No siempre llueve a gusto de todos y desde luego Star Wars: El Ascenso de Skywalker (Star Wars: The Rise of Skywalker) no es película que se salve de esta diatriba. El regreso de J.J. Abrams a la saga ha servido para tratar de enmendar las libertades que se tomó Rian Johnson en el anterior episodio, ya depende de cada uno considerar estas como apestosas o renovadoras, y para, preparados los nostálgicos, sacar del sancta sanctórum de la saga recuerdos plasmando en pantalla otro buen paquete de referencias y guiños a la trilogía original… vamos, como ya hizo con Star Wars: El Despertar de la Fuerza (Star Wars: The Force Awakens), por lo tanto nada nuevo en el horizonte.

Por lo tanto, hay dos modos de análisis de Star Wars: El Ascenso de Skywalker: el primero el propio, personal y autónomo como desenlace final de su propia trilogía; el segundo el referencial, como ya dije nostálgico y cierre de una saga que se ha alargado la friolera de 40 años. La verdad es que bajo el primero de los prismas hay de todo, pero el argumentario que Abrams y Chris Terrio exponen para tratar de enmendar y lograr algo que guste a todos ha sido un poco de chichinabo. La verdad, pese a lo evidente (y merced a que ya se descubrió en el segundo o tercer trailer), no puedes sacarte de la manga al Emperador Palpatine (regresa Ian McDiarmid) y convertirlo en el eje del mal sobre el que navega esta película. Más todavía, no puedes jugar con un Macguffin durante dos películas, y uso el término con todo el sentido del mundo, y sacarte la chorra a golpe de mitad de esta para descubrir lo que descubres… que no es baladí y sólo sirve para tratar de confirmar que tu elección de gran villano está más que justificada. Así no.

Este giro, inesperado, es la base de Star Wars: El Ascenso de Skywalker, y nexo usado para argumentar el resto de acciones y decisiones de los personajes. Si uno logra abstraerse ante tal absurdo la película es la mar de entretenida, visualmente espectacular y digno cierre del camino que inició en 2015 (salvo ese anticlimático final que apoyado en lo nostálgico logra el efecto contrario de lo deseado…). Pero claro, tienes que ser partícipe de la decisión tomada para no sentirte tremendamente decepcionado. Un Macguffin es un Macguffin, y la "Mistery Box" de J.J. Abrams ha sido abierta para demostrar que más que caja misteriosa con una gran interrogación encima, se trata de una chistera de mago repleta de conejos y palomas. El resto está bien, los personajes en su línea, Kylo Ren (Adam Driver) sigue destacando sobre el resto, Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega) o Poe Dameron (Oscar Isaac) metidos en su gran aventura final, y la presentación de nuevos personajes que poco o nada tienen que decir como Zorii Bliss (Keri Russel) o Jannah (Naomi Ackie)… a Rose (Kelly Marie Tran) ya la han defenestrado. Eso sí, la gente no caga con Babu Frik, el personaje TOP del episodio y trasunto del Hannibal Chew de Blade Runner.

Desde el segundo punto de vista, el nostálgico, Terrio y Abrams se apoyan en el mayor de los arsenales posibles llegando al punto de robar escenas, repito que ya se hizo en Star Wars: El Despertar de la Fuerza. Funcionan, por pura obviedad, pero acaban por confirmarte que la visión de J.J. Abrams ha sido la del refrito de tiempos pretéritos. No es algo que moleste, pero siembra serias dudas acerca de la originalidad de lo que estamos viendo. Ese factor nostalgia es el que está haciendo que muchos adoren el film, pero que otros lo acaben por odiar un poco más. La falta de originalidad ante el uso constante de referencias al pasado, y el no tomar riesgos para cerrar una saga de otra forma. Lo dicho, puede funcionar, y de hecho lo hace, pero en el fondo acaba siendo la comidilla. Hasta John Williams parece no tener que innovar sacando también de hemeroteca los mejores temas que se escucharon en 1977 y posteriores.

En definitiva, plato amargo. Entretenida, como la que más, con sus fuerzas y sus debilidades. Acertada en ocasiones, decepcionante en otras. Arriesgada por momentos, excesivamente precavida para el resto. A medio camino entre la nadería y el producto digno. Film discordia para terminar el año… y con un final muy jodido.

Impresionante cartel final de Star Wars
Impresionante cartel final de Star Wars

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