En 1987, el mítico maestro de los efectos visuales y el stop-motion Phil Tippett (La guerra de las galaxias, El imperio contraataca, Piraña, Willow, RoboCop, Parque Jurásico o Starship Troopers) se embarcó en un ambicioso proyecto personal: Mad God.

Uno de los protagonistas de Mad God, un soldadete que recorre el grotesco y pintoresco mundo siniestro
Uno de los protagonistas de Mad God, un soldadete que recorre el grotesco y pintoresco mundo siniestro

Para dar vida a Mad God el bueno de Tippet fabricó y animó un mundo surrealista y muy siniestro en el que monstruos, mad-doctors loquísimos y señores de una muy bizarra guerra vagaban libremente sin sentido aparente. Tippet creó de la nada docenas de escenarios, cientos de marionetas y elementos de atrezzo, y unos cuantos cuadernos repletos de miles de bocetos y story-boards donde Mad God cobraba vida. Luego vino el éxito de Tippet Studio y el tan ansiado proyecto personal quedó olvidado en un cajón. 30 años después, un grupo de animadores del renovado Tippet Studio ("The Mandalorian" por poner un ejemplo de sus últimos trabajos) animaron al maestro a sacar adelante su sueño y vía KickStarter el plan de Phil Tippet resucitó en forma de conjunto de cortometrajes que, finalmente, se convirtieron, mira tú, en cine… llega por lo tanto Mad God y, tras triunfar en el Locarno Film Festival, ahora la tenéis para comprar y ver en Sitgesfilmfestival.online hasta el domingo 17.

Una de las criaturas de Mad God, de las mejores ortodoncias que podría uno imaginar
Una de las criaturas de Mad God, de las mejores ortodoncias que podría uno imaginar

Mad God es una película grasienta, oscura, siniestra, mecánica, escatológica, purulenta, palpitante y mugrienta. Carente de voz, no así de lloros y gritos, uno no puede más que agarrarse a la partitura que acompaña una historia sangrienta, donde además de notables elementos simiescos y mucho detalle macabro enfermizo, el enfoque es francamente deudor de los sueños más retorcidos que os podáis imaginar si uno es conocedor del universo Silent Hill. De paso Mad God no duda en guiñar el ojo a uno de los iconos de la historia cinematográfica de Tippet: ED-209 (por ahí sale de fondo y medio destrozado). Pero, o estoy muy loco o me lo estoy volviendo, también hay guiño guiño al mismísimo Clint Eastwood, o más bien a las vestimentas de este en la mítica El bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo), habiendo un momento muy surreal donde poncho, camisa y chaleco borreguero de los vestidos por "Rubio" en el film hacen acto de presencia. Lo dicho, Mad God es una rareza absoluta, una obra de arte del stop-motion, curiosa de ver, tediosa por momentos, pero sin lugar a dudas diferente a nada que uno haya podido imaginar en su vida. Totalmente diferente, embaucadora y grotesca.

Póster de Mad God
Póster de Mad God

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