Otra de las películas que me vi el primer día de Festival de Sitges fue Rigor Mortis (Geung Si, 2013) de Juno Mak, debutante en esto de dirigir pero una estrellas pop oriental que sin embargo ya ha paladeado el otro lado de la pantalla como actor en, la verdad se a dicha, pocas películas… Revenge: A Love Story (Fuk sau che chi sei, 2010) es una de ellas. En fin, lo de Rigor Mortis es una extraña fusión de cine de vampiros orientales, materia espiritual siniestra al modo vieja escuela, enfrentamientos entre monjes y nigromantes, líos a lo 13 Rúe del Percebe, algo de efecto Matrix sanguinolento y un actor encarnado por Chin Siu-Ho que malviviendo como vieja gloria, y con el objetivo de suicidarse metido entre ceja y ceja, acaba metido en un cristo bendito de no te menees. La verdad, seria y cómica, pesada y entretenida, lenta como un caracol e hiperactiva hasta la extenuación sensorial. No exenta de malrollismo y algún que otro susto o escena desagradable. Ni fu, ni fa. Curioso debut que cuenta además con el apadrinamiento de Takashi Shimizu, uno de los maestros del terror oriental y padre de La maldición (Ju-on, 2000).

Un cartel de Rigor Mortis
Un cartel de Rigor Mortis

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