Mr. Increible nos muestra su mejor sonrisaEl pasado jueves día 2 de diciembre, fui a ver en la agradable compañía de Masterblaster, Dios y Jagoro el fabuloso, adorable y ya mítico film de la Disney y Pixar, Los Increíbles.

Que decir, no se me ocurre nada más que comentar que es sencillamente genial. Disfrutamos como enanos ante una película cercana a la perfección, con montones de detalles frikis que nos hicieron disfrutar de lo lindo y que a mi, personalmente, me hicieron recobrar mi olvidada ansia por conquistar el mundo, MWAHAHAHAAAA!

Uruloki transciende a otro plano y piensa: "Siempre ha quedado claro que los superhéroes son iconos para montones de personas. Durante muchas generaciones, todos nos hemos sentido atraídos por esos personajes capaces de hacer cosas increíbles fuera del alcance de la gente normal. Pensándolo bien, los superhéroes existen desde el principio de los tiempos, los seres mitológicos, ya sean griegos o romanos, los dioses vikingos, etc. Son figuras capaces de realizar hazañas increíbles y proezas dignas de ser contadas a través de los tiempos, ellos fueron en realidad los primeros superhéroes.

Después, la necesidad de ver reflejados nuestros deseos imposibles, provocó la aparición de los superhéroes modernos. Ellos son los nuevos dioses del olimpo, capaces de todo gracias a su inexistencia real, sólo por que son seres de ficción pueden ser capaces de hacer todo lo que nadie puede realizar."

El otro complemento del título del post viene a reflejar nuestra visita a los cines para ver la inclasificable Anacondas: La cacería por la Orquídea Sangrienta, pues eso, inclasificable en todos los sentidos, cutre a decir basta, penosa, carente de algún diálogo recuperable y falta de todo sentido. A quien vamos a mentir, fuimos a verla pese a saber que es una basura como la copa de un pino.

Un saludo!