Una de las promesas de Spectrevision cuando se creó fue que iban a traer cine de terror de otra dimensión, inclasificable y único. Ya en el 2015 nos hablaron de The Greasy Strangler (2016), obra de Jim Hoskings, debutante en esto del largometraje pero conocedor del mundillo gracias a un segmento en The ABCs of Death 2. Ahora nos llega con un producto enfermizo, chocante, único en su especie y digno de la serie B o Z más tronchante. En parte me recuerda a Troma, al cine de los inicios de James Gunn y otras cosillas grotescas a más no poder, el Society de Bryan Yuzna o el Re-Sonator (From Beyond) de Stuart Gordon sin ir más lejos. En The Greasy Strangler un tipo llamado Ronnie y su hijo Brayden gestionan uno de esos temas de visitas guiadas modo disco por la ciudad de Los Angeles. Cuando una imponente mujer llamada Janet llega para participar en el tour, padre e hijo comenzarán a competir por su atención… al tiempo que un nuevo asesino maníaco, grasiento, escurridizo e inhumano al que se conoce como The Greasy Strangler empieza a trabajar en la ciudad. Inclasificable…

Cartel de The Greasy Strangler
Cartel de The Greasy Strangler