Si hay una saga de ciencia ficción cinematográfica que no ha sabido ser explotada como debiera es aquella que fue iniciada con rutilante éxito en 1987. Estoy hablando de la que se puso en marcha con la obra de culto Depredador (Predator, 1987) de John McTiernan, y que con el paso de los años se fue autodegradando, Depredador 2 (Predator 2, 1990) fue muy floja, hasta acabar fusionada para revivir sin brillo en esta década con otra de las ideas maestras de la ciencia ficción moderna… la insustituible franquicia Alien. Ahora una vieja y agradable idea pergeñada por Robert Rodriguez, modificada por Alex Litvak y Michael Finch, y ejecutada con soltura por Nimród Antal, llega a los cines para dejar claro que todavía queda algo bueno que sacar a este mundo, con sus errores, que tiene unos cuantos, pero entreteniendo y siendo fiel a como siempre debió retomarse lo engendrado hace ya muchos años por Jim Thomas y John Thomas. Porque Predators no pretende crear la rueda y menos superar a ese film al que tanto le debe – una raza extraterrestre inigualable y un universo creado para la acción más descabellada. Conocedora de que no puede ser mejor, ya nos dice el refranero "si no puede vencer a tu enemigo, únete a él", Predators bebe directamente de quien tiene que beber y opta por mantener varios de los iconos que nacieron en 1987, además de recrearse en las secuencias del film original homenajeando, ¿o plagiando?, a estas. La verdad, a mi todo esto me ha convencido y lo visto cumple con lo que promete, cine entretenido que vigoriza una saga injustamente maltratada, y con la seguridad de que seguiremos teniendo más Predators que echarnos al plato…

Póster español de Predators
Póster español de Predators

Sin conocer la razón, un grupo de ocho personas que no se conocen entre si despiertan en un densa jungla. Salvo uno de ellos todos se descubren como expertos en el uso de las armas y de la muerte ajena. Royce (Adrien Brody), aunque independiente líder nato, no tardará en tomar los mandos del grupo para intentar descubrir dónde narices están. Poco tardarán en descubrir que la jungla en la que se encuentran no es una jungla cualquiera y que, además de estar en un planeta desconocido, en ella los verdaderos especialistas de la caza no son ellos, si no unas criaturas que hasta ahora nunca han visto. Desde ese momento, y a pesar de las diferencias existentes entre todos ellos, deberán unir sus fuerzas para tratar no solo de escapar de este infinito coto de caza, si no para sobrevivir a lo que promete ser una fuga sin descanso y un combate desequilibrado entre el hombre y la criatura.

Y en global esto es Predators. Una película de acción y ciencia ficción que sin atisbo de pudor exprime todos aquellos valores que en 1987 explotara con agrado el film protagonizado por un inconmensurable Arnold Schwarzenegger. Porque la verdad… si la jungla es lo que el público demanda, y tras ver que llevar la saga a la urbe es sinónimo de fiasco, pues a la jungla te vas. Si el público vibró con la obra musical creada mágicamente en su día por Alan Silvestri, pues traes a John Debney, se curra unos arreglos como John Ottman hiciera para Superman Returns (2006), y logras que la gente se sienta como antaño. Si lo mejor es contar con los tipos más duros del planeta para combatir a los mejores cazadores del universo… pues haces lo posible por juntar un grupo medianamente convincente y no lo enfrentas a un único cazador, ofreciendo, en parte, lo que verdaderamente se demandaba, varios depredadores.

Pero está claro que no todo puede ser regularidad… todo esto que comento sería correcto si no fuera porque homenajear un poco se reconoce como positivo, el enlace con el film de McTiernan mola, pero apoyarte en muchas de las ideas, si no todas, de la película de 1987 es pasarse un pelín. Porque el destino de Hanzo (Louis Ozawa Changchien) no es para nada nuevo, de hecho resulta descafeinado, o porque el sentir de Mombasa (Mahershalalhashbaz Ali) tampoco sorprende. Aunque bueno, si luego añades vigorosas aportaciones como la de Stans (Walton Goggins) y buenas jugadas como las de Isabelle (Alice Braga), Edwin (Topher Grace) o Nikolai (Oleg Taktarov), pues sumas frescura a la idea. Pero claro, si por otro lado cuentas con el detalle de amigo de Cuchillo (Danny Trejo), que tiene un pase, y tiras bastante por la borda al meter en el fregado a un incomprensible e innecesario personaje como Noland – que alguien me explique cual es la función de Laurence Fishburne en el film – pues vuelves a desinflarte.

Y todo va así. Predators tiene sus cosas buenas pero también las hay malas. Le falta algo de originalidad y un poco más de miga. Cuenta con demasiados momentos que no aportan y provocan un sentimiento incómodo al respetable porque no se le da continuidad al film. Aunque ojo, no por ello deja de resultar una película disfrutable y que al fan del film en el que Dutch salió victorioso gustará…o a mi por lo menos me ha gustado y convencido. Entretiene que no es poco.