Tras 12 años de ausencia donde se dedicó a evolucionar las posibilidades del cine moderno y rodar documentales a modo de prueba y error, James Cameron ha vuelto al cine decorando una historia clásica, presente al menos una vez por década y cuyo único pretexto es el entretenimiento con un envoltorio de modernidad, innovación y vanguardismo que, pese a los más escépticos, marcará un antes y un después en la historia del cine. Este pasado viernes se estrenó en todo el mundo Avatar (2009), una epopeya de gran dimensión que bebe de la historia más primitiva y que recupera, a su vez, retazos de más de 100 años de cine para ofrecernos nuevamente el concepto que subyace en las superproducciones que más gustan en Hollywood. Avatar es eso y no quiere ser más. No busca la originalidad, no ofrece una historia sorprendente, no quiere que salgamos pensando que nos han contado algo que nunca ante habíamos oído. No, Avatar recurre a algo conocido y lo viste con un envoltorio superlativo, excelso, colorista, llamativo y que hace que el aficionado al cine descubra algo nunca antes imaginado.

Cartel para IMAX 3D de Avatar de James Cameron
Cartel para IMAX 3D de Avatar de James Cameron

Nuestro protagonista es Jake Sully, el australiano Sam Worthington es la nueva estrella que copará el cine de los próximos años, un soldado lisiado que por desgracias de la vida, su hermano gemelo ha fallecido, se embarca en un viaje de renovación y más adelante renacimiento al planeta Pandora. La razón del viaje es sencilla, el poder fáctico que todo lo destroza ha detectado en el planeta un mineral cuyo poderío energético es tal que hará al que lo posea inmensamente rico. Por lo tanto, un ejército de mercenarios, con el Coronel Miles "soy un geyperman" Quaritch (Stephen Lang) al mando, tiene como misión proteger las prospecciones de este mineral al tiempo que un grupo de investigación intenta conocer a los habitantes del planeta para convencerles de que deben dejarles explotar el entorno. En fin, gracias a lo último en el ámbito de la ciencia, y con la Dr. Grace Augustine (Sigourney Weaver) como guía, Jake ocupará el cuerpo de un avatar, una recreación de si mismo que combina la genética de su hermano, la suya al fin y al cabo, con la de los Na’vi, los habitantes antropomórficos de Pandora. El periplo de Jake le llevará al encuentro con Neytiri (Zoe Saldana), una verdadera Na’vi que, como puerta de entrada, permitirá a Jake descubrir una nueva civilización, las creencias que les mueven, su idiosincrasia y que le dará razones extra para cambiar su vida y la de los que le rodean de manera definitiva.

Dado que todo lo que se narra lo hemos visto, tenemos el viaje de Bailando con lobos (1990) a un mundo ancestral y conviviendo con una sociedad completamente diferente a la tuya, o la rebelión por la libertad de narraciones como Braveheart (1995), Cameron se acomoda en una historia que sabe va a gustar y decide explorar otros matices más consecuentes con su permanente dedicación a la evolución cinematográfica. Por lo tanto, nos traslada un futuro distante, con una problemática presente, muy presente, y saca a relucir esos 12 años de innovación donde ha descubierto el no va más en cuanto a tecnología que renovará en parte, y sin dudarlo, el cine que conocemos. Avatar propone en definitiva descubrir que con dinero y mejora verdadera uno puede lograr que 2 horas y 45 minutos de metraje sean un suspiro, impresionante logro, que todavía nos queda mucho por ver y que con las más modernas tecnologías se pueden crear virtuosos entornos donde el colorido, la emoción, la emotividad y la grandeza tiene todavía cabida, y mucha más de la esperada. A nivel técnico esta película es inconmensurable. James Cameron ofrece el primer episodio del nuevo cine y nos demuestra que lo irreal puede parece real. Sacando el máximo de empresas como WETA como solo él sabe hacerlo, nos lleva a un mundo nuevo, original y brutalmente hermoso repleto de secuencias que en 3D te dejan con la boca abierta y sintiendo que estás ahí metido, en medio de la selva que cubre toda Pandora. Alucinante es la plasticidad de todos los seres vivientes del entorno, los Na’vi y las criaturas son de una calidad apabullante y que hasta ahora cuesta comprender como se ha logrado. Eso si, se entiende de sobra la brutal inversión de dinero que ha sido necesaria para hacer la película, esperemos que sea rentable para que el futuro en el cien siga, como complemento a grandes historias, esta ruta que ha iniciado James Cameron.

En fin, es importante dejar claro que nada en la historia de Avatar es nuevo. Frases y recuerdos de Aliens: El regreso (Aliens, 1986), el viaje iniciático de Un hombre llamado Caballo (A Man Called Horse, 1970), la belleza paisajística como no se recordaba desde Memorias de África (Out of Africa, 1985) o la grandeza belicosa de Apocalipsis Now (1979). ¿Y? No se puede agradar a todo el mundo pero si ofreces los detalles de las mejores películas y los fusionas con una pasta llamada vanguardia tecnológica el resultado es esto… una de las mejores películas del año y que dará que hablar durante mucho tiempo.

En fin, id a verla sea como sea al cine y en 3D. Pensando en el futuro de Avatar, como cine en casa perderá enteros a puñados. La grandeza que trasmite tiene que ser vista en pantalla grande, o gigante, y gafas polarizadas.