está por Netflix.

Novocaine de Dan Berk y Robert Olsen. Con la última década sobrecargados de cine acción sobre tipos/as con habilidades excepcionales, llega Jack Quaid rizando el rizo en Novocaine. Eso sí, nada como dar un salto mortal y meter en la coctelera una barbaridad gore, de esas que da grima, pero que también sirve para echarte unas buenas risas a costa del salvajismo más violento y desmedido. El prota no siente dolor, y por ello puede llegar al extremo más salvaje… pero a ritmo de una narrativa previsible y repleta de tópicos de aquí a Cuenca. Todo se ve a leguas, y quizás esa sea la intención, pero da igual, el truco está en dejarse llevar y atender a las diversas barbaridades que acontecen en la vida de Nate. Abstenerse todos aquellos/as que sufráis viendo como te rompe una uña.

Las desapariciones (Le mangeur d’âmes) de Alexander Bustillo y Julien Maury. Hay algo en el Le Mangeur d’âmes que me evoca a El hombre de las sombras del también francés Pascal Laugier, y por alguna razón esto no es del todo bueno. El thriller de Alexandre Bustillo y Julien Maury, porque ahí se emplaza y se queda, parece no conocer el camino por el que avanza, o lo hace de forma desbaratada. Hay por otro lado cierta dosis del film que también evoca a Los ríos de color purpura, del no menos francés Mathieu Kassovitz, y ahí es donde el film crece positivamente. Dentro del thriller hay un misterio, ese misterio es truculento, y debemos estar preparados para lo que viene a contar. No es la repanocha, pero cumple y se deja ver. Tenéis Las desapariciones en Filmin.

Cartel de Stopmotion
Cartel de Stopmotion

Stopmotion de Robert Morgan. La quería ver mucho desde su pase en Sitges hace un par de años… y vaya WTF. Extraño terror paranoico sobre la crisis de identidad y la pérdida absoluta de la cordura. Los demonios de la protagonista toman forma de personajes stopmotion, provocando el viaje infernal de una mujer desequilibrada y acoquinada por su difunta madre… posesiva, opresora y de las que te minan la moral cual pelele. El film lo riegan homúnculos salidos de la perversa mente de Robert Morgan, un animador que se pasa al cine de acción real con esta Stopmotion. Cine (fotograma a fotograma) dentro de cine, gore, surrealismo y descontrol. Vaya cosa enfermiza y jodida.

El baño del diablo (Des Teufels Bad) de Severin Fiala y Veronika Franz. Lo que nos cuenta El baño del diablo es el funesto y oscuro viaje por las expectativas de una religiosa mujer en el entorno rural de la Austria del siglo XVIII… vaya mundo aquel. Dos horas de desdicha, de malos augurios, de no sentirse parte del entorno social, de querer y no poder, de deseos incumplidos… etc. De regalo paranoia folklórica / religiosa, brujería y acciones que no tienen remedio. Los problemas de la depresión en los tiempos donde no había tratamiento más que padecerlo y sufrirlo hasta donde uno pudiera aguantar. Y un poco de terror claro está, de ese que actúa como condimento. El momento Fontana di Trevi con el populacho festejando es de locura festivalera. Tenéis El baño del diablo en Filmin.

El final de nuestros días (Die Alone) de Lowell Dean. Pese al batiburrillo de la historia, el montaje que te lía cosa fina, y el me pillo ideas de todas partes (que si Memento, que si Last of Us …), la idea de El final de nuestros días es potente, muy desoladora pero francamente potente, y ya de regalo emotiva. Las cosas no son lo que parecen y de vez en cuanto una serie B como esta pues bien vale para pasar un rato entretenido.

El juicio del perro (Le procès du chien) de Laetitia Dosch. De esas que no cuentas con ver y ves. Una peli rara que te hará adorar más a tu perro (si es que lo tienes). Divertida, entrañable y triste. Las cosas son como deben ser por mucho que te joda. Tenéis El juicio del perro en Filmin.

Kraven the Hunter de J.C. Chandor. Madre mía, en que momento alguien pensó que hacer esto era buena idea. No tiene ni pies ni cabeza. Uno no sabe cómo asumir todo lo que ocurre y por qué ocurre. Nada en Kraven se salva, vaya sinsentido lo parido por J.C. Chandor, mira que me gustaron Margin Call y Triple Frontier. Pero esto es un cagarro de muy señor mío… hasta para el surrealista universo arácnido sin Spiderman de Sony. Se han labrado una buena matraca de caspa… Morbius, Kraven y Venom (por triplicado).

Emilia Pérez de Jacques Audiard. Vista Emilia Pérez me quedo pensando en el ataque global sufrido por el film, y no tengo muy claro a qué achacarlo. Es Emilia Pérez un musical atípico, con una historia original de fuga y retorno, de querer adoptar un cambio, y convencido de haberlo logrado, redención dios mediante, acabar volviendo al origen y pagando un curioso peaje. No es una mala película, bien rodada, con una interpretación portentosa de Zoe Saldaña, con algunos números musicales realmente buenos, otros puede que no tanto, y con una Karla Sofía Gascón bien en su dualidad (se la puede odiar por lo dicho, pero no por este papel). El film habla del egoísmo y el egocentrismo, de la manipulación, etcétera. Y si, me parece curioso como han machacado el film, la presencia de Selena Gomez, etc. En fin, Emilia Pérez es una película extraña, sí, pero de esas que te atrapan. Podéis ver Emilia Pérez en Filmin.

La ira de Becky (The Wrath of Becky) de Matt Angel y Suzanne Coote. Regresa Becky, pretende expandir su propio universo y se le va de las manos. Bastante pobretona y más parca en cuanto al marciano macarrismo de su predecesora. Esta tiene su gracia, alguna muerte molona, pero no alcanza el efecto novedad de las peripecias de la niña protagonista. Kevin James fue mejor que Seann William Scott como villano. No tiene muy claro hacia donde quiere ir… y de hecho pierde el rumbo en su tramo final. Curiosa, la tenéis en Prime Video.

Noche de caza (Night of the Hunted) de Franck Khalfoun. Curiosa, Alexander Aja y su amigo Franck Khalfoun vuelven a hacer manitas tras Parking 2 y la bárbara Maniac. Esta vez una historia ya vista (Downrange de Kitamura o Tower Block) que no por ello no deja de entretener. No hay razón para lo que ocurre pero ocurre. Como propuesta es un poco alma libre, pero tiene un detalle que la hace diferente. No es para echar cohetes, pero se deja ver y disfrutar. Correcta y corta. Tenéis Noche de caza en Prime video.

Cartel de In Fabric
Cartel de In Fabric

Y ahora ya me echo más atrás si cabe… 2021 con In the Earth y 2018 la In Fabric. Ambas de directores extraños, muy festrivaleros y por lo general no del agrado de todo el mundo por sus desvaríos y extrañezas.

In the Earth de Ben Wheatley. Me cuesta mucho entender el cine lisérgico de Ben Weathley. Paranoias por doquier, el bosque vengándose del ser humano, folk horror, y lo habitualmente loco del director. Rodada en plena pandemia no logra enganchar, es excesiva, como lo fuera cuando la vi en Sitges A Field in England. Demasiado para mi. Esta está en Netflix también.

In Fabric de Peter Strickland. Llevaba unos años queriendo verla, y es ahora gracias a Filmin que tengo la oportunidad. Tras sudar cosa fina con Berberian Sound Studio (otra de mi etapa Sitges), Peter Strickland vuelve a llevarme donde otros no lo logran, al mayor de los desconciertos. Batalla contra el consumismo, el clasismo social, el querer aparentar, el ansia por comprar en rebajas, etc. Cuando fue el sonido de Berberian Sound Studio lo que te volvía loco, en este caso es el color y la imagen, la paranoia brujeril de la tienda de rebajas, y el gancho que a todos ata… y mata. De alguna forma podría pasar por giallo, si no fuera porque el asesino es de gasa y tul. Que cosa más rara.

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Bienvenidos a un mes sobrecargado de cosas vistas, que está muy bien todo sea dicho. Hay espacio para el thriller, el terror cómico, el terror cultista, el cine de criaturas monstruosas, el mundillo del cómic, la serie B que roza la Z o las comedias muy negras. Destacan muchas, otras no tanto, y descubro 70 minutos para huir, cine pre-apocalíptico.

Cónclave (Conclave) de Edward Berger. Todos lo teníamos claro, pero bien vale recordar que la curia romana se las trae cosa fina. A modo thriller, puede que como la vida misma, en Cónclave se nos cuenta el camino de espinas, zancadillas, y dimes y diretes, que desde la Santa Sede se profesan los candidatos al gran premio… ser el nuevo Papa. Es Cónclave una de esas donde todos están conchabados contra todos, dispuestos a hacerse la puñeta y que si se pueden joder, se joden (me sacrifico yo si con eso tu caes). A modo film carcelario te lo pasas teta viendo cómo se pisan unos a otros hasta el totalmente inesperado giro final. Si bien la elección se huele a leguas, no pretenden ocultarla, el zasca a la iglesia es canela fina. Maravillosa la banda sonora de Volker Bertelmann.

Casa en Flames de Dani de la Orden. Casa en Flames es la quintaesencia del hijoputismo a todos los posibles niveles. Comedia negra de 10, donde todos los miembros de una familia, sin excepción, prefieren pensar con el ombligo y si te la pueden clavar, pues te la clavan. Desde el minuto uno ya te quedas anonadado con lo que cada uno se trae entre manos. Casa en Flames es una oda al desapego emocional y familiar, donde nadie importante más que el que lo piensa, y donde el engaño es la marca de la casa. Vaya guión de Eduard Sola, vaya interpretación de Emma Vilarasau, vaya todos en general. Ejemplo de cómo no debes ser con los tuyos.

Cartel de La acompañante
Cartel de La acompañante

La acompañante (Companion) de Drew Hancock. Hancock no era nadie, hasta ahora. Director debutante y guionista de esta juguetona propuesta cómico-terrorífica que te deja con el culo torcido a golpe de liártela parda a cada minuto que pasa. Al frente de La Acompañante tenemos a Sophie Thatcher, no la ubicaba pero muy top tras esta, Heretic, Maxxxine y Prospect, y Jack Quaid, el de "The Boys". Con cierta estética artificiosa a la Barbie (bravo), el film te adentra en laberinto de recovecos, donde cada giro que das complica más la divertida y caótica trama, y donde las reglas del juego no hacen más que cambiar (salvo la obviedad no me jodas, porque no te puedes esperar nada y te pilla siempre a pie cambiado). Se agradece mucho en estos tiempos este tipo de pelis, poco más de 90 minutos, y que bien que se haya podido disfrutar en cines.

La hermandad silenciosa (The Order) de Justin Kurzel. Es La hermandad silenciosa cine vieja escuela, con una estética sin florituras, paciente, documental, pero con muchas mayúsculas. Justin Kurzel es un buen director, y le gusta contar historias de mentes perturbadas como ya hizo en Nitram, Macbeth o Snowtown. En esta cuestión visita a la Nación Aria y en concreto en una escisión en este grupo de supremacistas de la américa de los 70 que acabó derivando en muchas de las locuras que fueron ocurriendo en décadas posteriores. Por ahí andan Jude Law y Tye Sheridan plantando cara a Nicholas Hoult, que encarna al Robert Jay Mathews, terrorista neonazi americano y centro sobre el que gira la película. En estilo recuerda al cine de John Sayles o Taylor Sheridan. Top.

Póster de El abismo secreto
Póster de El abismo secreto

El abismo secreto (The Gorge) de Scott Derrickson. Derrickson suele hacer bien las cosas. Tú dale una historia de ciencia ficción que se empape de conceptos e ideas ya vistos en Cabin in the Woods, Annihilation o The Last of Us… añádele dos rostros sobradamente conocidos como los de Miles Teller y Anya Taylor-Joy (yum), sazónalo con un romance entre estos dos guaperas, y una muy generosa dosis de testosterona, pólvora y monstruosidades… me la soplan los agujeros en la trama, lo que importa es entretenerse y esta The Gorge lo logra de principio a fin. La música de Trent Reznor y Atticus Ross otorga al resultado final un plus. ¿Cine hecho a base de talonario? Bienvenido sea. Ah, y para rizar el rizo, ahí anda Sigourney Weaver repitiendo papel (o casi) tras Cabin in the Woods.

Capitán América: Brave New World (Captain America: Brave New World) de Julius Onah. Desconcertante. Un episodio de televisión sin la pegada de Sebastian Stan… y extendido a cine. Lo más interesante de la propuesta es el totalmente desaprovechado Giancarlo Esposito (Crótalo) que, de erigirse como un villano terrenal, del estilo de Crossbones o Batroc, queda olvidado, él y la Sociedad Serpiente que lidera. En su lugar una pamplina del tamaño de un piano, con el Líder en las sombras, apareciendo cuándo le interese donde le interesa (vaya saltos de fe) y el nuevo Capitán América plantando cara a Hulk rojo. Muy prescindible y un capítulo más del salto al vacío sin paracaídas de Marvel Studios.

Colmillos de Bayou (The Bayou) de Taneli Mustonen y Brad Watson. Madre del amor hermoso. Todo lo bueno que tiene El territorio de la bestia con sus ya casi 20 años (film de Greg McLean) no lo tiene la virtual Colmillos del Bayou. La loca idea de casi mutación es una completa majadería, simpática por momentos, pero repleta de tópicos de aquí a Oklahoma… el resto de chiste. Que si el sacrificio de una, la otra plantando cara a un cocodrilo del tamaño de un camión con un huevo en las manos, etc. etc. No es factoría The Asylum, tiene una terminación mejor, pero si le quitas un poco de procesado digital ahí se te queda.

Nunca te sueltes (Never Let Go) de Alexander Aja. Aja propone una historia insuficiente. La película nos invita a seguir un camino, pero extrañamente va desviándose hacia otro. La locura y el aislamiento son la base de un film donde predomina la paranoia y la locura, ni más ni menos. Ese giro que se saca de la manga cerca del final, un giro que tan pronto vale como deja totalmente de valer, te deja medio loco, y si bien la desesperación funciona, la transferencia de la locura no tanto… y menos el extraño final. Olvidable.

Uno de los pósters de The Monkey
Uno de los pósters de The Monkey

The Monkey de Osgood Perkins. ¿Echábamos de menos las franquicias o potenciales franquicias donde todo bicho viviente muere? Pues The Monkey se pone en marcha para, a lo Destino Final, surgir como saga gore cómica que poblará nuestras pantallas en los próximos años. Osgood Perkins se anima con el terror macabro y surreal, pero por absurdo, y con la comedia slapstick deudora de ese programa de Spike TV titulado "1000 maneras de morir". The Monkey es divertida, tontorrona, salpica y suficientemente cargada de humor negro y hemoglobina roja como para soltar una carcajada por lo bárbaro de alguna muerte… o todas. Más de esta guisa, que me lo paso como un enano.

Azrael de E. L. Katz. A lomos de Mad Max, de una de terror de cultos paganos, y de otra plagada de criaturas ávidas de sangre, surge la post-apocalíptica y medio religiosa barbarité Azrael. No se puede hablar, sólo correr y cruzar los dedos porque los fanáticos no te pillen y te expongan a las criaturas entre soplidos y resoplidos. Gozosamente violenta, da gusto ver una peli que no escatime en sangre a grifo abierto y algún que otro desmembramiento. Curiosa y arriesgada como Samara Weaving, mola, con ella dándolo todo como heroína creciente, que pasa de pelele a diosa killer entre los cultistas. Es rara, pero sin embargo tiene un algo que la hace atrayente y gratificante. Bien se merece verla.

Póster de Azrael
Póster de Azrael

El descubrimiento del mes ha sido 70 minutos para huir (Miracle Mile) de Steve De Jarnatt. Hasta el otro día desconocía su existencia y ahora me pregunto cómo no se comenta más de ella (otra de esas que se quedaban ahí hasta que un día te la descubren… vamos, una a lo The Birthday de Eugenio Mira). Miracle Mile, o 70 minutos para huir en esta parte del planeta, es una extraña y desesperante bajada al infierno en pos de un totalmente inconcebible fin del mundo. Probablemente sea la película pre-apocalíptica más desesperante jamás realizada, donde no logras saber si todo lo que acontece es real o una cadena de catástrofes personales debidas a una desafortunada interpretación de una no menos extraña llamada que casualmente recibe el protagonista (Anthony Edwards). Muy de los 80, tristemente romántica y alocada, con constantes e inesperados golpes, decisiones controvertidas, momentos fatales, lugares extraños y personajes más extraños si cabe… amén de mucho pero que mucho caos. A todo trapo (70 minutos de desesperación), no dejas de padecer el agónico final que está por llegar. Muy top esta 70 minutos para huir, ¡y con música de Tangerine Dream! Curioso inicio / fin de Steve De Jarnatt (perdido en el olvido).

Hasta el mes que viene.

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En esas que estaba preparando el Top de 2024 y descubro con asombro que no puse la entrada de mayo. Vaya despiste… Una entrada donde deben figurar los romances Fallen Leaves y Vidas pasadas (ambas necesarias), Challengers, Immaculate, El reino del planeta de los simios y Furiosa: De la saga Mad Max. Ah, y la controvertida La mesita de comedor. Así que, ¡entrada retroactiva!

Challengers de Luca Guadagnino. Cuando la vida es un partido de tenis y las relaciones son todos los puntos que se juegan. Luca Guadagnino nos hace disfrutar de una relación a tres bandas, donde la tensión sexual se siente como un puñetero tie break. Zendaya está majestuosa en la piel de una manipuladora de tomo y lomo, y sus dos coprotagonistas son lo suficientemente perfectos como para asegurar que la historia funcione como se pretende. Sin lugar a duda entre lo mejor del año, altamente recomendable. Ah, La música de Trent Reznor y Atticus Ross acompañan como un guante a toda la película, sonando cuando debe y añadiendo más frenesí si cabe.

Immaculate de Michael Mohan. De esas películas que si hubiera escrito esto cuando debí habría preferido no decir demasiado… Immaculate es la trama más retorcida jamás vista. Una rape and revenge nunsploitation en toda regla aderezada con otro subgénero de terror y por lo tanto digna de verse en conjunto con La semilla del diablo, que hace que el global llegue a un nivel de locura muy inesperado y loco. Tiene un par de jump scares molones, y un tercer acto totalmente desbocado y sangriento, con una secuencia final de puro infarto. Sydney Sweeney ha venido para enamorar, acompañada por Álvaro Morte y Simona Tabasco (otra de infarto en "The White Lotus").

Cartel de Challengers
Cartel de Challengers

El reino del planeta de los simios (Kingdom of the Planet of the Apes) de Wes Ball. Por desgracia muy aburrida. Ojo, muy pero que muy aburrida. Con todo lo que construyó Matt Reeves en dos portentosas propuestas tirado por la borda. Porque… ¿por qué construir una historia totalmente aleatoria en torno a nada relevante o sorprendente cuando puedes jugar con potentes homenajes a la clásica película de El Planeta de los Simios? Todo lo que necesitaban estaba ahí, pero el camino que tomaron fue lo más estándar posible y repleto de errores. Oportunidad perdida y demostración de que Ball no es Reeves ni puede pretenderlo. Para olvidar.

La mesita de comedor de Caye Casas. Una muy macabra, demencial, agónica y trágica historia. Nada más, pero nada menos. Es cierto que el hype que recibió la película fue mucho más allá de lo esperado, el factor Stephen King es inmedible, pero también es cierto que la propuesta es muy original y tremendamente valiente… aunque sea así de perturbadora y enfermiza. Da cosa verla y el cuerpo se te queda bastante jodido.

Fallen Leaves de Aki Kaurismäki. Cuando el romance se viste de cotidianidad, cuando el universo obrero y sencillo de Kaurismäki te cuenta una historia conmovedora, pero a la vez agridulce, cuando lo más simple, lo meramente necesario es suficiente para llenar la pantalla con una historia que transmite autenticidad. Fallen Leaves es sencillamente bonita, nada más. Y además descubre un tema musical maravilloso: Syntynyt suruun ja puettu pettymyksin de Maustetytöt.

Cartel de Furiosa: De la saga Mad Max
Cartel de Furiosa: De la saga Mad Max

Furiosa: De la saga Mad Max (Furiosa: A Mad Max Saga) de George Miller. Y lo vuelve a hacer, esta vez alejándose del icono Mad Max, para contarnos la historia que todos esperábamos conocer. Furiosa es otra epopeya escandalosa, otro frenesí hiperbólico donde hay tiempo para las más disparatadas secuencias de acción en años. Es sorprendente como Miller sigue aportando color a su universo, cargándose de galones porque hace lo que ni el tato puede si quiera imaginar. En definitiva, otro broche más para su dilatada carrera, esa donde no hay límite… le acompañan esta vez Anya Taylor-Joy y Chris Hemsworth, disparatados ambos. El otro que anda por ahí es Tom Burke, un trampantojo de Stacy Keach que mola un rato largo. Una joya de esas que ha molado disfrutar en sala grande.

Vidas pasadas (Past Lives) de Celine Song. Romance contenido pero que a la vez rebosa de sensibilidad pese a la obligatoriedad por mantener ocultos esos sentimientos que los protagonistas padecen, y que no pueden abordar de forma directa. Greta Lee (The Morning Show) y Teo Yoo (Decision to leave) están de fábula en el debut como directora de una sorprendente Celine Song, en esta historia que trasciende el tiempo, y donde se nos permite recordar esos primeros amores, o aquellos reencuentros que, pese a todo, no pudieron significar nada.

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Venga que estamos ya en diciembre y yo atascado en agosto. Un verano bastante molón donde destacaron Longless, La trampa, MaXXXine y, sobre todo, Alien: Romulus. De regalo Monolith, una de 2022 que pasó por festivales hasta caer en una plataforma de streaming. Al tema…

Longlegs de Osgood Perkins. El thriller de terror de la temporada. Propuesta extraña, desafiante, incómoda de ver y muy pero que muy retorcida. No esperas lo que finalmente ves, el macabro personaje encarnado por un irreconocible Nicolas Cage, los extraños crímenes entre lo paranoico y lo infernal, esa detective poco comunicativa y bastante distante que siente y padece (maravillosa Maika Monroe). Esto es Longless, una propuesta diferente con un creciente y a la postre dominante fondo diabólico pagano.

Uno de los pósters de Longlegs
Uno de los pósters de Longlegs

La trampa (Trap) de M. Night Shyamalan. Nuestro idolatrado director se marca un deus ex machina como ningún otro hasta la fecha. Ya al principio no hay quien se lo crea, eso de aparcar el coche cerca de un estadio donde se celebra un gran concierto con tan poca antelación no cuela, pero la cosa va in crescendo y la propuesta de Shyamalan llega a ser un "todo vale" tan absurdo que tiene su encanto. Lo excesivo del personaje de Josh Hartnett, que está magnífico, juega muy a favor de una historia muy poco creíble, y lo que maquina y ejecuta son constantes saltos de fe… puede que ahí esté el truco de Shyamalan. Mal para muchos, no es su mejor producto ni pretende que lo sea, así que en la media actual del maestro M. Night Shyamalan.

Alien: Romulus de Fede Álvarez. Mola sentarse en un cine a disfrutar de clásico ADN Alien de principio a fin. Alien: Romulus es una película fantástica con todos los elementos que se esperaban en ella, y más que nadie preveía. Es terrorífica, llena de referencias y repleta de fabulosos efectos prácticos que la hacen aún más disfrutable. De principio a fin estás viviendo una nueva odisea en el universo gestado por Dan O’Bannon y Ronald Shusett, construida con un detalle exquisito, y que no huye de la idea de unir un universo cinematográfico que para muchos estaba yendo por libre en sus dos últimos magníficos episodios. Todo lo contrario, aquí tenemos ese anillo único que todo lo gobierna, y que nos hace pensar que la salud de la franquicia sigue perfecta… y con un futuro que esperamos gratificante ("Alien: Earth" está ahí a la vuelta de la esquina).

Póster de Alien: Romulus
También uno de los pósters de Alien: Romulus

MaXXXine de Ti West. En esta ocasión estamos ante la película rara del año, no tanto por lo que muestra, sino por cómo lo muestra. Un giallo, un thriller a lo De Palma, una película sobre Satán en Hollywood, un viaje que en muchos momentos no tiene sentido, pero donde la lógica no tiene cabida viendo de dónde viene. MaXXXine es libertad absoluta, como lo eran muchas películas de la época que representa, donde los giros argumentales que te dejaban flipando eran perfectamente válidos. Me ha encantado de principio a fin. ¿Es MaXXXine el final de la relación entre West y la maravillosa Mia Goth? Pues vaya usted a saber.

Monolith de Matt Veseley. Termino esta entrada con una propuesta totalmente inesperada, una película compleja con una sola actriz enfrentada a una historia oculta en misteriosos archivos de audio y extrañas simbologías. Lily Sullivan, ahora conocida gracias a Evil Dead: Rise, lleva todo el peso de la historia y sorprende en este elaborado relato de ciencia ficción.

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Si, estamos en octubre, pero tras un muy animado mes de junio, pues un no menos generoso julio. Cosas de cine y de plataformas de streaming, hay de todo. Lo que si es cierto es que el terror predomina con visionados como los de Un lugar tranquilo: Día 1, El último viaje del Demeter y la sorpresa De naturaleza violenta. Ah si, es el mes de Twisters y Deadpool y Lobezno… en fin, vamos al tema.

Un lugar tranquilo: Día 1 (A Quiet Place: Day One) de Michael Sarnoski. Pues en esas tenemos a Lupita Nyong’o, actriz total, Joseph Quinn, esperanzador actor salido del universo de "Stranger Things" y que también se pasó por Overlord, y Alex Wolff, el sufrido hijo en Hereditary, protagonizando (unos más que otros) este drama sobre la enfermedad, la ansiedad y la soledad disfrazado de película de terror. Extendiendo la invención de Brian Woods y John Krasinski se nos cuenta esta vez el caos de las criaturas en una gran ciudad, New York sin ir más lejos. Hasta aquí todo bien, pero el film se encorseta demasiado en el mayor de los dramas personales y la superación personal. Que sí, que la superación era uno de los leit motiv de las dos anteriores partes, pero también lo eran la familia y sobre todo el ansia de vivir… pero todo lo bueno de las dos primeras películas no está presente en esta.

Póster de De naturaleza violenta
Póster de De naturaleza violenta

El último viaje del Demeter (The Last Voyage of the Demeter) de André Øvredal. Un relato gótico más propio de un thriller que de una historia de terror. Aun teniendo la valentía de contar una situación dramática y evidentemente desastrosa para la tripulación del Demeter, Øvredal no encuentra el elemento que asegure un buen ritmo para evitar que la película se convierta en una aventura aburrida y bastante insoportable.

De naturaleza violenta (In a Violent Nature) de Chris Nash. Un original (por cómo se ha rodado) exceso gore que funciona mejor como película de terror-comedia que como película de terror propiamente dicha debido a estos excesos. Contiene uno de los asesinatos más brutales y salvajes jamás vistos, totalmente absurdo, sangriento y grotesco. Esto es lo bueno de la película, ¿y cómo disfrutarla?…. pues como un slasher demencial muy bien filmado, con sus propias reglas, pero teniendo en cuenta todos los tropos del género, locura y violencia, que puedes encontrar en algunos de los slashers de los setenta y ochenta.

Twisters de Lee Isaac Chung. Lo mismo que la película original pero intercambiado. Aquí hay un interés secundario que podría ayudar a escapar de la idea original (cazadores de tornados), pero el resultado es demasiado aburrido y lleno de clichés. Alguien busca una nueva esencia de Brad Pitt, pero por ahora sólo es una colonia. Que pase el tiempo y a ver qué pasa con su carrera.

El ministerio de la Guerra Sucia (The Ministry of Ungentlemanly Warfare) de Guy Ritchie. Curioso juego de espías sobre un grupo de inadaptados que se enfrentan a una misión imposible contra el poder nazi. Guy Ritchie hace un buen trabajo con un reparto muy simpático, pero quizá el tiempo empleado en construir la trama (o incluso en describir el I:M) hace que el conjunto no resulte tan fresco como se esperaba. La forma de construir las cosas es muy a lo Tarantino, pero de todas formas es entretenida. Una extraña mezcla de estilos, pero ninguno de ellos el propio de Guy Ritchie.

Deadpool y Lobezno (Deadpool & Wolverine) de Shawn Levy. Humor soez y repetitivo, esto es sobre todo Deadpool y Lobezno. No tan buena como las anteriores, una trama demasiado simple basada en sketches y humor de pitos donde solo se mencionan pitos, hace que la película a veces sea aburrida, a veces divertida, y a veces puro fanservice. Es gracioso todo el rollo con 20th Century Fox, pero también hay chistes que traspasan la 4ª pared, perdiendo su verdadera identidad. Quizás una mejor trama, no tan MCU (comprensible por otro lado), hubiera sido el broche de oro a una trilogía gloriosa. Lástima tantos chistes de pollas… al final aburre.

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Tras un verano muy movidito, recupero el tiempo no perdido, pero si aparcado en una esquina. Junio fue una gozada con varias joyas a disfrutar (El último late night, Cuando acecha la maldad, Godzilla Minus One o La primera profecía)… y otras dos que nada de nada (Los Vigilantes y En las profundidades del Sena).

El último late night (Late Night with the Devil) de Cameron y Colin Cairnes. El bombazo del pasado Festival de Sitges con un título en castellano que no pega ni con cola, llega de la mano de Filmin y se pone al alcance de todos tras una distribución en salas irregular. Es totalmente diferente. Inesperada, fascinante, terrorífica. Una brillante propuesta sobre un programa de televisión nunca emitido, que convierte un típico late night de los setenta en un macabro show donde las cosas suceden de una manera que nadie espera ni desea. Como he dicho… brillante.

Uno de los carteles de El último late night
Uno de los carteles de El último late night

Cuando acecha la maldad de Demián Rugna. En este caso la ganadora de Sitges 2023, que llegó a salas a principios de año pero que no pude ver hasta ahora. Violenta, salvaje y deprimente. Cuando acecha la maldad es un mal viaje al infierno, y a la toma de malas decisiones que llevan a peores situaciones. La primera parte de la película es brutal, sangrienta y desagradable, con uno de los momentos más violentos y perturbadores vistos en los últimos años en una película de terror, y con el folclore argentino asustándonos a cada minuto. La segunda parte como comenté es una espiral de mala suerte y peores decisiones, en la que los protagonistas intentan escapar de un destino inevitable. Jodida como pocas.

Godzilla Minus One de Takashi Yamazaki. Otra de 2023 que nos comemos en 2024 tras verse en unas cuantas salas afortunadas durante tiempo limitado, en este caso la tenéis en Netflix. Con el clásico tema musical creado por Akira Ifukube todavía sonando en mis oídos Godzilla Minus One busca su reflejo en el mejor clasicismo de películas icónicas de hace más de 50 años… y lo asimila como un guante. El drama está ahí, y Godzilla es el vehículo y el daño colateral de la vida de todos los personajes. Visualmente es fantástica, y el drama vital que sufre el protagonista es dramático nivel no salgo de casa en una semana.

Los Vigilantes (The Watchers) de Ishana Shyamalan. La tenía marcada como una de las esperanzas de este año, pero en su lugar tenemos una película de folk-horror aburrida, llena de personajes aburridos, con motivaciones aburridas y un final muy aburrido. La hija de Shyamalan quiere jugar en la liga de su padre, pero desgraciadamente sus esfuerzos no cumplen con las expectativas y requisitos. Esto es más un cuento de hadas fallido que un thriller de terror inteligente. Todo lo que rodea a la película quiere recordarnos el estilo de Shyamalan, pero los resultados están lejos de lo que podríamos pensar.

En las profundidades del Sena (Sous la Siene) de Xavier Gens. O aceptas lo imposible o no la soportarás. Acepta lo absurdo y ojalá puedas disfrutar de la película de tiburones más loca de la historia. Más en la línea de una película de la franquicia Sharknado, pero con un sentido de la tragedia que supera cualquier cosa que puedas echarte a los ojos. Esta es la única razón para finalmente sacarle algo de jugo. Carne de Netflix.

La primera profecía (The First Omen) de Arkasha Stevenson. Una película de terror fiel al género y muy top para este año. La primera profecía juega a un viejo juego, explicar por qué las cosas sucedieron como sucedieron en la clásica y grandiosa La profecía de Richard Donner. Puedes pensar que no es necesario entrar en razonamientos, sin embargo la historia propuesta es lo suficientemente inteligente como para ser considerada un muy buen origen para la saga. Retorcida, clásica, loca y referencial, terror del bueno, siniestro, malsano, del que acongoja. Un éxito que podéis disfrutar en Disney+.

Hit Man. Asesino por casualidad (Hit Man) de Richard Linklater. A caballo entre el drama romántico y la comedia absurda pero divertida, Hit Man. Asesino por casualidad es muy recomendable en algunos momentos, aunque un poco aburrida en otros. Glen Powell forma equipo con Linklater y juntos forjan un guión que adapta una historia real, haciéndola aún más simpática de lo que seguramente haya sido en el mundo real. En conjunto funciona, pero le falta algo… Pero no sé muy bien qué.

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Ya estamos en junio, pero echo la vista atrás y descubro que abril sigue sin ser revisado en el blog. Vamos por lo tanto con el cine de hace un par de meses, que no es para nada flojo… se vienen un par de meses que han molado mucho.

Godzilla y Kong: El nuevo imperio (Godzilla x Kong: The New Empire) de Adam Wingard. Arrancamos el mes con cine sin complejos, sin pretensiones, y directo a mostrar su dos únicas motivaciones: titanes zurrándose de lo lindo y humanos haciendo estupideces todo el rato. En el fondo diversión pura y dura, homenajes varios a lo más pulp y oculto de los universos Godzilla y Kong, y mil y una licencias para que la historia discurra por su camino. Se disfruta. Adam Wingard molas, Dan Stevens molas más.

Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas (Rebel Moon – Chapter Two: The Scargiver) de Zack Snyder. Comienzo diciendo que la anterior era mucho mejor. Es cierto que las secuencias de acción son marca de la casa y por lo tanto buenas, pero la trama gestada por Snyder es un total despropósito, a veces aburrida y otras totalmente innecesaria. Aquí Snyder completa su ciclada versión de Los 7 magníficos del espacio, por lo tanto, un remake de un film de serie B, que obviamente podría hasta considerarse una revisión muy libre de los clásicos Los siete samuráis y Los siete magníficos, pero donde sus 2 horas de cámara lenta no ayudan a dar gracia a una historia en el fondo completamente vacía.

Uno de los carteles de de Civil War
Uno de los carteles de de Civil War

Monkey Man de Dev Patel. Algo más que una muy buena película de acción con grandes secuencias de lucha, fin. Ha sido toda una sorpresa ver a Dev Patel (recordadle por Slumdog Millionaire o El Caballero Verde) no sólo como protagonista, sino también como director (debutante) y guionista. Patel da un paso al frente y cumple sobradamente con la confianza de nada menos que Jordan Peele, productor. El film equilibra sus poderes entre los marginados sociales, las creencias en las historias populares indias y la corrupción más allá de lo creíble. Notable.

El especialista (The Fall Guy) de David Leitch. ¿La comedia romántica del año? Tal vez. ¿El mejor homenaje jamás hecho a los especialistas de cine? Sin lugar a duda. Leitch se hizo a sí mismo como director de especialistas, luego rodó John Wick con su compañero Chad Stahelski… y ahora ha dirigido a Ryan Gosling y Emily Blunt en una divertidísima comedia sobre una historia de amor a lo grande entre un especialista (Gosling) y una directora (Blunt). La película está plagada de guiños al cine que homenajea, creciendo a toda velocidad gracias al propio Gosling, su carisma y su más que demostrada capacidad cómica. Blunt también está genial, acompañada también por la imponente Hannah Waddingham o Aaron Taylor-Johnson. ¿Lo más incomprensible de todo? Pues que un film divertido, casi ya de culto (tiempo al tiempo), metiéndose un batacazo en taquilla que confirma que hay cosas que no se entiende.

Abigail de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (Radio Silence) Una de las tramas más involuntarias, retorcidas y absurdas de la historia, convertida en un brutal y explosivo baño de sangre. Divertido juego del gato y el ratón con un vampiro bailarín y 6 criminales sin cerebro. Todo sucede como era de esperar si bien los numerosos guiños (o plagios) a Abierto hasta el amanecer son muy de agradecer. Pura película de serie B con la siempre gran presencia de Dan Stevens, que nuevamente es lo mejor de un producto menor pero que se puede disfrutar con cariño.

Beekeeper: El protector (The Beekeeper) de David Ayer. WTF total… ¿qué ha pasado con David Ayer? Pues que se ha unido al guionista Kurt Wimmer, que tiene buenos trabajos (Equilibrium), pero otros bastante normaluchos. En esta Jason Statham mata a todo el que se le ponga delante, de las más diversas formas, y como si tal cosa, en un proyecto desenfrenado y salvaje. Todo lo que acontence es para pillarlo con pinzas.

Civil War de Alex Garland. Una obra maestra que, aunque se piense, no es tan distópica como parece, una película de madurez que es también una historia de despedida. Un film de ida y vuelta con la pérdida de la inocencia, por un lado, pero la constatación de lo aterradora y desgarradora que es la realidad por otro. Un viaje a las entrañas del sinsentido y de los bandos, donde se puede averiguar hasta dónde pueden llegar las mentes más crueles y extremas. Visualmente asombrosa, descarnada y violenta, pero perfecta sobre cómo evolucionarán tristemente las cosas en un mundo no tan lejano. Arriba de todo en este 2024, Garland nunca ha defraudado.

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Confesión de febrero: muy poco nuevo visto en cines, Vermin. La plaga y Argylle, mucho visto en plataformas y que tenía pendiente, One cut of the dead, Corten!, The Man from Earth, Elvis o Come True, y desastres titánicos del mundo comiquero como The Marvels o Morbius. Marzo es más completito, en unos días, y abril a ver si pillo ritmo que me he ido una semana de vacaciones y el cine lo he dejado totalmente de lado. Al tema.

Vermin. La plaga (Vermines) de Sébastien Vanicek. Una muy buena idea, empieza como una historia de terror del bueno, de las que te dan cosa y provocan que te pique el cuerpo, pero acaba como una monster movie imposible de dimensiones inesperadas y totalmente descontrolada (Arach Attack / Eight Legged Freaks). Esto es lo más curioso, el salto que da de esa perspectiva de verdadero horror por culpa de una araña que se siente amenazada, a un survival horror más en la línea de films o videojuegos de de zombies popularmente conocidos. Cumple y eso vale.

Argylle de Matthew Vaughn. No es lo mejor de Vaughn, de hecho, es lo peor, pero estamos ante una divertida película de acción con un comienzo francamente esperanzador y molón, que salta a una disparatada yincana de dobles y triples juegos demasiado complejo de seguir, y que para más INRI trata de acabar en un final interminable… hay tres o cuatro intentos por parte de Vaughn de finalizar la película, pero la alarga hasta al hastío en un aburrido bucle de chorradas que no tienen fin. La escena final y la escena extra son… no sé qué pensar hacia donde quiere ir el director (ojalá cambie el chip). Lo mejor es el costosísimo reparto encabezado por Sam Rockwell, Bryce Dallas Howard, Henry Cavill, John Cena, Richard E. Grant, Bryan Cranston o Samuel L. Jackson. Menudo fiasco económico el film este, fracaso monumental.

Póster de Come True
Póster de Come True

One cut of the dead (Kamera o tomeru na!) de Shin’ichirô Ueda. La original. Divertida pero muy barata, verla después de la versión francesa juega en su contra, sin embargo, hay que agradecer la fantástica idea, aun considerando que ya hemos visto otras películas como esta: Bowfinger es hasta ahora la mejor y la mas grande de este tipo.

Corten! (Coupez!) de Michel Hazanavicius. Un divertido remake de una película de terror de zombis casi fandom dirigida por un director de Oscar (The Artist por si no lo recordáis). Es divertida. Un buen homenaje al cine amateur y un brutal copy & paste (con muchos más recursos) de la película japonesa anteriormente comentada. Lo dicho, hubo un tiempo en que Hazanavicius ganó un Oscar… uno y no más, Santo Tomás.

The Man from Earth de Richard Schenkman. Film de 2007 que con poco o nada, una habitación y actores como el habitual secundario David Lee Smith, Tony Todd (el verdadero Candyman) o William Katt (icónico en Carrie, House, una casa alucinante o la serie de nuestra infancia "El gran héroe americano"). Totalmente sorprendente, inesperada, inteligente, desafiante. Un buen ejemplo de cómo la ciencia ficción puede ofrecer películas realmente buenas con nada.

Elvis de Baz Luhrmann. Sencillamente diferente. Única y por momentos colosal. Lleva la triste vida de Elvis Presley al hiperbólico y enérgico mundo de Luhrmann. Austin Butler está increíble… hay que ponerle la marca de actor obligado para ver con qué nos sorprende en la próxima.

Come True de Anthony Scott Burns. Han pasado ya un par de meses y sigo pensando sobre lo que vi, sobre lo que era verdad y lo que no. Sobre la posible falsa realidad que nos quieren enseñar, pero que no se puede saber si es realmente falsa o totalmente verdadera. Come True es la típica peli de ciencia ficción independiente (véanse joyas como Coherence, Seguridad no garantizada, Moon, Primer o Los cronocrímenes), con una gran propuesta que juega contigo hasta que te das cuenta de que está en tu mano decidir qué estás viendo realmente. Fabulosa.

Lo peor del mes han sido estas dos penurias comiqueras. El género se está agotando cosa fina. The Marvels de Nia DaCosta. Mala. Aburrida. Otro despiste más de Marvel y un claro ejemplo de que más allá de los grandes personajes principales la famosa compañía no está mostrando una propuesta convincente. Lo que más pena me da, que DaCosta haya caído aquí tras la muy molona revisión de Candyman. Morbius de Daniel Espinosa. Otro que también hubiera hecho mejor quedarse en el cine de terror tras la muy recomendable Life. Esta del universo Marvel es malísima… esperando por la siguiente.

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