El pasado fin de semana, y después de no se cuanto tiempo, alguien se dignó a estrenar en Santiago de Compostela Ultravioleta (2006), la nueva película del peligroso Kurt Wimmer. Pese a todo lo que la gente rajó de ella quise darle un voto de confianza, ¿podía ser tan rematadamente mala? Pudo! y no se han quedado cortos en todas las lindezas que se le han dedicado. Acudimos como corderitos a nuestra sesión de ciencia ficción para ver que se cocía por la mente de Kurt Wimmer y, no soy el primero en decirlo, se cuece poco… más bien se sofríe… si, los sesos de este señor.

Su anterior parto Equilibrium (2002) es un film que ha demostrado cómo, con mucho menos dinero que Matrix (1999) y con muchas ganas de hacer buen cine, se puede lograr un film de culto de esos que fracasan estrepitosamente en taquilla y que nadie se atreve a recuperar en muchos idiomas. De todas formas, y pese a este fracaso comercial y económico, el susodicho film se aúpa como un referente en el cine moderno bebiendo de la ciencia ficción más clásica como Fahrenheit 451, Un mundo feliz o 1984.

Que no se te ocurra hacer otra como esta!

Ultravioleta, aunque se le podría mal titular Infrarroja, es, sencillamente, una basura. Creo que no existen calificativos para definir esta ponzoña. Es terrible con ganas. Los efectos son patéticos, la capacidad interpretativa irrisoria y las escenas de acción, de aquí saco el título del post, son una copia consentida del anterior trabajo de Wimmer por el propio Wimmer! Tenemos más de lo mismo pero infinitamente peor realizado.

Milla Jovovich demuestra de nuevo que es una mala actriz, físicamente es un encanto, está como un pan, como un queso y como todo el mundo quiera… pero como actriz se merece una patada en el culo, o un azote dependiendo de lo viciosillo que uno sea. El chaval Cameron Bright merece quedarse en el maletín ese toda la película y si lo agitan para ver si casca, mejor que mejor. Nick Chinlund, que interpreta al Vicecardinum Ferdinan Daxus no se salva de la quema, y menos mal que acaba calcinado que si no, nos da algo. William Fitchner es patético… los colmillos de vampiro le hacen parecer un tipo simpático y semeja estar todo el rato partiéndose el culo con los diálogos y las patochadas que le cuenta Violeta. Etc. Etc. Etc.

En fin, ya nos lo avisa Violeta al principio de la película "Hola, mi nombre es Violeta y vivo en un mundo que quizás no comprendáis"… lo mejor de todo es como se ríe de nosotros repitiendo la misma frase tras 88 lamentables minutos que han quedado en el limbo del tiempo perdido. Quedarán eternamente grabadas en mi retina las siguientes escenas:

– Plano general de la ciudad con unos aviones volando alrededor de la torre maestra.
– Plano general de la ciudad con un camión yendo y viniendo después del aplique destructor de violeta.
– Escena surrealista de dos anormales de pelo melena a los que Violeta machaca aprovechándose de las coletas que se gastan… uno vale, pero que el segundo caiga en lo mismo después de ver a su penoso colega… no vale!

Que ha gusto me he quedado.