Aprovechando la tarde del 25 de diciembre, una tarde en la que por lo general suele sobrar tiempo para hacer otras cosas, he podido pasarme por el cine para ver The Spirit (2008) de Frank Miller. Sin lugar a dudas es complicado hablar de un film como este sin acabar por descontentar a alguien. ¿Es The Spirit tan malo como lo pintan al otro lado del charco? Pues si os digo la verdad no me ha parecido la gran basura que indicaban de costa a costa todos los portales de peso en USA. ¿Es por ello una película salvable? Pues triste y descaradamente no. Tengo que reconocer que no me ha disgustado, pero lo más importante es que tampoco me ha acabado por convencer, para pasar el rato y ponerla a caer de un burro…

The Spirit es una demostración de que Frank Miller no tiene ni idea de como hacer cine, los trucos para dar ritmo a un película, de como hacer diálogos fluidos, con cierta conexión y que ofrezcan un pelín de lucidez para que algo suene con un poco de sentido y no a completa tontería. En el campo del guión el trabajo realizado es un completo despropósito plagado de frases chocantes, por momentos absurdas y, mira tu por donde, tronchantes de tan malas que son. Poned a los mandos a Zack Snyder o a Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, dejemos trabajar la adaptación del guión a gente como el propio Snyder, Kurt Johnstad o Michael Gordon, entonces podrás hacer una película con chicha, donde los personajes transmitan algo más que vacío y donde el guión y la historia te llamen para permanecer atento a la pantalla. Frank Miller debe dedicarse al arte que domina, el arte del cómic. Cosas como 300 (2007) o Sin City (2005) se deben en gran parte a su arte, a sus historias e imaginación, pero no solo a él… más bien al gran equipo que puso en funcionamiento la máquina.

Negro, rojo y blanco... los colores en The Spirit
Negro, rojo y blanco… los colores en The Spirit

Miller no sabe como funciona el cine y se pasa todo el rato despistando a la gente, mareando la perdiz con situaciones rocambolescas como la pelea inicial, una mala y extensa explicación de la relación entre The Spirit y Sand Saref, las vicisitudes del protagonista con las mujeres, su gran y permanente odio a su gran enemigo, etc. A esto le suma una maldita obsesión por el uso del estilo comiquero de Sin City haciendo de The Spirit una sincityzación o frankmillerización de la obra de Will Eisner. Vale, puede ser una buena idea por eso del aspecto visual, el aprovechamiento del gran uso de los efectos visuales para la composición. Hay que reconocer que por momentos queda genial, pero ¿no hubiera sido mejor apartarse del estilo ya utilizado para que no lastre a un proyecto que debería ser diferente? Luego tenemos el noble arte de intentar hacer un film con actores reales bebedor del género slapstick. Vale que Bruce Campbell en sus mejores tiempos con Sam Raimi como director de orquesta era capaz de eso y más, pero ni Gabriel Match y menos todavía Samuel L. Jackson son los más indicados para llevar adelante semejante intento. El estilo de la pelea inicial, larga hasta decir basta, no tiene continuidad el resto del film… entonces, ¿por qué la incluyes? The Spirit tampoco se merece ser parte de ese pastiche.

Luego el reparto. Gabriel Match como The Spirit no está mal pero los diálogos que reza son en la gran mayoría de momentos bastante penosos. Luego el villano de turno, The Octopus, un personaje nunca visto en el cómic y aquí interpretado por un agotador y ultra protagonista Samuel L. Jackson. Ambos personajes abusan del monólogo hasta la extenuación, pero lo de Jackson es de risa. Sus diálogos no tienen salvación, hay un momento en el que durante 3 minutos se pone a hablar sobre los huevos marrones de las gallinas, de lo poco que le gustan y bla, bla, bla. Luego tiene frases imposibles como ese "mortal como Star Trek", tristemente se merece un WTF como una casa. No digamos nada de la escena donde explica a The Spirit la razón de ser como es… mejor no contar nada pero lo de usar toda la iconografía nazi es el acabose. Puede que acertado por lo que transciende, pero increíble al fin y al cabo.

Psicodelia, psicotronía y LSD nazi... el no va más
Psicodelia, psicotronía y LSD nazi… el no va más

Como cierre otra de las obsesiones de Miller, y supongo que de todo el mundo… las bellas mujeres, que si son voluptuosas pues mejor que mejor. Sand Saref (Eva Mendes) es un personaje plano, impresionante en todo momento pero plano hasta decir basta, Plaster of Paris (Paz Vega) otro tanto de lo mismo, aunque Ellen Dolan (Sarah Paulson) quizás tenga un poco de vida lo de Silken Floss (Scarlett Johansson) asusta… realmente uno no sabe quién lleva los pantalones, si ella o The Octopus. Eso si, vestidos geniales, curvas peligrosas y unos escotes para perderse en ellos. El tema de Lorelei Rox (Jaime King) ya no lo controlo tanto y no se como era en el cómic, pero suena a paja mental y de las gordas.

¿Y la historia qué? Pues la historia es curiosa, The Octopus quiere hacerse con la sangre de Hércules para ser el no va más, Sand Saref quiere el vellocino de oro de Jasón porque está obsesionada con el, y en medio tenemos a The Spirit intentando en todo momento acabar con su Némesis… ni más ni menos. Muchos brincos, acción curiosa, escenas divertidas y diálogos penosos. Ahora mismo no recuerdo lo que dice el agente colega de The Spirit que está a punto de morir en el lodazal, la palabra utilizada es de coña… si un alma caritativa la recuerda se lo agradecería, eso si, es cosa del doblaje, igual que los clones que acompañan a The Octopus, palurdos y absurdos. No se por qué le dan ese acento. Incomprensible.