El padre de los X-Men en pantalla grande y el espíritu del que los hizo renacer en el 2011 han unido fuerzas para sacarse de la manga X-Men: Días del Futuro Pasado (X-Men: Days of Future Past, 2014), libre adaptación de uno de los arcos argumentales cumbre de esa era dorada comiquera de la Patrulla X salida de la mente preclara de Chris Claremont (John Byrne a los lápices y Terry Austin entintando). Bryan Singer, el padre, ha retornado y para ello ha tomado la semilla que él mismo plantó, aquella que germinó robusta gracias a actores de la talla de Ian McKellen, Patrick Stewart o Hugh Jackman, aprovechando eso si ese golpe en la mesa que dió hace ya unos años el genio británico Matthew Vaughn, el espíritu creativo, con la maravillosa e inventiva recreación sesentera X-Men: Primera Generación (X-Men: First Class, 2011).

De paso con X-Men: Días del Futuro Pasado uno podría declarar eso de que en casa 20th Century Fox se ha pretendido enlazar esos tres universos que ahora mismo coexistían en la línea temporal mutante. Se ha fusionado aquella etapa nacida con gloria y encanto en el año 2000, perfectamente continuada en el 2003 pero vapuleada con descaro y prisas por el propio estudio y la terrible participación de Brett Ratner en el 2006, más esa en formato spin-off que ha sobreexplotado con cierta desgana, aunque Lobezno: inmortal (The Wolverine, 2013) tiene un pase, la vida y obra de Hugh Jackman, digo Logan, en nuestra historia, terminando con la renacida bajo una estética cinematográfica completamente diferente, más cercana al cine de aventuras, espías y distopia… si, la visión de Vaughn y Jane Goldman.

El trabajo no era sencillo, para nada, y Singer ha cumplido con creces si bien existen indudables matices. Personalmente me hubiera gustado ver de nuevo a Vaughn a los mandos, recordemos que fue él el que se apeó del proyecto dadas las prisas del estudio, ya que creo que Singer ha perdido encanto y el listón que puso X-Men: Primera Generación, a nivel originalidad y "alejamiento" del concepto estricto del cómic, habían establecido una ruta nueva, especial y que separaba por completo lo que estábamos habituados a ver en cines. La nueva vía continua en Días del Futuro Pasado subiéndose Singer al carro de Vaughn y ofreciendo los mejores momentos del film, unos en los que los superheroico, y como ya ocurriera en Primera Generación, no es lo más importante a contar. En esta fase disfrutamos de la aparición en pantalla del irreverente y gamberro Quicksilver (Evan Peters), protagonista del instante cumbre de la película, uno en donde lo cómico inteligente se une a la innovación y muy similar a aquellos momentos en los que James McAvoy y Michael Fassbender iban conociendo a los jóvenes primeros compañeros de fatiga del film del 2011. Pero pasado ese instante Singer vuelve a lo que conoce, lo, no se si es justo decirlo, rutinario y estándar Fox.

La reinvención que Vaughn había hecho de Magneto (Fassbender) y Xavier (McAvoy) se diluye en un mar que es la importancia de Lobezno (Jackman) en la película. Es tan crucial su personaje que los 70s se mueven a su ritmo cuando deberían hacerlo al de esos grandes amigos que a la vez son Némesis. Magneto no es que aporte mucho, incluso hasta diría que prima la desgana siempre que aparece, Xavier vive un drama que le hace ganar enteros donde le acompaña Bestia (Nicholas Hoult), y junto a ellos Mística (Jennifer Lawrence) que se enfrenta sola a un villano que podría haber molado tanto como lo hizo Sebastian Shaw (Kevin Bacon) en Primera Generación. La presencia de Bolivar Trask (Peter Dinklage) es casi anecdótica y la de los primeros Centinelas otro tanto de lo mismo. Personalmente Singer se encasilla y esos años 70s no funcionan como esperaba salvo por instantes que son indudablemente potentes: la llegada de Lobezno, la actuación de Quicksilver y el instante Casa Blanca. Y claro, en paralelo a esta historia tenemos el futuro / línea temporal de compleja concepción. Ahí el director abraza a sus hijos predilectos y hace regresar a Coloso (Daniel Cudmore), el Hombre de Hielo (Shawn Ashmore), Kitty Pride (Ellen Page) o Tormenta (Halle Berry), todos estos dando entrada a nuevos rostros como los de Blink (Bingbing Fan), Bishop (Omar Sy), Mancha Solar (Adan Canto) o Sendero de Guerra (Booboo Stewart). Los mutantes sufren ese futuro dominado por Centinelas supremos, aniquiladores de su especie, y donde viven las versiones míticas de Xavier (Patrick Stewart) y Magneto (Ian McKellen).

Sin lugar a dudas una historia compleja, con gran potencial e interés y que, aunque mole, podría haber dado mucho más de si. Futuro y pasado se cruzan, se redefinen y sientan nuevas bases para lo que será X-Men: Apocalypse (2016). Eso si, me sigo preguntando que habría hecho Matthew Vaughn con esta historia… me lo pregunto y me jode, mucho, quedarme con las ganas de saberlo.

El cartel final español de X-Men: Días del Futuro Pasado
El cartel final español de X-Men: Días del Futuro Pasado