Ha costado mantenerse al margen de todo lo que ha dado el nuevo proyecto cinematográfico del siempre discuto J.J. Abrams. Tras una espera inmerecida, casi un mes y medio haciendo de tripas corazón es algo muy difícil de aguantar, es hora de hablar de Super 8 (2011), el retorno a la gran pantalla y con paso firme de un estilo olvidado, casi perdido, y de un formato cinematográfico que seguro logrará que mucha gente de un perfil de edad similar al que teníamos muchos de los presentes entre 1975 y 1985 , se acabe enamorando del cine, de las aventuras de infancia, del terror y de un sinfín de sensaciones que perdurarán muy probablemente a lo largo de los años. Super 8 es de principio a fin espíritu Steven Spielberg / Amblin Entertainment y por ello fue concebida como una fusión de tres de los proyectos que definieron en gran parte el cine juvenil para todos los públicos de las décadas pasadas. Super 8 recupera el aroma de aventura y amistad de Los Goonies (The Goonies, 1985), ofrece dosis emotivas a lo E.T. El extraterrestre (E.T., 1982) y se nutre de las acciones gubernamentales que ya conocimos en Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977). Pero ojo, si bien asimila por completo elementos de estas tres míticas obras, Super 8 también opta por apartarse un poco de la línea marcada y decide hacer uso de los medios de hoy en día, medios que aportan mayor impacto y más grandilocuencia visual… cosa que todo sea dicho, no creo que sea la mejor elección posible una vez vista la película en conjunto. Con esto no quiero indicar que no me haya convencido, pero estoy seguro que habría sido magistral elegir por tendencias pasadas en lugar de la tónica presente. Pero lo que sin lugar a dudas hace que Super 8 acabe gustando si cabe más son esos momentos inolvidables, esas secuencias que quedarán marcadas a fuego en la retina del espectador, y todo lo que provoca el haber contado con un reparto juvenil de matrícula donde descubrimos a Joel Courtney, menuda sorpresa, Elle Fanning, alucinante, o el grupeto teen que encabezan Ryan Lee, para partirse con este chaval, Riley Griffiths, Gabriel Basso o Zach Mills.

Cartel español de Super 8 de J.J. Abrams
Cartel español de Super 8 de J.J. Abrams

La vida de Joe Lamb (Joel Courtney) cambia por completo el día que su madre muere en un accidente laboral. La distante relación que siempre mantuvo con su padre (Kyle Chandler) tampoco ayuda a que pueda afrontar la terrible situación que le ha tocado vivir. Cuatro meses después del triste acontecimiento comienzan las vacaciones de verano y Joe, junto a sus amigos Charles (Riley Griffiths), Cary (Ryan Lee), Martin (Gabriel Basso) y Preston (Zach Mills), podrá dedicarse a tiempo completo a terminar "The Case", un corto de zombis rodado por este grupo de amigos. La noche en la que Charles logra que Alice Dainard (Elle Fanning) se una al rodaje para encarnar a la protagonista femenina, y mientras ruedan una escena en la estación de tren del pueblo donde viven, los jóvenes asisten a un terrible accidente ferroviario provocado por la invasión de la vía por parte de una camioneta. Con lo que no cuentan es que del amasijo de hierros que forma ahora este destructivo caos surgirá algo que cambiará por completo sus vidas y la del pequeño pueblo en el que viven…

J.J. Abrams ha combinado en Super 8 todos esos detalles que muy probablemente le movieron en su juventud a adorar el cine. Además, con el poder que tiene ser guionista y productor, solo le quedaba convencer al Steven Spielberg para que le diera el beneplácito de cara a embarcarse en un viaje al pasado plagado de referencias al cine del otrora rey midas de Hollywood. Lo logrado por Abrams demuestra que el tipo sabe mucho de esto, y moviendo unas cuantas palancas ha logrado crear una película que atraerá al público de un buen puñado de décadas pasadas que, de paso, querrán ver si sus hijos acaban disfrutando como ellos disfrutaron, y disfrutan, del cine. Apoyado en impecables factores como una sobresaliente dirección artística o un notable reparto, el film se sostiene sin problemas gracias a una historia que bebe de fuentes todavía abundantes de imaginación. Puede que la resolución no sea lo más logrado del conjunto final, pero a estas alturas estos detalles se le perdonan al bueno de J.J. Abrams porque la apuesta realizada es un lujazo en toda regla. Como complementos al film tenemos gloriosas referencias cinéfilas, mucha adoración al cine en su conjunto y una banda sonora compuesta por el siempre interesante Michael Giacchino cuya fanfarria central, combinada con determinadas secuencias, logra que los pelos se te ericen. Y mucho atención, para mi la película tiene una de las secuencias más maravillosas que he visto en el cine en mucho tiempo… secuencia a la altura de los clásicos y que a más de uno / una le llevará a recordar ese primer momento en el que el corazón se les aceleró.