De vez en cuando uno tiene que armarse de valor a sabiendas de que lo que va a ver es probablemente otro traspiés más en la carrera de uno de los iconos del cine de acción moderno. Este fin de semana se ha estrenado La jungla: un buen día para morir (A Good Day to Die Hard, 2013), quinta vuelta de tuerca a las aventuras de un John McClane muy pasado de vueltas, sombra de lo que en su día fue, y que viene a confirmar que tras el flaco favor de La jungla 4.0 (Live Free or Die Hard, 2007), el espíritu McClane ya se comenzó a diluir en ese film merced a una sobrecarga de absurdos digitales y personajes extremadamente olvidables, la franquicia está completamente agotada.

Todo lo positivo que pudo llegar a tener el discutible anterior episodio, un director solvente, un villano que pese a su poco carisma contaba con Timothy Olyphant como encargado de darle forma o Mary Elizabeth Winstead, en esta es totalmente imperceptible. Primero por poner a John Moore a los mandos, un director de medio pelo que llevaba un lustro mirando por la ventana esperando esa llamada que le sacara del ostracismo más merecido tras el fiasco Max Payne (2008). Segundo por atreverse a dar a Skip Woods la orden de desarrollar un guión con ni si quiera un par de momento de entretenimiento. Woods es un desastre y es increíble que nadie se de cuenta! Ya comenzó a demostrar como se las gastaba con Operación Swordfish (Swordfish, 2001), a la que siguieron piezas que pasaron sin pena ni gloria como la medianamente potable Hitman (2007), la ponzoña X-Men orígenes: Lobezno (X-Men Origins: Wolverine, 2009) o el reboot en cines El equipo A (The A-Team, 2010). Tercero, el triste reparto. Bruce Willis está por estar, grita, se mueve poco, o nada, y ha perdido por completo la fuerza que conservaba en el 2007. Luego ese hijo fotocopia encarnado por Jai Courtney, lamentable tras lo bien que lo hizo tanto en "Spartacus: sangre y arena" ("Spartacus: Blood and Sand", 2010-¿?) como en la reciente y simpática Jack Reacher (2012), y qué decir de Sebastian Koch… el rey del truco del almendruco que no se entiende todo lo que hace ni para que lo hace.

Cartel español de La jungla: un buen día pare morir
Cartel español de La jungla: un buen día pare morir

John McClane (Bruce Willis) se va a Rusia a buscar a su hijo Jack (Jai Courtney) tras ser este detenido por asesinar a un capo de la mafia de la zona. Pero lo que John no sabe es que su hijo es en realidad un agente encubierto que quiere evitar que un gran secreto propiedad de un tal Komarov (Sebastian Koch) caiga en manos de un político corrupto llamado Chagarin (Sergei Kolesnikov). A partir de ahí una patraña.

La película pretende jugar al engaño pero es tan predecible que nada de lo que ocurre aporta si quiere un breve instante de sorpresa. No se, poco más se puede decir. La jungla: un buen día para morir es mala de solemnidad. Cuenta con una persecución promoción de Mercedes que dura una eternidad y Willis no sufre el primer rasguño hasta bien pasada la primera hora de película… y hay suficientes razones para que eso no sea así salvo que estemos ante la primera prueba de que este John McClane es en realidad una especie de Terminator imparable. Esto no es lo que se nos vendió en la década de los 80 y 90. Pero claro, luego sales del cine y meditas con los amigos si las intenciones de 20th Century Fox son reinventar la franquicia para las nuevas generaciones y cambiar el cromo Bruce Willis por el de Jai Courtney. Personalmente, prefiero que se ahorren esto y apuesten por poner a Courtney al frente de un producto propio, con nueva personalidad y que no lleve el apellido McClane como marca. Luego si quieren que Bruce Willis aparezca por ahí haciendo el canelo pues no lo veo mal. En fin, pasemos página.

 NOTA  Una duda, ¿alguien más vio el corte de mangas / butifarra que se gasta Willis en el momento helicóptero a cámara lenta?