No ha sido Cannes ni Sitges ni New York ni Toronto, al final he podido ver The Host (2006) en Santiago de Compostela gracias al "festival de cine" Cineuropa, 1 mes de emisiones de pelis tanto en modo cine como en modo DVD. Ayer fue el día elegido para echar un vistazo a fondo al megahit coreano que tanto lleva dando de que hablar.

Personalmente tengo que decir que me ha gustado. Dentro de su extraño ritmo es un film bastante sorprendente, capaz de aunar comedia surrealista y chascarrillos de risa fácil y de repente pasar al extremo del dramatismo más chocante que no sabes muy bien como interpretar… algunos momentos te partías de la risa y acto seguido, toma! Todo el cine callado pensando… vaya, que putada más grande y nosotros riéndonos.

Los actores no están nada mal, la familia no tiene desperdicio… el padre y abuelo que lleva currando toda su vida en un tenderete para sacar a la familia adelante (Hie-bong Byeon), un primer hijo todavía estudiante reflejo del futuro actual de muchos universitarios (Hae-il Park), otro hijo que vive con el padre y que no vale para nada (Kang-ho Song), la hija que ha destacado por méritos propios convirtiéndose en deportista olímpica (Du-na Bae) y la hija de rebote del hijo desastroso que es la razón primera de lo que ocurre en el film (Ah-sung Ko). Todos ellos conforman una peculiar familia de apellido Park que tras el "rapto" de la hija del desastre que vive con el padre, se unirán para dar caza al monstruo.

The Host, la familia Park al completo

La factura del film, obra de Joon-ho Bong, es perfecta, si no fuera por la idiosincrasia oriental, ese modo que tienen de hacer las cosas, colaría perfectamente por una producción americana. El monstruo es muy bueno, diseñado entre Weta Workshop, John Cox’s Creature Workshop y desarrollada finalmente por The Orphanage, empresa californiana, han creado un híbrido que toma muchos detalles del bicho que vimos en The Relic (1997), creado por Stan Winston, y algunos del succionador de Deep Rising (1998), creado por Rob Bottin. Perfecto en sus movimientos e integración con el entorno, muy dinámico y convincente. Los efectos digitales son de calidad, se nota que han tenido dinerillo y sin agobiarnos con eternas apariciones de la criatura, todos los momentos en que esta se muestra son, si cabe, geniales… aportando varios sustos que hicieron saltar a toda la sala.

Como detalle comentar que me encantaron el par de Mad Doctors que aparecen en la peli. El inicial que se sirve de un estratosférico colocón de producto químico para contaminar a la ligera, americano el y provocador de la mutación de una especie de anfibio que vive en el río Han, y el segundo buscador de un virus, que no desmerece nada del primero por sus ojos a la virulé que confunden al que los mira. Que risas.

La noticia triste, que leo en Ain’t it Cool News, es la muerte a causa del cáncer del gran compositor fílmico Basil Poledouris, responsable de los scores de films como Conan El Bárbaro (1982), Los Señores del Acero (1985), Robocop (1987), La Caza del Octubre Rojo (1990) o Starship Troopers (1997) entre una lista de casi 100 películas. De todas formas será eternamente recordado sobre todo por la música de Conan, música que ha marcado la vida de mucha gente a lo largo de los años, música ideal para ambientar partidas de rol y arto molona.