Con una semana de retraso con respecto a su estreno en USA ha llegado a los cines de España La cosa (The Thing, 2011) de Matthijs van Heijningen Jr., la precuela con aroma a remake de la insuperable obra maestra del cine de ciencia ficción y terror que es La cosa (The Thing, 1982) de John Carpenter. Con un reparto encabezado por Mary Elizabeth Winstead, Joel Edgerton, Ulrich Thomsen, Eric Christian Olsen o Adewale Akinnuoye-Agbaje, el proyecto de Universal Pictures deja claro desde su inicio que se ha trabajado aplicando el mayor respeto al film del que bebe, pero pese a ese respeto, encomiable trabajo, también se confirma que esta La cosa no es ni por asomo una pizca de lo que Carpenter ofreció hace ya casi 30 años. Escrita por Ronald D. Moore y Eric Heisserer, por decir algo, La cosa descubre y confirma la alarmante falta de ideas originales y creativas que hoy en día masacra a Hollywood salvo en contadas ocasiones. Vale que es una precuela, pero está más cerca del remake y salvo alguna idea curiosa, quizás me guste más la forma de identificar a los infectados en este caso, lo que debía ser un film de asfixiante tensión y desconfianza extrema se transforma en otro producto más de bicho correcaminos con presencia digital global y muy poco truculenta. Grandioso el esfuerzo realizado por Alec Gillis y Tom Woodruff Jr. de Amalgamated Dynamics, Inc., pero exceptuando la secuencia de la primera autopsia post muerte de uno de los miembros investigadores, queda más que claro que no hay suficiente arrestos para parir algo tan viscoso y grotesco como lo que Rob Bottin creo tras un año de intenso trabajo que, todo sea dicho, le llevó a acabar ingresado en un hospital por lo extenuante del reto. Pero bueno, pese a todo Matthijs van Heijningen Jr. y todo su equipo de colaboradores logran un producto dicharachero, muy dinámico y francamente entretenido, y hoy en día estas son fórmulas básicas para que una compañía de el beneplácito al producto creado. Eso si, por ahora y en cuanto a términos de taquilla huele más a fiasco… raro.

Póster patrio para La Cosa de Matthijs van Heijningen Jr.
Póster patrio para La Cosa de Matthijs van Heijningen Jr.

Base Thule, Antártida, 1982. Un grupo de científicos noruegos, guiados por una extraña señal oculta en una frecuencia poco común, ha hecho un increíble descubrimiento bajo el hielo, una monumental nave extraterrestre y, lo que es más sorprendente si cabe, el primer ejemplar de otro planeta llegado a la Tierra. El Dr. Sander Halvorson (Ulrich Thomsen) y su colaborador Adam Goodman (Eric Christian Olsen) acuden raudos y veloces a hacerse con los servicios de la paleontóloga Kate Lloyd (Mary Elizabeth Winstead). Su llegada a la base Antártida les llevará a descubrir de primera mano lo que promete ser un hito para la humanidad. Una vez en el centro científico, y con un bloque de hielo que contiene a la criatura congelada, comienza el desastre… el hielo conservaba en perfecto estado a la cosa, de manera tan perfecta que también la mantenía con vida. Con el calor arranca el fin de todo y tras verse libre llegan las primeras muertes. Los científicos deben hacer frente a algo que no comprenden y que para más INRI logra imitar a la perfección aquello que digiere.

Y es que podría contaros todo lo que se ve porque poca sorpresa os vais a encontrar. La cosa es La cosa y no otra cosa, cosa que por otro lado habría sido difícil de concebir. Bien rodada, con un reparto solvente y que cumple como es su obligación, unos efectos en la línea de lo que se ofrece hoy en día y una historia, que si bien no es nada original, acaba por entretener… todo esto es bueno. Por lo tanto, un producto en la línea mainstream que por otro lado se convierte en algo normal, no sorprendente y para nada innovador. Los grandes estudios no disfrutan con el riesgo y ven más fácil revivir viejas experiencias y explorarlas amoldándolas a los cánones de hoy en día. Ojo, como bien decía la persona con la que fui al cine, falta ese punto visceral, de víscera, que John Carpenter y por lo general el cine de los 80 y de los practical effects lograban insertar en cada una de sus películas. Su punto fuerte, llevará a mucha gente a descubrir el buen cine cuando deseen saber que pasa después de este despiporre, que de paso es infinitamente superior en calidad. Eso y que te llevas unos cuantos sustos logrados por el cansino efecto del ruido de rigor que lleva a la exaltación inmediata. Lo malo, el mundo que se conoce el percal, puede que se entretengan, como es mi caso, pero en el fondo lo que se ve no aporta nada. Eso si, algo que me encantó es el final en modo enlace. Vale la pena verse todos los títulos de crédito que justifican con grandeza el inicio de la película de Carpenter y de paso el desbarajuste que se encuentran en la base sueca, "son noruegos mac", MacReady (Kurt Russell) y el doctor Cooper (Richard Dysart). Dadle una oportunidad, igual no os sentís defraudados…