Una de las cosas que tenemos que agradecer, y mucho, a Netflix, es la oportunidad que nos está dando para ver films que de otra forma dudo que llegaran distribuidos a nuestro país. Este es el caso de El ritual (The Ritual) de David Bruckner, curioso film de terror que transita por subgéneros tan diversos como lo sobrenatural / espiritual o la monster movie más estándar. El bueno de Bruckner, responsable de The Signal y segmentos de films episódicos como V/H/S y Southbound, dirigue un interesante guión de Joe Barton que adapta la homónima obra de Adam Nevill en la que cuatro amigos de universidad se reúnen de nuevo para recorrer los parajes más inhóspitos del Círculo Ártico escandinavo y revivir tiempos pasados. En el film, y al igual que la obra escrita, lo que comienza siendo una aventura de senderismo (inexperto) y reencuentro, acaba derivando en un choque con siniestros cultos paganos y ritos ancestrales de mírame y no me toques.

Bruckner y Barton dan entrada a la historia de El ritual de forma salvaje con la truculenta y violenta muerte de uno de los amigos, que obviamente no irá de excursión, y que servirá de detonante para que el resto de colegas decidan irse de parranda aunque en modo homenaje. Si te gusta el senderismo (estos no tienen ni idea de dónde se meten y cómo tienes que ir a estas aventuras) te molará la idea, el páramo presentado es bien bonito, pero lo de meterse en un bosque sin tener claro hacia dónde vas a ir no semeja la mejor idea. Me atrevería a decir que El ritual es al senderismo lo que Hostel de Eli Roth a los viajes de verano por la Europa del este… si las ves te lo pensarás dos veces antes de imitar a los protagonistas de ambas películas.

En fin, como decía, el film visita dos subgéneros dentro del terror. Por un lado lo sobrenatural pagano, esos rituales a cultos olvidados y ancestrales que afectan en modo paranoia a la mente de nuestros protagonistas, Rafe Spall (Prometheus o Mi amigo el gigante), Arsher Ali, Robert James-Collier ("Downton Abbey"), Sam Troughton (Alien vs. Predator) y Paul Reid ("Vikings")… a no, que este está muerto desde el principio. Por otro es una monster movie sin complejos, porque ahí está la gran gracia de la película, piensas que va por un lado y por arte de birlibirloque cambia de rumbo en cero coma y te deja con el culo torcido. Esto es bueno y malo, bueno porque se permite dar justificación a todo lo que pasa de forma totalmente convincente y generosa (en lo visual), pero malo porque de alguna forma parece no tomarse en serio y deja los dos primeros actos en nada debido al sorprendente giro que da. Que sí, que la primera parte es maravillosa y que las grotescas y paranoicas visiones de los protagonizas invitan a lo enfermizo, pero ese tercer acto es un cambio tan radical que cuesta hacerse a la idea que estás viendo la misma película.

Aprovechad un rato y disfrutad de El ritual.

Cartel final de The Ritual, estreno en Netflix
Cartel final de The Ritual, estreno en Netflix

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