Creo que va siendo hora de sacarme de encima dos entradas que tenía pendientes y que como las siga acumulando ahí, acabarán por morir en el olvido. Comenzaré con mi despedida del Sitges 2010 – 43 Festival Internacional de Cinema Fantástic de Catalunya, la cual estuvo acompañada por lo último del director japonés Takashi Miike y su obra samurai Thirteen Assassin (Jûsan-nin no shikaku, 2010). Miike apuesta por el clasicismo cinematográfico y como hicieran grandes autores del séptimo arte como Akira Kurosawa, se saca de la manga un proyecto singular que nos cuenta cómo el ultraje sobre un clan familiar acabará desatando una carnicería movida por la venganza y la búsqueda del honor perdido. El film de Miike, escrito por Daisuke Tengan y Kaneo Ikegami, es una delicia de principio a fin. Sus más de 2 horas de duración lo valen por completo. La historia de Shinzaemon Shimada (Kôji Yakusho) y de sus 12 compañeros puede parecer en un principio manida y ya contada, no en vano recordará a otros clásicos, pero nada más lejos de lo imaginado, tiene un punto diferente que le otorga personalidad propia. Pues eso, que si tenéis oportunidad de verla no os la perdáis, una de las mejores películas que pude ver en mi corto periplo por el festival.

Cartel de Thirdteen Assassins / Jûsan-nin no shikaku
Cartel de Thirdteen Assassins / Jûsan-nin no shikaku

Momento de hablar de Monsters (2010) de Gareth Edwards. Ojo, esta me la vi en CineEuropa, una especie de festival que se celebra en Santiago de Compostela, pero como también la pusieron en Sitges pues la anoto para darle un poco más de cuerpo a esta entrada. La verdad, Monsters no debe verse como una película de ciencia ficción al uso y menos como un espectáculo de enfrentamiento o terror entre humanos e invasores extraterrestres. Si esperas eso entonces te va a decepcionar y mucho. Se puede decir que el medio es ese, una nave de la NASA se estrella en México y al cabo de unos años medio país se ve transformado en zona en cuarentena por culpa de lo que se trajo del espacio, pero nada más. Si, todo ocurre con ese trasfondo pero la verdad es que es un simple viaje de una niña rica hija de papá y un fotógrafo en busca de una jubilación anticipada. Sus problemas personales, lo que les espera a su vuelta o su obligada relación en un paraje inhóspito y desconocido es lo que Edwards nos quiere contar. Todo se hace mucho más meritorio si pensamos cómo ha sido rodada la película, algo que da un valor extra al resultado final pese a las flojas interpretaciones de Whitney Able y Scott McNairy que pierden importancia gracias a ese envoltorio de historia original. Ojo, Gareth Edwards rodó esto, se dice, con 15.000 dólares, aunque a posteriori, y dadas las buenas críticas de diversos festivales por lo que pasó, pudo contar con 485.000 más para mejorar las 250 tomas de efectos especiales con la que cuenta el film (todas realizadas por él en su portátil). De todas formas, y sea como fuere, que algo así se logre hacer con 500.000 dólares es muy pero que muy meritorio. Se ve que lo verdaderamente importante del film es su historia, escrita por el propio Edwards, que pese a resultar bastante clásica aporta un punto imaginativo que la hace diferente y recomendable.

Nuevo cartel de Monsters
Uno de los carteles de Monsters