Javier Botet, Roberto Pérez Toledo, Pablo Vara, mi querido David Galán Galindo y Javier Fesser… si, el maestro Fesser. De las manos de estos cinco personajes nace Al final todos mueren (2013), film coral que hilvana una serie de historias cuyo nexo común está más que implícito en el propio título de la película… no hay sorpresa… o puede que si. Porque ojo, por muy directo que pueda parecer, es quizás la obviedad del mismo lo que nos engaña ya que en realidad a lo que uno no asiste es al fin de la vida de los protagonistas de estas cinco historias. Que va, a modo secuencia enlazada, algún que otro maestro cinematográfico seguramente aplaudiría por el logro obtenido, se nos cuentan las diferentes situaciones de un buen puñado de personas muy diversas cuando el fin del mundo está ahí a la vuelta de la esquina, inevitable y, por qué no decirlo, bastante jodido.

Vale que el fondo puede haber sido usado en demasía, aunque fue en otro tiempo, pero hay que reconocer que si bien las historias ofrecidas por estos cinco usan ese motivo como razón para los acontecimientos que han de llegar, esa situación futura sirve no obstante para presentarnos cincos acontecimientos diferentes, mejores y peores, donde se da rienda suelta a oscuras paranoias, reuniones entre amigos con temas pendientes entre ellos, encuentros personales que en otras situación hubieran sido inimaginables, momentos llenos de emotividad y vitalidad pese al cercano fin o surrealismo espacial, este obra del bueno de Fesser. Y es que si, esa premisa de que en cualquier momento, más o menos cercano, todo se va a freír espárragos, sirve sin embargo para descubrir la forma en que cada uno enfoca el irremediable destino. Desde la positividad que transpira la historia de "Los románticos del fin del mundo", dando un giro con las malas artes de "8 días antes del impacto", pasando por la melancolía del segmento "El hombre del mañana", la macabra estampa de los hechos que tienen lugar en el segmento de Botet o la cómica situación, bien vale para echarse unas risas, del prólogo y epilogo gestados por Fesser.

Pero si, todos estos diferentes impulsos deben encajarse en un conjunto global, y es aquí donde el todo no es perfecto… ni tampoco creo que pretendiera serlo. En mi caso me quedo con las historias de Fesser, David Galán Galindo y Roberto Pérez Toledo. Supongo que en situaciones como las que se plantean uno prefiere dejar todo esto con una sonrisa o al menos bajo un punto de vista positivo, y así transita el film en su conjunto. A modo montaña rusa se juega con momentos álgidos y otros demasiado oscuros y no tan soportables. Eso si, entre "Los románticos del fin del mundo" y "El hombre del mañana" queda claro que pese a las tristes circunstancias, pese a que al final todo se va a la mierda y a tomar viento, siempre se podrá buscar el lado bueno de las cosas como decían los Monty Python. Si hay vida hay esperanza… aunque lo primero sea cuestión de horas ya que Al final todos mueren.

Cartel de Al final todos mueren...
Cartel de Al final todos mueren…