El Laberinto del FaunoAyer jueves me fui a ver la última gran obra del gran Guillermo del Toro. Es sencillamente fabulosa, preciosa, dura, brutal, directa, emocionante, fantástica… en definitiva, una delicia para el espectador adulto. Guillermo del Toro sigue demostrando que es un maestro de la fantasía y que España, en una de las épocas más representativas de su historia moderna, la guerra civil y su posguerra más cercana, es su fuente de imaginación. Después de El Espinazo del Diablo (2001), El Laberinto del Fauno (2006) vuelve a situarnos en esa España que a veces cansa de tan manida que está en el cine patrio actual, pero que sin embargo en manos de del Toro resulta nuevamente interesante por no machacar en lo de siempre.

Visualmente es genial, toda la película acontece en un caserón siniestro, los frondosos bosques que lo rodean y unas extrañas ruinas llenas de misterio. Junto a la ambientación, que es sencillamente perfecta, tenemos al reparto que está tremendo, desde una Ivana Baquero sorprendente, esta si que es una niña intérprete y no los mediocres de Harry Potter, que nos sirve de nexo entre el mundo real y duro de esos años y los cuentos de hadas, hasta veteranos de la talla de Ariadna Gil, Maribel Verdú, Álex Angulo y un genial, hiperviolento y extremadamente sádico Sergi López, siempre le recordaremos por la frialdad que muestra en este tipo de papeles, estremece. El film está regado con una música mágica creada por Javier Navarrete y grandes efectos especiales de los españoles DDT, Reyes Abades y digitales de CafeFX Inc.

La película nos transporta del mundo real a uno de fábula. Una realidad donde se nos muestra el enfrentamiento entre los nacionales y los conocidos como maquis, combinado con un mundo mágico, cruel y difícil, donde la protagonista deberá hacer frente a retos, a algunas criaturas terroríficas y a un viejo fauno que, acompañado por unas cuantas hadas, instruye, manda y aterroriza a Ofelia para que cumpla su mágico objetivo.

El genial Guillermo del Toro, guionista, productor y director, demuestra una vez más su capacidad de hacer buen cine y sigue completando una filmografía regada con producciones mágicas como Cronos (1993) y El Espinazo del Diablo o las hollywodienses Mimic (1997), Blade 2 (2002) y Hellboy (2004). Realmente estamos ante una de sus mejores películas, si no la mejor hasta el momento. De todas formas, y aunque probablemente esté nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, o debería estarlo, es tan dura, fantasiosa y triste que no creo que pueda ganar el premio, no es el tipo de película que lo suele ganar… ojalá me equivoque, sin lugar a dudas se lo merecen.