El pasado viernes se estrenó otro de tantos proyectos que a medida que vas conociendo su desarrollo te entusiasma gracias al aroma que desprende a épocas del cine más acertadas y trabajadas. El libro de Eli (The Book of Eli, 2010) de los hermanos Albert Hughes y Allen Hughes es una nueva vuelta de tuerca a los siempre atrayentes futuros post-apocalípticos que asolarán nuestro mundo cuando alguien decida pulsar el famoso botoncito rojo. Pero lo que durante muchos meses ha ido creciendo comedidamente en interés, tampoco es que esperara el proyecto como agua de mayo, ha acabado siendo un chasco de muy señor mío que tampoco suponía. Tras nueve años ausentes en las siempre complejas tareas de dirección, la correcta adaptación comiquera Desde el infierno (From Hell, 2001) es su trabajo más cercano en el tiempo, The Hughes Brothers han vuelto a colocarse tras las cámaras para ofrecernos un pastiche que transita entre la violencia más desaforada, y agradecida, el futuro más madmaxiano y los siempre inescrutables caminos del señor.

Póster español de El libro de Eli (The Book of Eli)
Póster español de El libro de Eli (The Book of Eli)

El libro de Eli nos cuenta el periplo de un solitario caminante (Denzel Washington) que, como único destino en mente seguir su ruta hacia el oeste, recorre un desértico páramo post-nuclear al encuentros de diferentes personajes. En su camino Eli demuestra ser un metódico cazador, no está nada mal la escena inicial aunque desubica, y, lo más importante dados los tópicos y clichés que inundan la película, un superviviente nato con una destreza y habilidad inigualable… y por momentos sobrenatural. Pero lo que verdaderamente mueve a este hombre es la protección absoluta de un libro con un poder inigualable para los tiempos que corren, ¿aunque no es un poco presuntuosa tal aseveración? En fin, en modo homenaje a obras veteranas y míticas como son Mad Max, salvajes de la autopista (1979), Mad Max 2, el guerrero de la carretera (1981), Farenheit 451 (1966) o incluso la reciente y difícilmente superable The Road (2009), El libro de Eli nos vuelve a mostrar que tras un invierno nuclear las desoladas carreteras estarán plagadas por depravados asesinos, insospechados caníbales y, lo que es peor, personas un poco más inteligentes que el resto y que lo único que pretenden es asoballar y dominar al más débil. Eli solo quiere una cosa, seguir su camino, pero sorprenderá a propios y extraños no solo por sus acciones, si no por la justificación de las mismas…

Storyboard de El libro de Eli y muestra de la implacable violencia del film
Storyboard de El libro de Eli y muestra de la implacable violencia del film

El problema de El libro de Eli es que lo que parte con una premisa interesante, aunque de sobra conocida y explotada, acaba perdiendo fuelle conforme avanzan los minutos y se resuelven las diferentes situaciones o se descubren todos los secretos, algunos de ellos dignos de las mayores carcajadas. Sin querer entrar en detalles, decir cualquier cosa implica destripar por completo la película y hacerle perder la poca sorpresa que es capaz de ofrecer, en primer lugar uno comienza con mal pie si en la traducción del título del film se oculta un importante detalle de la historia que se nos plantea. Eli debería haber sido traducido por Elias y no por un carente de significado Eli. Segundo, los interminables 118 minutos de metraje deberían haberse recortado a unos suficientes 90 quitando casi media hora de transiciones, cámaras lentas y planos de tono zen que provocan que un desmedido sopor inunde la sala de cine. Poco ayuda también el peculiar guión del debutante Gary Whitta donde el protagonismo se lo lleva un notable Denzel Washington, cosa que me gusta, pero donde hay que dejar claro que también deberían contar Gary Oldman, pasable, Mila Kunis, todavía intento entender el sentido de su personaje, o Ray Stevenson, devaluado de tal manera que más que un apoyo al villano Carnegie resulta ser un problema a eliminar.

Storyboard de El libro de Eli y muestra de la implacable violencia del film
Storyboard de El libro de Eli y muestra de la implacable violencia del film

Pues eso, una película más. Momentos de acción destacables por lo visualmente llamativos que resultan y nada extra que destacar. Sin embargo, alucinante o no, es un film que llama a un segundo visionado para analizar las consecuencias reales que implican el inesperado desenlace.