El pasado 30 de agosto Reminen, un eventual colaborador de Uruloki, pudo asistir a un pase previo de The Possession (El origen del mal) (The Possession, 2012) de Ole Bornedal, ese nuevo film de terror y posesiones producido por el bueno de Sam Raimi. Os dejo aquí las impresiones que se llevó Reminem tras el visionado…

A lo largo de los años El exorcista (1973) ha sido una de las mayores influencias para los directores del cine de terror en las últimas décadas. Ha llegado al punto en el que ha desarrollado su propia rama en el que exorcistas y poseídos son protagonistas indiscutibles de este subgénero.

Emily (Natasha Calis) es una niña que está pasando por el reciente divorcio de sus padres (Jeffrey Dean Morgan y Kyra Sedgwick). En una de las tardes que le toca pasar con su padre, Em decide llevarse una pequeña caja de un mercadillo del vecindario. A partir de ese día la pequeña comienza a notarse diferente y empiezan a pasarle fenómenos inexplicables. La caja aunque parecía vacía, no lo estaba.

The Possession intenta volver a aquellos inicios del cine de posesiones que antes mencionaba. Jugando con elementos primitivos como las plagas nos sumerge en fenómenos paranormales que cada vez van a más y en una sola dirección. Consiguiendo satisfactoriamente en alguna escena imágenes potentes de buen cine de terror.

Cartel de The Possession (El origen del mal)
Cartel de The Possession (El origen del mal)

Lo más interesante de la película desde mi punto de vista es la inclusión de los judíos en esta ecuación. Acostumbrados a las cruces cristianas al menos es diferente ver a un rabino metido en una historia de posesiones que al menos provoca un enfoque diferente durante la segunda mitad del film.

Sus protagonistas están muy correctos en sus papeles. Tanto Jeffrey Dean Morgan, acostumbrado por su paso por Sobrenatural a pasarlas canutas con todos los elementos de fuera de este mundo, como Kyra Sedgwick, también acostumbrada a lidiar con situaciones difíciles y tensas como demostraba en cada temporada de The Closer. Sin duda alguna quien lleva el peso más complicado es Natasha Calis que pasa con nota el siempre difícil papel de la poseída con un enfoque completamente diferente o como mínimo alejado del que hizo famosa en su día a Linda Blair.

En cambio lo más flojo de El origen del mal son sus pretensiones de un film de terror novedoso y diferente cuando cae en tópicos inventados y reutilizados varias veces, aunque es cierto que consigue algún que otro movimiento efectivo en sus escenas de más tensión. Con esto conseguirá, sobre todo en dos escenas específicas, asustar a más de uno con su mezcla de terror psicológico y de subida de volumen indiscriminado.

Para disfrutar realmente de The Possesion (El origen del mal) hay que o bien olvidarse de otros films similares, o bien directamente tener la suerte de no haber visto muchos de ellos con lo que quizás si que consiga atrapar al público primerizo del género.