Encantado. Así me encuentro tras haber disfrutado de una de las películas más completas del año y que para más INRI viene a poner una pica a favor de los siempre discutidos efectos visuales, siempre protesto por ellos, ya que demuestra que cuando se necesitan, y se evolucionan, existe la capacidad de sorpresa mayúscula pese a que podamos creer que no hay demasiado margen de mejora visto lo visto. Mucha historia hay tras la eterna saga de las rebeliones simiescas, y mucho tiempo ha pasado entre la mítica e icónica El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1968) de Franklin J. Schaffner y esta El origen del planeta de los simios (Rise of the Planet of the Apes, 2011) de Rupert Wyatt. Es curioso ver como puedes volver a poner por las nubes una franquicia que con la sobreexplotación de ideas había pasado a formar parte de ese selecto grupo de la serie B más respetuosa de la historia, eso si, con una primera parte que sin dudarlo es una de las obras maestras del cine y mucho más del género de la ciencia ficción. Regreso al planeta de los simios (Beneath the Planet of the Apes, 1970), Huida del planeta de los simios (Escape from the Planet of the Apes, 1971), La rebelión de los simios (Conquest of the Planet of the Apes, 1972), La conquista del planeta de los simios (Battle for the Planet of the Apes, 1973) o el fallido intento de reinvención parido por Tim Burton que pese a titularse El planeta de los simios (Planet of the Apes, 2001) y al magistral maquillaje de Rick Baker es mejor olvidar… poco hacía pensar lo que en verdad ha pasado. 20th Century Fox ha apostado por ser respetuoso por las viejas ideas y apoyándose en un introspectivo y generoso guión escrito por Rick Jaffa y Amanda Silver, nos narra el punto de partida de lo que miles de años después será el planeta Tierra dominado por simios humanizados.

Cartel español de El origen del planeta de los simios
Cartel español de El origen del planeta de los simios

Gen-Sys es un laboratorio de San Francisco que investiga una cura para el Alzheimer usando como cobayas a simios. Al mando de la investigación está el doctor Will Rodman (James Franco), un científico que no se mueve por el éxito y si porque el resultado de su trabajo le ayudará a recuperar a su padre Charles (John Lithgow), enfermo por esta terrible enfermedad y en constante declive. Tras un fiasco en el laboratorio Will se verá obligado a llevarse a César (Andy Serkis) a su casa. César es una cría de un simio hembra que formó parte del programa de investigación y que se ha llevado como regalo genético de su madre el efecto del último virus creado en Gen-Sys. Como un miembro más de la familia, y con el paso de los años, César irá demostrando que no es un simio cualquiera y su nivel de inteligencia crece sin parar al tiempo que aprende la convivencia humana. Ante el deterioro de la vida de su padre Charles, Will decidirá probar el virus que César lleva impreso en su ADN y la mejora será latente. Gen-Sys querrá más y mantener a César en casa será cada vez más difícil… los acontecimientos significaran el inicio de la rebelión.

La verdad, uno de los puntos fuertes de toda película, algo que en Hollywood parece costar entender, es el guión. El origen del planeta de los simios destaca mucho por esto. Un guión emotivo, que obliga a la reflexión, que trata con temas presentes y que enlaza mágicamente con acontecimientos que datan ya de un lejanísimo 1968 – fabulosa la noticia en la televisión y no menos genial el titular en el periódico. Junto a ello el trabajo de Weta Digital, estudio hoy en día en primer lugar en cuanto se trata de innovación y sobre todo mocap, dejando más que claro que los límites de la tecnología CGI no se pueden ni preveer ya que la integración de los simios con los escenarios naturales del film no tienen parangón. Sumemos a esto el excelso trabajo de Andy Serkis, mito viviente que ha nacido para esto, que gracias a su gran capacidad a la hora de ponerse en la piel de seres tan dispares como Gollum, King Kong o César, hace qie sintamos lo que en verdad el actor quiere transmitir y sus personajes mostrar. Pero ahí no acaba la cosa, dos ritmos completamente diferentes que encajan como una guante en la narrativa, una primera mitad pausada, que muestra la evolución de los personajes y sobre todo de César, pero que da un giro de 180º en el momento necesario para llevarnos por un vertiginoso carrusel de situaciones y de ahí hasta la primorosa, porque no cabe otro calificativo, fase final. Gran fotografía, gran montaje, buena música… Y esto es todo, a la grandeza del guión y de los efectos visuales solo queda sumar a un reparto más que interesante encabezado por James Franco o John Lithgow y perfectamente compensado con Brian Cox, Tom Felton, Freida Pinto o David Oyelowo. Eso y un ciento de simios que asustan por lo realistas que son, al tiempo que emocionan por sus reacciones más propias de… mejor me callo.