Con más de un año de retraso por culpa de esta cansina pandemia que no parece tener fin, ha llegado a los cines / Disney + Viuda Negra (Black Widow) de Cate Shortland, desconocida directora afincada en el cine germano de corte dramático cuando fue fichada por Marvel Studios para hacerse cargo del proyecto. Año y medio después de tener el film terminado podemos ver al fin el esperado regreso del MCU a los cines tras el impactante final de la Fase 3. Viuda Negra marca el punto de inicio del gran cambio que se supone será la Fase 4, y de las que si nada se tuerce veremos este año Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos (Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings), Eternals y Spider-Man: Sin camino a casa (Spider-Man: No Way Home).

La verdad, Viuda Negra es un paso atropellado e incierto dentro del siempre dinámico, espectacular y colorido MCU. De la misma forma que ocurriera con la secuela de Ant-Man (Ant-Man y la Avispa), Viuda Negra adolece en este caso del poco apego que genera el personaje protagonista en solitario, amoldada en una historia sin verdadera fuerza, bien construida eso sí, pero que no saca el esperado jugo a lo que debería hacerlo: su impactante y molón gran villano (que no lo es) Taskmaster / Supervisor, residual de principio a fin y ensombrecido por su intrahistoria (forzada y por completo alejada de su base comiquera). Gracias a dios salva el conjunto la presencia de David Harbour enmascarado como el ridículo Guardián Rojo, ese equivalente soviético al Capitán América que, entrado en kilos y totalmente pasado de vueltas, sirve como alivio cómico al malestar general del drama de Natasha Romanoff (Scarlett Johansson), siempre molona, y su "hermana" Yelena (Florence Pugh), perfecta en sus funciones y como explotadora de la gracia que más se repite en el film.

Obviamente Viuda Negra no puede ser como el resto de films del MCU: el peso no recae sobre un ser con poderes y tampoco dispone de los medios necesarios para montar una feria pirotécnica. Tampoco se le debe pedir eso, sería muy injusto. Debe por ello ser encajada en ese conjunto de producciones más mundanas, de grandes moratones, cortes, costillas rotas y mucho dolor de cabeza. Viuda Negra se convierte así en un rip-off de cualquiera de los films de la saga de Jason Bourne o de la reciente y molona Atomic Blonde… pero sin llegar a molar tanto como estas. Sí es conspiranoica, sí monta buenas peleas, pero a nivel guión llega muy justita y encima pretendiendo rellenar unas muy largas dos horas y cuarto. Hay elementos que funcionan bien, ese inicio en los 90 al más puro estilo Un lugar en ninguna parte (Running on Empty) o el plan de dominación de Dreykov (Ray Winstone), copia / pega Treadstone, pero otros no tanto…

La nueva supreproducción de Marvel Studios se queda algo así como en un intermezzo de los del Hollywood más clásico, en una nota al pie de un conjunto cinematográfico espectacular. Sirve para introducir a un personaje que tendrá mucha importancia, Yelena, y para decirnos en qué invirtió su tiempo Natasha tras Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War). Ni bien, ni mal.

Cartel molón de 2020 de Viuda Negra
Cartel molón de 2020 de Viuda Negra

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