Bueno, creo que es necesario pasarse ya por el blog para hablar del estreno de la semana, sin lugar a dudas del mes, y para mí, ya tengo el escudo puesto, del año. Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (Batman v Superman: Dawn of Justice) se ha estrenado y no exenta de polémica presento mi carné de persona a la que le ha gustado… y mucho.

La apuesta del universo DC está siendo la de un mundo complicado, un mundo donde el superhéroe es puesto en duda por sus actos. Si ya en El Hombre de Acero (Man of Steel) la cosa terminaba con un dron tratando de controlar al hijo de Jor-El, en esta Batman v Superman el tema viene a afectar no sólo al bendito Clark Kent (Henry Cavill), si no a ese justiciero que se toma, nunca mejor dicho, la justicia por su mano y que no duda en marcar a fuego a aquellos que castiga… como hacían otros viles seres en tiempos pretéritos. Sí, Batman (Ben Affleck) lleva 20 años impartiendo su ley, correcta aunque discutida, y tras la entrada de Superman en su mundo la polémica se cierne ahora sobre este, un ser poderoso, en el que se confía pero que podría cambiar de parecer y, sencillamente, arrasar con el planeta en un abrir y cerrar de ojos. Como muestra de este debate la secuencia inicial que explora otro punto de vista de la destrucción de Metrópolis perpetrada por el General Zod y sus tropas, amén de Superman. Una secuencia violenta, desesperada, vívida y más realista si de lo que hablamos es de edificios cayendo con ciudadanos muriendo en la debacle. Ahí es donde Bruce Wayne se plantea que Superman no es tan conveniente como uno puede pensar. Este punto de vista, oscuro, frío, desasosegador, será del gusto o no del público que promete abarrotar las salas de cine con cada estreno que tengamos, pero es el camino que el estudio propietario de DC, la Warner Bros., ha seleccionado para profundizar en la fórmula que con éxito ha fraguado la otra gran compañía del universo cómic. Arranca poniendo el listón a una altura muy alta y no apta para todos los públicos.

Tras este arranque la cosa se centra de forma esquiva en una singular batalla iniciada en la sombra por el debutante Lex Luthor (hiperactivo Jesse Eisenberg), magnate (des)aprovechado que ve en las dudas de la sociedad, encabezadas por el rico Wayne, la pieza que le faltaba para llevar adelante su gran plan, acabar de un plumazo con esos dos que en estos momentos pueden acabar de tocarle las narices, Superman y Batman, y dar su siguiente paso… ¿Cuál? Dentro de la cabeza de Luthor, o del guión de Chris Terrio y David S. Goyer, quizás esta sea la idea más interesante del film, todo el entresijo de acciones que toma el personaje de Eisenberg tienen un sentido, ¿controlado por?, y más si percibimos que Luthor sabe desde el principio quiénes son en realidad Bruce Wayne y Clark Kent. Sabe de sobra que de forma individual no puede hacer nada contra estos dos titanes, pero como buen Maquiavelo, tiene las armas que le hacen falta para salirse con la suya… llega con formalizar una pelea de gladiadores como él mismo la define, una guerra Batman v Superman.

El resto es historia para ver en cines. La entrada de Diana Prince (Gal Gadot) en escena, personaje formato misterio hasta que se desmelena pero que queda claro que forma parte de algo mucho más grande de lo que podemos esperar, y que se labra con múltiples referencias a lo largo de toda la película. Que sí, que son piezas no al alcance de todos, yo entre ellos, pero que van haciendo masa para construir su propia fase uno del DCCU. Luego tenemos los rápidos vistazos a esos otros miembros del universo que pueblan Superman y Batman que no se ensanchará este agosto, pero que sí lo hará y sin control el año que viene. De regalo varias historias e una, entrada del chisporroteante Doomsday incluida. El film bebe de El regreso del Señor de la Noche, pero bebe de otros relatos de los que mejor es no hablar porque hay que descubrirlos sentados en la butaca. Hay sueños oníricos, visiones, catástrofe, futuro en esencia y un saludo como una casa a ese ser que desde el exterior vendrá a hacer la puñeta.

Por lo tanto, abiertamente discrepo de esa tendencia que está vertiendo todo tipo de descalificativos contra el film de Zack Snyder. Sí, esta versión del film adolece de descontrol en su montaje, sobre todo cuando intenta enlazar todos esos hitos que hilan el plan de Luthor, pero no por ello es un mal film ni nada que se le parezca. Si es curioso el anuncio de esa versión extendida antes del estreno, y da qué pensar que a Warner Bros. se le ha ido la mano con los cortes en la mesa de montaje, pero no por ello es todo tan atropellado como nos hacen pensar. Además, Ben Affleck nos presenta un Batman atormentado, un Bruce Wayne violento, callejero, vengativo y defensor de su propio concepto de justicia. Henry Cavill con su Superman ha madurado. El principiante de El Hombre de Acero está cansado por su necesaria omnipresencia. Es ídolo del pueblo pero ve que no se hace nada para evitar su necesaria intervención… está cansado, se siembran dudas sobre sus acciones desde las altas esferas. Está en entredicho. Luego las otras piezas de la fórmula, Lois Lane (Amy Adams) como guía en la trama de Luthor, Alfred (Jeremy Irons) como Pepito Grillo de Bruce Wayne y otros. En definitiva, me ha molado. No es la octava maravilla del mundo pero tampoco es un gran fiasco como tratan de vendernos. Es una buena película, pieza aprovechada para iniciar algo que hace unos años ni se concebía, disfrutésmola porque bien merece la pena hacerlo.

Uno de los pocos carteles de Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia
Uno de los pocos carteles de Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia