Este fin de semana se ha estrenado el primer intento por parte de Universal Pictures de renovar el espíritu de los grandes clásicos del terror de antaño. El debut de este con posibles y atrayente reto ha sido El hombre lobo (The Wolfman, 2010) de Joe Johnston, remake y demostrado homenaje de El hombre lobo (The Wolfman, 1941) de George Waggner. Sin embargo, un errático desarrollo repleto de imprevistos ha provocado que el capítulo piloto de un prometedor renacimiento se haya quedado en agua de borrajas, o por lo menos que no haya logrado su gran objetivo… convencer y dejar un sabor de boca como dios manda. Ni que decir tiene que la película resulta entretenida, pero se notan los flacos favores le han hecho los cambios en su silla de dirección, Mark Romanek abandonó el proyecto por diferencias creativas, en la mesa de montaje, en noviembre del año pasado dos nuevos montadores proporcionaron lo que vemos ahora en la pantalla, o metiendo mano sobre los efectos especiales realizados por uno de los grandes maestros del Hollywood moderno, Universal Pictures insufló 30 millones de dólares y más de un año de retraso para digitalizar y ¿mejorar? el trabajo de Rick Baker porque no les convencía.

Cartel de El hombre lobo / The Wolfman
Cartel de El hombre lobo / The Wolfman

Este nuevo El hombre lobo es una gótica y victoriana revisión del mito del licántropo de la Universal. La película nos cuenta la historia de Lawrence Talbot (Benicio Del Toro), un actor de teatro que acude a ayudar en la búsqueda de su desaparecido hermano en las tierras familiares de Blackmoor, tierras que por cierto abandonó hace mucho tiempo. Su llegada no puede ser más oportuna, el cuerpo de Ben ha sido encontrado el día anterior en una zanja completamente mutilado. Lawrence decidirá entonces permanecer en la casa familiar mientras no se descubra que ha ocurrido y comprobará como la desconfianza del pueblo se cierne sobre él. Acompañado por su desquiciado padre, curioso Anthony Hopkins, y por Gwen Conliffe (Emily Blunt), la prometida del fallecido Ben, Lawrence sufrirá el ataque de una criatura mientras visita un campamento gitano y entrará a formar parte de un reducido club de hombres marcados por una maldición que se manifiesta en las noches de luna llena. En medio del fregado Scotland Yard contará con el detective Abberline (Hugo Weaving), un agente especializado en tortuosos casos policiales, que no dudará en ahondar en el truculento pasado de Talbot.

En fin, El hombre lobo es una superproducción de Hollywood que por arte de birlibirloque, y una muy mala coordinación, se ha quedado en convincente producto de serie B explotando unos actores y unos medios dignos de algo más. Muy agradable, pero con lo tiempos que corren excesivamente arriesgado, es que la película de Johnston no escatime en ofrecer casquería de primer nivel que otorgan al resultado final un muy disfrutable desarrollo. Si bien el guión no llega a ofrecer nada del otro mundo, por momentos resulta confuso y extrañamente cómico, el peor detalle de la película radica en el tambaleante montaje que no es capaz de, durante el primer tercio del film, ofrecer una a derechas. Poco ayuda también que se pusiera en duda la composición de Danny Elfman ya que, escuchando, uno se da cuenta de que la habitual característica del compositor se desvanece ofertando una banda sonora que suena a ya inventada y muy repetitiva. Otro detalle ha tener en cuenta, y que demuestra la poca capacidad de sorpresa que hay en el cine actual, es cómo la película intenta generar terror donde no lo hay. Esta vez el método seleccionado es el del ruido atronador que por puro impacto te hace saltar en la butaca, aunque siempre acompañado por un decorativo pastiche de sangre, pelo y, si hay suerte, casquería.

¿Vale la pena gastarse los cuartos en ver esta película? Pues pese a la poca repercusión que está teniendo, ayer por la noche la sala estaba casi vacía, y si os digo la verdad, si. Ojo, pero no penséis en ver nada del otro mundo, ni una obra maestra, ni una de esas pelis de terror que marcarán la historia. Veréis una serie B de primerísimo nivel repleta de entretenimiento, geniales efectos especiales, algún que otro chascarrillo y una factura técnica superior a la media… eso si, montaje un pelín desastroso y un guión flojo.