Vale que el cine palomitero busque casi en exclusividad ofrecer al espectador una notable dosis de entretenimiento en un intervalo de esparcimiento que no debe, por lo general, exigir mucho esfuerzo mental. Pese a este mínimo requerimiento, siendo realistas no debería ser tan difícil lograrlo, Peter Berg regresa al cine de género dejando mucho que desear con Battleship (2012), un film de ciencia ficción que bebe del inagotable universo Hasbro, de aquí a la eternidad como nadie los pare, pese a parecerse lo que un huevo a una castaña si tenemos en cuenta que pretenden hacernos creer que esto adapta o traslada al cine el conocido juego de mesa "Hundir la flota". El film traza varias líneas y lo que comienza siendo una graciosa sátira contra la cuadriculada mente que tienen al otro lado del charco sobre el tema militar, termina tomándose demasiado en serio sus intenciones convirtiéndose por arte de birlibirloque un producto panfletario que pudiendo ser divertido resulta demasiado relamido y sonrojante. Porque si, comedia y reírse de uno mismo un rato tiene. Que un fulano borracho sea capaz de hacer un estropicio en una gasolinera al ritmo de La pantera rosa (The Pink Panther, 1963) y tragarse dos descargas taser con tal de llevar un burrito a la tía que se quiere ligar sirve para echar unas buenas carcajadas, que ese mismo fulano al cabo de cinco minutos sea teniente es todavía más cómico y divertido, pero de ahí a transformarse el producto en un Pearl Harbour (2001) sin Michael Bay con una descafeinada invasión extraterrestre, entiendo las razones de los visitantes, pues hace que el producto se desinfle. De guión mejor no hablar, el trabajo de los hermanos Erich Hoeber y Jon Hoeber sencillamente no existe, y de topicazos mejor no decir nada, aburre hasta el paroxismo la brutal sobrecarga de estos.

Uno de los carteles de Battleship
Uno de los carteles de Battleship

Los hermanos Hooper no puede ser más diferentes. Stone (Alexander Skarsgård) es capitán de la marina, un ejemplo a seguir que sin embargo no logra que Alex (Taylor Kitsch) siente la cabeza y sirva para más que emborracharse, dedicarse a esculpir su cuerpo en el gimnasio y supongo que tomar el sol en las calurosas playas de Hawaii. Tras una noche bochornosa Stone obliga a Alex a acompañarle y de paso labrarse un futuro alistándose en la marina. Con Alex coronado como teniente, WTF, ambos hermanos participan en unas maniobras militares de corte internacional donde compiten flotas de diversos países. Pero lo que iba a ser una jornada de compañerismo y estrategia se convierte en una guerra por la supervivencia. Una avanzadilla extraterrestre, gracioso que piensen inicialmente en coreanos, llega a la zona y encapsula tras una barrera a un pequeño grupo de barcos. Los hermanos Hopper y el capitán Nagata (Tadanobu Asano) deberán ser piezas prescindibles de un "Hundir la flota" de dimensiones reales contra los invasores… sin saber de paso que estos tienes sus propios planes de expansión.

El reparto es harina de otro costal. Taylor Kitsch, me convenció bastante más en John Carter (2012), no es que aporte mucho, pero lo de los efímeros y objetos adorno Alexander Skarsgård y Liam Neeson tiene delito. De ahí pasamos a Rihanna y Brooklyn Decker, las féminas del film y cada cual a su estilo aunque sin estilo, para terminar en un par de secundarios / añadidos de esos que dejan huella… la misma que se te queda cuando te zapatean la cara. Tomemos nota… Jesse Plemons y Gregory D. Gadson. El primero es mal actor, pero de los malos de verdad, y el segundo no lo es aunque sirve de brutal paradoja de lo bochornoso que son los panfletos que pretenden vendernos desde el otro lado del charco. Y esto es Battleship, un paquete de efectos visuales francamente elaborados pero tampoco originales donde sobresale la carga de efecto "Halo", menudo plagio más descarado, y donde hay espacio para buques ultramodernos y otros de la era dorada de las guerras navales. Algunos detalles originales, la cuadrícula aunque excesivamente forzada es una idea destacable, y mucho mensaje en una época donde no tengo muy claro que sea necesario bombardearnos… al menos a este lado del mundo.