Hoy ha fallecido uno de esos actores enigmáticos, eternos y compañero de muchas tardes y noches de entretenimiento cinéfilo. El sueco Max von Sydow nos abandona a sus 90 después de haber encarnado a un puñado bastante imponente de personajes icónicos y para el recuerdo. Sin lugar a dudas su encarnación del padre Lankester Merrin en El exorcista (The Exorcist) es el papel más representativo de su carrera moderna, pero ya antes deslumbró a medio mundo en films como El séptimo sello (Det sjunde inseglet), Fresas salvajes (Smultronstället), En el umbral de la vida (Nära livet), El rostro (Ansiktet), El manantial de la doncella (Jungfrukällan) o Como en un espejo (Såsom i en spegel) de Ingman Bergman… todas ellas.

De ahí en adelante éxito tras, éxito, film referente tras film referente, primero con La nueva tierra (Nybyggarna), a la que siguió la mentada El exorcista, la peli de espías por excelencia Los tres días del Cóndor (Three Days of the Condor), Excelentísimos cadáveres (Cadaveri eccellenti) o Pelle el conquistador (Pelle erobreren). Interminable. No obstante Sydow ha sido un actor icónico dentro de la cultura popular del cine, con papeles ciertamente molones como los del Emperador Ming en Flash Gordon, la del puñetero Mayor Karl Von Steiner en Evasión o victoria (Victory), el Rey Osric en Conan, el bárbaro (Conan the Barbarian), el mitiquísimo Ernst Stavro Blofeld en la anti-Bond Nunca digas nunca jamás (Never Say Never Again), los doctores Kynes y Naehringen en el Dune de David Lynch y el Shutter Island de Martin Scorsese respectivamente, el Juez Fargo en la muy floja Juez Dredd (Judge Dredd), el repelente Lamar Burgess de Minority Report, y el diabólico Leland Gaunt en La tienda (Needful Things). Vamos, una pérdida irreparable pero que pervivirá para siempre en nuestro recuerdo. Ah, hay que recordarle también en su participación en Intacto de Juan Carlos Fresnadillo. Que grande era… (en todos los sentidos).

Adiós al eterno Max Von Sydow
Adiós al eterno Max von Sydow

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