Reconozco que tras ver Shutter Island (2010) se me pasó no publicar una opinión sobre la misma. El film de Martin Scorsese pertenece a un género que, la verdad sea dicha, no se acomoda con las habituales charlas que mantenemos en el blog. Shutter Island es fundamentalmente un thriller psicológico pero cuenta con importantes y destacados toques de terror que hacen que el espectador se quede tieso en la butaca esperando que la tensión que se acumula con el paso de los minutos acabe de una vez por encontrar una salida. La película resulta sorprendente tanto en la calidad de su historia, el guión de Laeta Kalogridis basado en el libro de Dennis Lehane es sencillamente superlativo, como en su perfecta factura y en su no menos gran trabajo de actores. El veterano maestro vuelve a ponerse en un lugar avanzado con respecto a sus iguales generacionales, y deja claro que está un paso por delante de todos ellos. Shutter Island debe verse para descubrir una nueva dosis de buen cine de misterio. Cine como el de antaño y con aroma a clásico…

Póster de Shutter Island
Póster de Shutter Island

Estamos en el verano de 1954. Dos agentes judiciales, el al mando Teddy Daniels, fabuloso Leonardo DiCaprio, y Chuck Aule (Mark Ruffalo), son enviados al sanatorio psiquiátrico Ashecliffe sito en la remota Shutter Island, una isla perdida en la bahía de Boston. Su misión es investigar la misteriosa desaparición de Rachel (Emily Mortimer), una peligrosa asesina que, del día a la noche, ha abandonado su celda sin dejar rastro alguno. Su agitada llegada a la isla les llevará a conocer al Dr. Cawley (Ben Kingsley) y al misterioso Dr. Naehring (Max von Sydow). El agente Daniels comenzará a investigar los secretos que oculta el apartado sanatorio y no tardará en sufrir en sus propias carnes el desquicie y la paranoia que flotan en el ambiente del lugar…

Con Shutter Island el espectador descubre como se narra una buena película de misterio, policíaca y, más importante, como todavía existe en el mundo del cine la capacidad de sorprender… aunque con el paso de los minutos las verdaderas opciones de desenlace se queden en un cara o cruz clásico pero no por ello carente de interés. Sacando jugo de elementos tan importantes como una fotografía atronadora, lo que hacen ahora los efectos visuales en este tipo de obras es lograr sentirnos parte del entorno, y una música impecable, me he quedado prendado de la banda sonora, visionando el film uno se ve atrapado en una espiral de acontecimientos donde es complicado discernir qué es realidad y qué imaginación de los personajes. Apoyándose de paso en el pasado de Daniels, que hace comprender las reacciones que tiene y las constantes paranoias que sufre, se ahonda más en la locura traumática y en sus tremendas consecuencias. Scorsese se trabaja además algunas secuencias impresionantes que te dejan con la boca abierta. La llegada a la terrorífica isla es impactante, y todos los momentos en los que se nos cuenta el pasado del personaje protagonista en la Segunda Guerra Mundial merecen la pena… sobre todo uno muy en particular que me ha parecido brutalmente mágico.

En fin, id a verla. No os defraudará y de paso estaréis viendo una de las películas que seguro mojarán en la ceremonia de los Oscar que se celebrará en el 2011.