Y hay que seguir explorando lo visto en el Festival de Sitges de este año. Otro par de películas que me vi este año han sido la muy recomendable Robot & Frank (2012) de Jack Schreirer y el film de animación con stop-motion El alucinante mundo de Norman (ParaNorman, 2012) de Chris Butler y Sam Fell.

Robot & Frank de Jack Schreiner

Nueva ración de cine emotivo combinado sabiamente con un muy probable y accesible futuro. Temas tan presentes en nuestra experiencia personal como la relación padre hijo, o enfermedades tan terribles como el Alzheimer, dan juego a Jack Schreiner para sacarse de la manga una película casi perfecta donde además logra que Frank Langella ofrezca una interpretación poderosa y sumamente entrañable. Asistimos a la vida de Frank (Frank Langella), un padre de familia que vive solo en una casita bastante distante de un núcleo rural con chicha. La vida de Frank es mecánica, se levanta, va al pueblo caminando, visita la biblioteca, donde trabaja Susan Sarandon, y vuelta. Sus hijos Hunter (James Marsden) y Madison (Live Tyler) tienen sus propias vidas, lo que obliga al primero a hacerse medio día al volante para poder visitar a su padre una vez por semana. Ante el evidente deterioro de la memoria de Frank, y pese a la negativa de la liberal Madison, Hunter decide regalarle un robot médico que le vigile y haga las tareas del hogar. Asistiremos a partir de ese momento a una lección de humanidad y creciente amistad que irá afianzándose conforme se superan las diferentes fases de la convivencia entre el anciano y el robot. Una película sencilla, de bajo presupuesto y que no necesita de ningún alarde técnico, el robot es tan simple que enamora, pero que por otro lado logra remover nuestros sentimientos apoyándose no solo en lo melodramático de la temática que explora. Tiene suficiente factor cómico como para disfrutarla muchísimo más. De lo que más me ha gustado en este Sitges 2012, premio incluido, y también galardonada en Sundance.

Póster de Robot & Frank
Póster de Robot & Frank

El alucinante mundo de Norman (ParaNorman) de Chris Butler y Sam Fell

Primera de las película de animación que me pude ver en este Sitges 2012. La compañía Laika, responsable hace unos años de la preciosa Los mundo de Coraline (Coraline, 2009), vuelve a apostar por lo diferente gestando un proyecto de animación por stop motion con una factura impresionante y bastante alejada de ese aplastante enfoque infantil y tonto que acaban marcando como prescindibles muchas películas del estilo. Más adelante hablaré de un ejemplo de esto. En el caso de El alucinante mundo de Norman la historia se centra en Norman, un niño raro, mala traducción la que hacen de freak por friki en todo el metraje, que tiene la extraña virtud, o más bien defecto, de poder ver los espíritus de aquellos muertos que se han quedado con algún tema pendiente o que sencillamente prefieren no pasar definitivamente al otro lado. Este "problema" hace además que Norman sea el bicho raro de la clase, ese niño que no tiene amigos y del que escapan hasta los verdaderos frikis del colegio. Pero todo cambiará cuando se vea obligado a llevar a cabo una misión para la que no está preparado, impedir que una maldición que tiene lugar todos los años despierte a los muertos vivientes y libere a una bruja que fue condenada a muerte cuando la etapa de la caza de las brujas de Salem. Un desarrollo técnico virtuoso, mucho más adulto de lo que uno podría imaginar, y de obligada visión si alucinas, como yo, del stop motion y lo que se puede llegar a hacer. Personajes modelo película de terror serie B con el prota, el malote, el cachas, la animadora y el cerebrito. Todos ellos la mar de simpáticos y protagonistas que mejoran con alguna que otra referencia a películas molonas, y chistes que, siendo realista, un niño pequeño no podrá ni acercarse a entender. Lo que más me llama la atención es lo poco infantil que resulta en conjunto. Cien por cien disfrutable y competidora directa con el Frankenweenie (2012) de Tim Burton y Disney.

Cartel de El alucinante mundo de Norman
Cartel de El alucinante mundo de Norman