Bueno, ya iba siendo hora de que regresara por el blog. Aprovecho esta mañana de descanso cinematográfico para hacer un breve recorrido reseña de las cuatro películas que pude ver ayer, dentro de unas horas y desde el mediodía y hasta la madrugada me esperarán Hell (2011) de Tim Fehlbaum, Attack the Block (2011) de Joe Cornish, Mientras duermes (2011) de Jaume Balagueró y 3D Sex and Zen: Extreme Ecstasy (3D rou pu tuan zhi ji le bao jian, 2011) de Christopher Sun Lap Key. No estuvo mal para comenzar. Tras reunirme con Samu de Comics en 8mm y encontrarme con una buena parte del equipo de Ohhh! TV, esta son las dos primeras películas que me eché a los ojos…

Scabbard Samurai (Saya-zamurai, 2011) de Hitoshi Matsumoto

El bueno de Hitoshi Matsumoto nos ofrece una tragicomedia surrealista y por momentos absurdísima centrada en el aciago destino de un samurai llamado Kanjuro Nomi, suerte de Pozi o Cuñao encarnado por Takaaki Nomi, que ha perdido el honor por un acto de traición. Acompañado por su hija Tea, para alucinar el desparpajo de la jovencísima Sea Kumada, Nomi es detenido por las autoridades por desertar y obligado a cometer seppuku / hara-kiri salvo que logre superar la condena que le imponen… tiene 30 días, y por lo tanto 30 intentos, para lograr que el hijo del señor al que debía honrar vuelva a reír. Encerrado en una especie de prisión y acompañado por dos guardias que muestran más entusiasmo que él en la búsqueda de la mejor gracia, Nomi protagoniza 30 momentos estelares, absurdos, grotescos, excéntricos y dignos del mejor circo de los freaks que os podáis imaginar. Los hay de todos los niveles, pero las rocambolescas situaciones y las imaginativos actos chistosos que preparan entre los cuatro protagonistas, a Nomi y los guardias se les une Tea, convierten a Scabbard Samurai en una especie de obra teatral digna de los Monty Python. Eso si, si bien la película se puede disfrutar, la fusión de emotividad, comedia a mandíbula batiente, y drama la hacen merecedora de un visionado, el conjunto se desinfla con transiciones soporíferas que, bueno, tampoco deberían considerarse un lastre al resultado final.


Un póster de Scabbard Samurai

The Divide (2011) de Xavier Gens

Uno de los platos fuertes en lo tocante a género fantástico de la 44 edición de Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. Como detalle generoso indicar que Gens, charla previa a los asistentes al film, nos advirtió que lo que íbamos a ver no era otra cosa que el director’s cut del film, nunca visto por público antes del pase en Sitges 2011. The Divide cuenta como tras un cataclismo que asola la ciudad de New York, ocho personas se refugian en el sótano del edificio en el que viven. Todo sería asumible si no fuera porque sin comerlo ni beberlo un grupo de hombres vestido con trajes Hazmat se cuelan en su refugio, comienza a dispararles y secuestran a una niña que permanecía en el grupo. Alucinados y sin saber que hacer, tras el inesperado ataque, los supervivientes logran expulsar a los intrusos causando alguna que otra baja y se aíslan por completo… en ese momento comenzará el verdadero horror. Están encerrados, hay ataques de claustrofobia, los víveres escasean y las paranoias y odios entre los que allí se encuentran comienzan a aflorar. En ese punto arranca lo peor de lo peor, la locura invade al grupo y se acaban convirtiendo en depredadores de sus iguales. Un reparto interesante encabezado por los veteranísimos Michael Biehn y Rosanna Arquette, acompañados por conocidos como Milo Ventimiglia, Lauren German o Michael Eklund. Gens logra asfixiarnos con una historia dura y perversa, pero cuando la asfixia se transforma en sopor con bastantes incongruencias y una definición del paso del tiempo y sus consecuencias que, bajo mi prisma, no tiene ninguna lógica, pues el tema se desinfla cosa fina. No está mal, pero tampoco llega a cumplir como se esperaba. Varios razonamientos más lógicos se me pasan por la cabeza para dar sentido a las cosas que ocurren, pero o Gens piensa que todos entendemos que las cosas pasan por esta razón o le falta un poco de explicación extra. Eso si, agobiante y por momentos muy pero que muy salvaje.

Cartel de The Divide
Cartel de The Divide